Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
«…ni lo dicho bastará ni otro folio.
Diré solo una más: que tolerar
no debo, que quitado todo sostén
nuestra casa en ruinas se quedará.«
Ariosto, Ludovico: (Sátira Primera, 2)
La malhadada y trágica aventura de destruir al Estado llamado República Dominicana adoptada y emprendida por «El Estratega« Presidente, Danilo Medina Sánchez, comenzó cuando su mismísima persona, en el mismísimo Palacio Nacional, montó, con jovencitos haitianos, un sainete de mala muerte para pedirle «perdón« (¿?) a los haitianos radicados en la República Dominicana que dicen supuestamente ser «dominicanos« (¿?); dicho sainete fue montado en ocasión del Tribunal Constitucional de la República Dominicana haber dictado su Sentencia No. 168-13 (ver Diario Libre de fecha ocho (8) de Octubre del dos mil trece (2013)). Ahí inició su singladura proditoria a la Patria «El Estratega« Presidente. A partir de entonces Danilo Medina Sánchez viene haitianizando a la República Dominicana haciendo incapié en legitimar el darle asistencia de salud, en legitimar el irrespeto a la repartición legal del trabajo entre nacionales y extranjeros (el 80-20) y, en lo máximo de lo máximo: en proporcionarles documentos a un nivel impensado y descalabrante del futuro del Estado dominicano. Primero nacionalizó como «dominicanos« (¿?) a cincuenta y cinco mil (55,000) haitianos. Le otorgó el estatus migratorio de residentes legales a cerca de doscientos ochenta y ocho mil (288,000) haitianos, los cuales pronto serán convertidos en nacionales dominicanos. Lo mismo hará con todos los demás que el efecto de llamada de su propaganda ha ido incitando a venir al territorio dominicano invadiéndolo y ocupándolo. Interior y Policía está dándoles carnets de residentes y sigue recibiéndoles documentos fuera de plazo. Pero más aún: el Gobierno «dominicano« (¿?) de «El Estratega« Presidente dice la desfachatez de que no se deportarán mujeres parturientas haitianas ni niños haitianos. ¿Qué significa eso? ¿Cuál es la consecuencia de eso? Igualmente dice el Gobierno «dominicano« (¿?) de «El Estratega« Presidente, por vía de su `Canciller de la Traición a la Nación`, otra idéntica desfachatez: que no se deportarán haitianos que digan haber nacido en la República Dominicana. ¿Qué significa eso? ¿Cuál es la consecuencia de eso?
Todo eso tiene clarísimas implicaciones que pretenden ser «de naturaleza jurídica« (¿?). Es una derogación fáctica, es decir, de hecho, del Jus Soli restringido existente en las Constituciones dominicanas desde mil novecientos veintinueve (1929). Es una fusión práctica de la población dominicana con la población haitiana que ha sido enviada hacia la República Dominicana y sigue llegando por tropel a través de numerosos puntos de la frontera con Haití. Es la llevada a la práctica, a lo fáctico, a los hechos, la recomendación de la descarada sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que le ordenó al Estado llamado República Dominicana modificar su Constitución para derogar el Jus Soli restringido e implantar el Jus Soli absoluto tal y como existe en los Estados Unidos de América para que todos los haitianos que nazcan en el territorio de la República Dominicana sean «dominicanos«.
Todo ello lo ha hecho, lo seguirá haciendo y lo hará «El Estratega« Presidente sin necesidad jurídica alguna que justifique todo eso que él ha venido cometiendo en perjuicio y agravio de la Patria de Juan Pablo Duarte, es decir, a pesar de que todas las constituciones dominicanas desde mil novecientos veintinueve (1929) establecen un jus soli restringido (el cual es totalmente diferente al jus soli absoluto de los Estados Unidos de América). El Artículo 18, Numeral 3, de la Constitución del Estado dominicano prescribe: «Artículo 18.- Nacionalidad. Son dominicanas y dominicanos: …3) Las personas nacidas en territorio nacional, con excepción de los hijos e hijas de extranjeros miembros de legaciones diplomáticas y consulares, de extranjeros que se hallen en tránsito o residan ilegalmente en territorio dominicano. Se considera persona en tránsito a toda extranjera o extranjero definido como tal en las leyes dominicanas;« Obsérvese: «con excepción de los hijos e hijas…de extranjeros que… residan ilegalmente en territorio dominicano.« A la cual claridad hay que sumar el hecho de que todas las constituciones haitianas establecen el jus sanguinis y no dejan lugar a la más mínima de las dudas de que todo descendiente de un haitiano es de nacionalidad haitiana («Posee la nacionalidad haitiana de origen todo individuo nacido de padre o madre haitiana.»: Artículo 11 de las constituciones haitianas de 1987 y 2011 que reproducen sus homólogos de todas las constituciones haitianas anteriores),descartando de plano toda posibilidad de apatridia respecto de cualquier descendiente de haitiano.
