PUERTO PLATA.-El Secretario de la Nunciatura Apostólica, Álvaro Izurieta, proclamó que la misión y el compromiso que tienen los misioneros católicos para el año 2017, el cual marca la preparación para el gran aniversario del 525 de la Primera Misa, es adorar más al Señor Jesucristo y saber qué es lo que él quiere que hagan los propagadores de su doctrina.
Izurieta afirmó al pronunciar el sermón en la Eucaristía celebrada el pasado sábado 6 de enero en el Templo de las Américas de la Isabela Histórica en ocasión de conmemorar el 524 aniversario de la Primera Misa que adorar al Señor, seguir su estrella no es fácil y ahí se unen la fiesta de la Epifanía y la Primera Misa hace 524 años.
MISIONEROS VINIERON CON COLON EN 1494 NO SABIAN A DONDE IBAN NI QUE LES DEPARABA EL DESTINO
“Cuando salieron para acá los que salieron hace más de 500 siglos, no sabían a donde iban ni lo que les deparaba el destino. Los misioneros que vinieron no sabían nada de lo que se iban a encontrar. No había ningún mensaje, porque las comunicaciones tardaban años. Sin embargo, siguieron la estrella del Señor. Siguieron la misión y fueron hacia donde el Señor los condujera”, subrayó.
Reiteró que los Magos de Oriente no sabían a dónde los conducía la estrella, pero la siguieron. En ese sentido, el prelado católico evocó las palabras del Papa Francisco, quien dijo que “seguir al Señor en esta fiesta de la Epifanía, no es un protocolo en donde tengo todo planificado y sé exactamente a donde voy a llegar. Sino un éxodo que se tiene que vivir”.
Explicó que “es un camino que se tiene que emprender para sabe hacia dónde quiere conducir nuestra vida, no adonde yo le digo a Dios adonde debe conducir mi vida. Nosotros tenemos que seguirlo a él, así como hace más de 500 años los misioneros que siguieron al Señor vinieron a esta tierra a traer el Evangelio. Así nosotros también tenemos que seguir al Señor”.
SOLICITA DAR GRACIAS POR SIGLOS DE EVANGELIZACION
Álvaro Izurieta dijo que “tenemos que aprovechar para dar gracias por estos siglos de Evangelización. Miremosnos los que estamos sentados acá celebrando esta Eucaristía. Posiblemente venimos, si nos fijamos, de muchísimas partes del mundo. Incontables; pero celebrando la misma fe y la misma alegría de conocer a Jesús y al Cristo resucitado que se manifiesta al mundo”.
“Eso solo lo podemos hacer, porque hubo siglos de Evangelización con gente que fue misionera que transmitió el Evangelio hasta llegar a cada uno de nosotros. Tal vez, nuestros antepasados evangélicos, nuestros antepasados de la fe, de otras partes del mundo fueron transmitiéndonos el Evangelio, llegando hasta el día de hoy. Entonces ese Evangelio que se fue transmitiendo en esta tierra hace más de 500 años y tal vez antes en otras partes, nosotros tenemos que continuarlo, no puede quedar en nosotros”, expuso.
Puntualizó que “ese es nuestro mandato misionero hoy: seguir la estrella de Belén. Seguir hacia donde el Señor nos quiera mostrar que nos quiere llevar, para poder adorarlo, para de esa manera ser continuadores de la fe que nos hizo a nosotros estar acá y que dentro de muchos años y de muchos siglos hará que otros esté acá, porque nosotros somos parte de esa Evangelización, nosotros somos parte de la Iglesia que va a transmitir el Evangelio”, aseveró.
ADVIERTE DIOS PODRIA BUSCAR OTROS CAMINOS PARA EVANGELIZAR
“Si nosotros no lo transmitimos bien, si nosotros no somos no somos verdaderos misioneros, tal vez haya menos gente que conozca el Evangelio, lo que determinará que Dios tenga que buscarse otros caminos” advirtió Izurieta durante la Eucaristía conmemorativa de la Primera Misa celebrada en el Nuevo Mundo el 6 de enero de 1494, la cual fue presidida por el Nuncio Ghaleb Moussa Abdallah Bader y concelebrada por los Obispos Julio Cesar Corniel Amaro y Gregorio Nicanor Peña Rodríguez y sacerdotes de esta Diócesis. .
El funcionario de la Nunciatura Apostólica en el país dijo: “Pero Dios quiere usarnos a nosotros, porque quiere que seamos sus instrumentos para transmitir el Evangelio a las próximas generaciones que vivan en República Dominicana, para de esa manera transmitir nuestra fe para que en los próximos siglos pueda haber una Iglesia que pueda celebrar en este lugar el comienzo de una nueva Evangelización”.