gregory Castellanos ruan1Por Lic. Gregory Castellanos Ruano

Cuando la caída de `El Quirinazgo`, esto es, del Cacicazgo nacional del narcotráfico que entronizó «El Cacique« Quirino Ernesto Paulino Castillo durante la gestión del expresidente Hipólito Mejía Domínguez convirtiendo éste al Estado dominicano en un Narcoestado, Juan Bolívar Díaz Santana nunca criticó ni a Hipólito Mejía Domínguez  ni a su protegido Quirino; muy  por el contrario: tras el apresamiento de Quirino  trató de poner en tela de juicio la realidad de dicho Narcoestado y de `El Quirinazgo`; es decir, su papel fue el de pretender  «defender« (¿?) a Quirino y a su Padrino político Hipólito Mejía Domínguez.

En fecha diez (10) de Enero del año dos mil quince (2015) Juan Bolívar Díaz Santana publicó en el periódico Hoy  un artículo en el que anunció «el rayo de Quirino«.

¿Cómo tuvo conocimiento Juan Bolívar Díaz Santana sobre ese «rayo«? ¿Cómo se enteró Juan Bolívar Díaz Santana de que ese «rayo« caería? ¿Porqué razón «se arrogó«  (¿?) Juan Bolívar Díaz Santana la facultad de anunciar ese «rayo«? Se trató de la publicitación por vez primera de ese «rayo«.

Es conocido en todo el país el papel, por encargo, de «armador de campaña« de cualquier índole al que se dedica el señor Juan Bolívar Díaz Santana.  Y que, en ese sentido, él, y no otro (u otros), tiene(n) la iniciativa para hacer el diseño de la campaña de que se trate que se le encargue.

¿Con quién o con quiénes se reunió el señor Juan Bolívar Díaz Santana para arquitectar ese extraño «rayo« del narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo y toda la consiguiente parafernalia que habría de «ornamentar « (¿?) el mismo?

Después de la campaña anti-nacional contra la República Dominicana que Juan Bolívar Díaz Santana ha montado para crear las condiciones para que se produzcan una intervención militar extranjera y la fusión de los haitianos con los dominicanos para mí particularmente ya nada de lo que haga dicho sujeto me sorprende, ni siquiera la arquitectación del referido extraño «rayo« de Quirino, pues esa campaña anti-nacional rompió todo los parámetros y lo de Quirino se sitúa un poco más abajo dentro de la escala de la infamia en que se desenvuelve el individuo de marras. El acceso de él a manejar un medio de comunicación          -mejor dicho: varios medios de comunicación-  y a verter desde ellos sus mentiras y sus infamias y a hacer la repetición de  estas   -creyendo él que los demás le creen-    para él vivir bien la vida de lujo que lleva, todo eso tiene un pico de máximo crescendo que marca un antes y un después: desde el momento mismo en que él se desnudó por completo asumiendo desvergonzadamente su  carácter de Traidor a la Patria, es decir, asumiendo que sí, reconociendo que sí, que él es un Traidor a la Patria y que eso a él no le importa para nada; ese momento de desnudez total marca ese momento de pérdida total de la vergüenza. El que hace eso es capaz de cualquier cosa: desde matar a una persona  –física y moralmente-  hasta cosas menores de ahí. S i es capaz de matar a todos, como lo es el matar a la Patria, también es capaz de cometer cosas menores a esa; un sujeto así es capaz de todo, pues no tiene escrúpulo alguno: se presta a cualquier cosa… Ese reconocimiento de él de ser un Traidor a la Patria permite apreciar otras cosas hacia atrás  que   -a partir de ese reconocimiento implicador de una pérdida total de la vergüenza-  vienen a cobrar sentido.

Como parte integral  -y central-  del escenario de la caída del anunciado «rayo« formó parte otro «periodista« (¿?) o «comunicador social« (¿?) de nombre Salvador Holguín que fue visto entrar al despacho de Gustavo Montalvo poco antes de que cayera el «rayo« de Quirino; dicho «periodista« (¿?) o «comunicador social« (¿?) tiene un programa con un título que no le va ni le encaja para nada al contenido de dicho programa: disque «Hilando fino«… Después de lo de Quirino éste señor Salvador Holguín puede cambiarle el nombre a dicho programa  y ponerle el que verdaderamente le encaja: `Hilando burdamente`: su productor no sólo tiene serios problemas de dicción y de hilvanación, sino que hasta el mismo contenido del programejo en cuestión es realmente burdo, totalmente burdo, tan burdo que en nombre de supuestamente «dar un palo periodístico« (¿?) con lo del extraño «rayo« de Quirino  lo que su productor ha hecho es auto-vapulearse, es decir, darse palos, darse garrotazos (morales) a sí mismo.

Ahora bien: hay una foto de éste señor «periodista« (¿?) o «comunicador social« (¿?) Salvador Holguín repartiendo cosas en una actividad política junto al hermano del titular de «El Quirinazgo«, lo que quiere decir que la relación de Salvador Holguín con Quirino y su entorno no es de ahora, y la cual foto viene, pues, a explicar muchas cosas.

Si las autoridades competentes quieren saber los contactos que hubieron (y quiénes los tuvieron) previo a la arquitectación del «rayo«, durante la arquitectación del «rayo«, previo a la caída del «rayo« , durante la caída del «rayo« y durante el curso posterior de los acontecimientos, sólo tienen  que verificar por los medios legales los vínculos de llamadas entrantes y salientes de los teléfonos usados por los señores «periodistas« (¿?)  Juan Bolívar Díaz Santana y Salvador Holguín: ahí está la clave esclarecedora al respecto.

Es evidente que aquí hay individuos que tratan de sobrevivir en los medios de comunicación aún a costa de pretender presentar como «fino« (¿?) lo que realmente es burdo en el sentido literal  y estricto de la palabra.

En Colombia durante cierta época  muy conocida proliferó y prosperó un sector de la prensa dedicándose a pretender presentar como «fino« (¿?) lo que realmente era y es burdo en el sentido literal  y estricto de la palabra.