Todo ello significa que Danilo Medina Sánchez ha pervertido y desacatado tanto a la Constitución de la República como a las disposiciones de la Sentencia No. 168-13 del Tribunal Constitucional, irrespetando así la disposición constitucional que establece que las decisiones del Tribunal Constitucional «constituyen precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado«: «Artículo 184.- Tribunal Constitucional. Habrá un Tribunal Constitucional para garantizar la supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos fundamentales. Sus decisiones son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado. Gozará de autonomía administrativa y presupuestaria.«
«El Estratega« Presidente se ha colocado por encima de la Constitución de la República Dominicana y por encima del Tribunal Constitucional de la República Dominicana.
El cese obvio de reclamos y de protestas de la ONU, de la OEA, del Estado haitiano y de las ONGs pro-haitianas es muy sintomático: obedece a que el gobierno de Danilo Medina Sánchez se ha plegado a todo lo que querían la ONU, la OEA, el Estado haitiano y las ONGs pro-haitianas. Como remate probatorio de todo esto: el propio Canciller de Haití, Lener Renauld, en el periódico haitiano Le Nouvelliste declaró que felicitaba el cambio en el comportamiento del gobierno dominicano: ¿Qué cambio es ese al que alude el Canciller haitiano? No es otro más que la clara claudicación de la soberanía de la República Dominicana en que ha incurrido «El Estratega« Presidente a través de los pasos precedentemente enumerados de su singladura traidora a la Nación dominicana.
De manera, pues, que «El Estratega« Presidente va a deportar a los invasores-ocupantes haitianos, sí, pero la semana «de los tres (3) jueves«: ha instalado un circo de mera apariencia deportando «cinco (5) gatos por día« y cuando «acaso« los deporta para «cubrir apariencias« (¿?); total: para nada, pues «la frontera« (¿?) domínico-haitiana tiene ochenta y un (81) puntos clandestinos de entradas para los haitianos cruzar para este lado (según lo expresó el referido Canciller haitiano en la conocida entrevista que le realizó Patricia Janiot por CNN en Español), que «El Estratega« Presidente no taponó, no los tapona ni los taponará, de tal suerte que cualquier recién llevado a Haití desde aquí puede volver cómoda y clandestinamente al territorio nacional dominicano. Las condiciones existentes, pues, tan sólo dan lugar a un círculo vicioso.
El objetivo dispuesto por la Sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional era hacer un inventario de todos los extranjeros (esencialmente haitianos), para determinar su estatus, cuestión de que el Estado dominicano pudiese deportar a todos los que estuviesen ilegalmente aquí por no estar en este territorio de manera regular. Pero «El Estratega« Presidente prefirió convertir en «dominicanos« (¿?) a los haitianos que estuviesen pisando el territorio nacional dominicano acatando así las directrices de las potencias extranjeras implicadas en esta trama contra nuestro país. No es, pues, un Plan Nacional de Regularización: en realidad es `un Plan Nacional de Haitianización` o, más bien, `un Plan Gubernamental de Haitianización`. Es `el Plan de Haitianización de la República Dominicana` que está ejecutando siniestramente y descaradamente Danilo Medina Sánchez. Con su pensamiento sombrío «El Estratega« Presidente ha despedazado la soberanía del Estado dominicano y está demoliendo inmisericordemente al Estado dominicano, a la Nación dominicana y al pueblo dominicano.
A diferencia de las personas procedentes de otras nacionalidades que se han incorporado como miembros de la República Dominicana, la comunidad de los haitianos existente en la República Dominicana tiene una característica que la diferencia de esas otras nacionalidades y es que dicha comunidad haitiana arrastra y enarbola un odio visceral a todo cuanto huela a dominicanidad: odian a Juan Pablo Duarte, odian a la bandera dominicana (tanto es así que hasta han protagonizado aquí episodios de quema de ella), consideran que este territorio nacional dominicano es un territorio de éllos porque supuestamente le fue quitado a éllos con la Independencia proclamada el veintisiete (27) de Febrero de mil ochocientos cuarenta y cuatro (1844); y hablan con un tono de odio contra los dominicanos y contra todo lo que huela a dominicanidad; odian la cultura dominicana que nos diferencia de ellos; en fin: odian la Independencia de la República Dominicana.
