Igual que los años recientes, 2015 consolida a República Dominicana como una de las estrellas del crecimiento económico en América Latina, con una fórmula que, hasta el momento, ha dado buenos resultados: turismo y zonas francas, junto a una gestión monetaria eficiente.
Se espera que el producto interno bruto (PIB) se expanda por encima del 6.5% al finalizar diciembre, con buenos resultados en todos los sectores, excepto minería que hasta septiembre tenía un desplome coyuntural de -9.1%.
Pero no todo es color de rosa. A pesar de que el PIB per cápita se quintuplicó desde 1991, las pírricas tasas de disminución de pobreza, así como las deficiencias en los sistemas de salud y educación no arrojan buenos resultados a la hora de “medir” el bienestar.
elDinero conversó con cinco decanos y directores de economía de las principales universidades, quienes coinciden en que el país ha tenido un desempeño envidiable, pero adolece de una seria ineficiencia a la hora de traducir esa generación de riqueza en bienestar colectivo.
“El crecimiento dominicano, aparte de que no es inclusivo, ha venido justificado con el endeudamiento público. En ese sentido, creo que el Gobierno tiene que tratar de llegar a cerrar el Pacto Eléctrico y también comenzar el Pacto Fiscal, porque son dos elementos importantes de los que dependen las finanzas públicas”, asegura Antonio Ciriaco Cruz, director de la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Espera que el año concluya con un crecimiento que califica de sumamente alto, entre 6.5% y 6.9%, según las estimaciones de la escuela que dirige. Estas coinciden con las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que estima que terminará en 6.6%, uno de los más altos de la región.
“Yo creo que eso es un signo positivo. Sin embargo, hay que tomar en cuenta los aspectos redistributivos”, sostiene el académico.
Uno de sus argumentos es que, entre 2000 y 2014, la economía creció anualmente 6.1%, pero los salarios han caído cerca de 28%. Los costos unitarios de producción de las empresas también han disminuido y la productividad del trabajador se ha incrementado a una tasa promedio de 5.5%.
“Cuando la economía crece y los salarios disminuyen, aumenta la desigualdad”, recalca.
Además, señala que el salario mínimo solo alcanza para cubrir el 40% del precio promedio de la canasta básica, que ronda los RD$28,000 al mes.
Sin embargo, reconoce los esfuerzos del Gobierno para destinar recursos a la política social como Solidaridad y otras transferencias focalizadas.
El economista también destaca la iniciativa que busca erradicar el analfabetismo en el país, con el fin de brindar mayor nivel de oportunidades a gran parte de la población excluida.
A esto se añade la destinación del 4% del PIB a la educación preuniversitaria.
Reforma fiscal
Rafel Espinal, coordinador de la carrera de Economía del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), describe a la dominicana como una economía exitosa desde el punto de vista del crecimiento. En ese aspecto, es una de las tres líderes en América Latina.
El turismo sigue creciendo, las zonas francas han mantenido un buen desempeño y un constante aporte de divisas con un ligero crecimiento del envío de remesas. La inversión extranjera ha mantenido su participación.
El académico resalta factores coyunturales de este año como la compra de la deuda de Petrocaribe, que redujo en ese momento la relación de deuda- PIB. Otro factor que ha influido es la caída de los precios del petróleo, favoreciendo el descenso del déficit de la balanza por cuenta corriente.
No obstante, “hay factores que son preocupantes de ese crecimiento, pues no se ha reflejado de manera directa en la desigualdad que prevalece en el país. La pobreza no se reduce al ritmo que aumenta el PIB, ni el salario real”, asevera.
Señala que el Banco Central es el que más ha llamado la atención sobre el tema de los salarios y cómo el crecimiento económico no se ha reflejado en los niveles de vida. “¿Qué debe hacerse? El Gobierno actual tiene pendiente un proceso de reforma fiscal, que es básica para reestructurar la forma de obtener los ingresos y transformarlos en gasto social”, acotó.
Además, considera necesaria la descentralización del gasto para conferir mayor poder de acción a las autoridades locales a la hora de atender las necesidades de la gente. También, el sector privado tiene que ser más flexible en el tema salarial.
“Si el sector privado no comprende que el salario genera una demanda que retorna al propio empresario con un aumento de la capacidad de ventas al mercado, el juego económico no se completa”, agrega.
Erick Pérez, director de la Escuela de Negocios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (Unibe), resalta la estabilidad de la economía, especialmente gracias a la capacidad que han tenido las autoridades a la hora de aplicar la política monetaria.
Ha habido, afirma, una devaluación del peso moderada, congruente con lo sucedido durante los últimos cinco años, situación que espera que se mantenga para los años que vienen.
También considera que ha habido cierto nivel de prudencia en el manejo fiscal del Gobierno, lo cual permite que la economía se mantenga con cierto nivel de estabilidad.
No obstante, considera preocupante los niveles de endeudamiento público, que suele ser minimizado cuando se compara con la relación entre la deuda y el PIB de otros países.
Con todo, el académico entiende que se trata de la capacidad de pago. Resalta que la dominicana es una economía con grandes vulnerabilidades a situaciones externas, dependiente de la inversión extranjera directa, del turismo y las zonas francas, así como alta vulnerabilidad a choques internacionales.
Asegura que el aumento de la tasa de interés norteamericana a 25 puntos básicos es un indicador de que se incrementará el costo de la liquidez en los mercados internacionales.
En el ámbito social, destaca los beneficios de la aplicación del 4% del PIB a la educación, y ciertas mejorías que se esperan al sistema nacional de salud. También resalta la importancia de las políticas de vivienda por medio del fideicomiso, aunque todavía es poco lo que se ha logrado.
“Es un primer gran paso que está demostrando que realmente el sector privado se puede juntar con el sector público para trabajar en pos de bajar el déficit de vivienda”.
Jorge Báez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD), resalta el impacto que han tenido los programas gubernamentales para brindar acceso al crédito a los sectores productivos más vulnerables.
Asegura que se ven los frutos de los programas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (Pyme), así como el financiamiento al campo.
Además, valora el impacto estabilizador de la política monetaria, con una correcta planificación acorde con las necesidades de la economía real.
Entre los retos que tiene el país, el académico resalta sus bajos niveles de competitividad, la alta dependencia de Estados Unidos, así como las bajas inversiones en tecnología y el fortalecimiento del sector exportador.
Aunque se tratan de sectores primordiales, destaca que el país debe reducir su dependencia del turismo y las zonas francas, con el fin de diversificarse y estar preparado ante choques externos.
POLÍTICA MONETARIA
Martín Franco, director del Departamento de Economía de la PUCMM, destaca la reducción del déficit presupuestario, que actualmente ronda el 2.4% del PIB.
Aunque las autoridades monetarias han mostrado cautela y un buen manejo de la tasa de política, Franco entiende que un entorno con una inflación baja permite un margen mayor para la depreciación del tipo de cambio, sin que los precios se salgan de control. Aunque, señala, nunca se puede llegar a los extremos.
Fuente: EL DINERO