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Cecilia Méndez, una orientadora escolar, madre de los hermanos López, se enteró la mañana de ayer del acontecimiento en el que sus dos hijos cayeron abatidos por la Policía.

Fueron los gritos de algunos parientes cercanos quienes llamaron su atención.

A través de las redes sociales, vía celular, los familiares le mostraron las fotografías de lo ocurrido y pudo reconocer de inmediato los cuerpos de sus hijos ya tendidos en el suelo, acribillados por varios impactos de balas.

Desde hacía varios meses había perdido el contacto con sus hijos. No llamaban a la casa ni habían gestionado ningún mecanismo para comunicarse con ella, ni le enviaban ningún mensaje.

Solo sabía que estaban vivos porque no habían dado la noticia de su muerte.

María Cecilia Méndez, trabajadora social de profesión, y maestra, se ha desempeñado durante mucho tiempo como docente: primero en la escuela de San Víctor, en Moca, y actualmente labora en la escuela Granada, de Monte de la Jagua, Moca. En sus momentos de tribulaciones siempre dijo no saber dónde falló la educación.

A ella siempre se le vio en el colegio de los Padres de Moca, donde estudiaban Omar y Alex. Tras las reiteradas quejas por su comportamiento, no pudo lograr los cambios y de allí fueron expulsados.

Su abuelo paterno, Óscar López, era diácono y presidente de asamblea en una iglesia católica salesiana de esta ciudad, conocido como una persona muy honesta.