¿A dónde puede conducir la experiencia que está materializando Danilo Medina Sánchez de convertir a haitianos en supuestos «dominicanos« (¿?)? Es obvio que esa minoría haitiana (que es extremadamente numerosa: hay alrededor de unos dos (2) millones de haitianos repartidos por toda la geografía dominicana) va a seguir creciendo demográficamente, va a velar de manera cohesionada por la defensa de sus intereses y votando (al ser nacionalizados «dominicanos« (¿?) los haitianos podrán ejercer el derecho al voto), podrá incidir en los destinos políticos dominicanos (en lo inmediato todos los haitianos que nacionalice «El Estratega« Presidente van a votar por él; su competidor será el «periodista« (¿?) co-Traidor Juan Bolívar Díaz Santana, el cual tratará de que esos votos o parte de los mismos beneficien a quienes él patrocine: en lo inmediato está patrocinando a Luis Abinader). Que nadie se asombre si un día de estos el Premio Nóbel de la Paz les es concedido de manera compartida a «El Estratega« Presidente y al «periodista« (¿?) co-Traidor Juan Bolívar Díaz Santana. Premio Nóbel que sería concedido por el comité sueco sin conocer este que los héroes de los haitianos fueron los verdugos de los dominicanos, sin conocer nuestra realidad, sin conocer nuestro ordenamiento jurídico, sin conocer de quiénes nos independizamos, sin conocer quiénes sojuzgaron al pueblo dominicano durante veintidós (22) años consecutivos, sin conocer el intento sistemáticamente repetido en el tiempo de nuestros sojuzgadores volver a apoderarse de nuestro territorio, de intentar volver a reinstaurar su sojuzgamiento sobre el pueblo dominicano, sin conocer que la actual emigración masiva haitiana ocupante del territorio dominicano obedece a un definido plan estructurado para éllos volver a convertirse en los amos de este territorio que pertenece a la República Dominicana. A veces la bondad se combina con la ignorancia y cuando ello ocurre los resultados de esa bondad así maleada suelen ser tan catastróficos y tan letales como los resultados de la sola ignorancia.
En Kosovo los albaneses que cruzaron la frontera y se instalaron allí constituyeron una minoría bastante apreciable (igual que los haitianos en la República Dominicana) y fueron creciendo numéricamente hasta tal punto que llegaron a erigirse en mayoría en dicha provincia yugoeslava (los albaneses allí llegaron a ser mayoría en un setenta por ciento (70%) y proclamaron una República Independiente. En el caso de los haitianos lo que pueda acontecer (fusión; declaración de parte del territorio dominicano como parte del Estado de Haití; Estado bi-nacional; etcétera), ya todo eso es una cuestión que la definirá el tiempo y que dependerá de circunstancias, pero muy esencialmente de tiempo, el cual obviamente ya se estrecha.
Si el pueblo dominicano no reacciona frente a lo que está materializando Danilo Medina Sánchez, en poco tiempo verá una población haitiana compitiendo en numerosidad de presencia física vis a vis con la dominicana en todo, sin excepción de nada; y con las consecuentes litis, pendencias y confrontaciones de todas índoles que necesariamente se producen cuando se encuentran dos culturas totalmente diferentes.
Danilo Medina Sánchez está sentando las bases de la desaparición del Estado dominicano y lo está haciendo a sabiendas de ello. Bloquear la permanencia en el poder de Danilo Medina Sánchez y efectuar el desmantelamiento de su política haitianizante es un objetivo de Altísima Prioridad Nacional. La gravísima situación creada por Danilo Medina Sánchez es ominosa y totalmente peligrosa para el futuro del pueblo dominicano ya en lo inmediato, ya en tiempo actual. La desvergonzada estrategia de «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez es una estrategia que conduce a la destrucción del Estado dominicano con las consecuentes implicaciones sobre el territorio nacional, sobre la población dominicana y sobre el gobierno que conforman el Estado creado por la idea luminosa de Juan Pablo Duarte.