Amplios sectores de la población opuestos al PLD claman por una oposición más aguerrida al gobierno mientras el PRM, hasta ahora el principal partido en ese litoral, oferta con Luis Abinader una candidatura crítica pero no radical.
Hay que preguntarse, si esa línea de la gestión opositora del PRM es intencional, producto de una cuidadosa evaluación estratégica o solamente expresa la naturaleza, temperamento, visión y características del candidato y de su equipo.
Luis Abinader dedica mucho más tiempo a seducir a las clases medias, profesionales y empresarios que a respaldar los reclamos de justicia de otros sectores populares. Sus presentaciones críticas sobre el presupuesto deficitario elaborado por el gobierno y su propuesta de simplificar y consolidar los procedimientos para favorecer la inversión privada tratan de presentar su candidatura como una iniciativa sensata y respetable alejada de y contraria a la reputación que acompañaba la labor opositora y la gestión política del antiguo PRD de donde procede el PRM y el propio candidato.
Centrar la estrategia en convencer a estos sectores de que el PRM busca gobernar y no hacer oposición en las calles puede asumirse como un riesgo calculado que procura arrebatarle al PLD y a Danilo Medina el voto de toda esa parte de la población que está preocupada por los desmanes del gobierno pero no quiere apostar a la inestabilidad política.
Dentro de los sectores que así piensan están los leonelistas quienes prefieren la victoria de un Abinader moderado a la reelección de un Danilo que, sin discurso, rencoroso y fracasando, solamente puede terminar de aplastarlos. Ya se ha dicho en artículos anteriores que el miedo de Leonel y los suyos a la cárcel no alcanza la intensidad que tuvo antes y si además de la experiencia ya adquirida se enfrentan a una propuesta opositora moderada no habría razones para no colaborar con ella.
CORRUPCION
Esa entente informal es reveladora. Cualquier observador puede darse cuenta de que el discurso del PRM está orientado a demostrar que es una opción respetable, distinta, institucional y cuando abordan el tema de la corrupción, la condena pública viene acompañada de la promesa de hacerlo mejor, pero no asume el compromiso de perseguir judicialmente los innumerables crímenes cometidos por la cúpula peledeista y aliados.
Una parte del país quiere justicia ya y está en las calles reclamándola. Para esa parte del país el tema de la corrupción está en la médula misma de todas las condenas y de todas las propuestas.
Por lo tanto, el discurso de Abinader ha resultado decepcionante para ellos y debe verse este desencanto no como un resultado casual sino como el producto necesario de una decisión de estrategia política, asumiendo, como entiendo haber hecho, que en el PRM no están obrando por capricho sino a partir de una formulación de intereses estratégicos.
Esta es, posiblemente, la razón por la cual algunos sectores vinculados a esas luchas populares hablan del PRM como una propuesta que no termina de cuajar ni de aglutinar ni de proyectarse como posibilidad de poder.
Es posible que, desde el litoral de la jefatura del PRM, se hayan hecho varios cálculos secundarios. Por ejemplo, dado que esta parte del electorado está realmente hastiada del PLD cabe presumir que, a pesar del descontento provocado por una oposición “respetable y moderada” al final terminarán votando por Abinader por la sencilla razón de que ninguna alternativa es tan odiosa y aborrecible como no votar o facilitar de cualquier modo la permanencia del PLD en el poder.
Sin embargo, es posible, y me permito añadir que deseable, que todos aquellos descontentos con la naturaleza moderada de Abinader salgan a votar por Alianza País u Opción Democrática de donde esperan además de críticas a la corrupción el compromiso y el empeño de perseguirla.
¿En cuál dirección se moverá el PLD maquinaria? ¿Adónde irán esos miles de personas entrenadas y experimentadas en ganar mesas electorales a base de comprar votos, falsear actas, acosar opositores e intimidar infelices?
Dado que Danilo Medina no tiene la más mínima posibilidad de ganar un proceso electoral por simpatías genuinas del electorado su reelección descansa en el comportamiento y la efectividad de esa gran e intimidatoria maquinaria electoral que ha sido el PLD pero que ahora, por primera vez está fracturada.
No hay quien se haga con el control absoluto de esa maquinaria y ahí, no en las preferencias del electorado, es donde está la gran diferencia en los resultados electorales del 2016.
Una oposición moderada puede atraer a los peledeistas descontentos y a ese empresariado preocupado pero también descontento pero, precisamente por ser moderada, esa oposición no tendría la más mínima posibilidad de enfrentar un fraude masivo en las calles y jugársela el todo por el todo. Está además pendiente de verse, hasta donde Alianza País y Opción Democrática puedan ser capaces de captar el descontento y convertirlo en una tercera fuerza con capacidad para ser elegida o decidir quién lo sería.
DANILO ATRAPADO
Finalmente, Danilo Medina, ha quedado despojado de la reputación de menos malo que labró a su favor un esfuerzo de ingeniería de relaciones públicas. Está atrapado en su propia trampa. Si todo lo malo a su alrededor persiste a pesar de sus intenciones, es un inepto y si es producto de su propia gestión entonces es un perverso.
Antes de sobornar el Congreso para que le permitiera buscar la reelección, Danilo Medina creía que podía ganar con las encuestas fabricadas. Después del soborno él sabe que solamente puede aspirar a imponerse y para eso depende de la capacidad del PLD-maquinaria para traerle votos a la buena y a la mala.
Debe convencer al PLD maquinaria de que él va a ganar; no de que puede, sino de que va a ganar, de que tiene que ganar y de que ni siquiera es posible admitir otro resultado. Después de todo, razonan muchos, el que soborna un congreso en pleno, puede que esté dispuesto a todo. ¿Es así?
A raíz de un incidente en una de las protestas de la Cadena Humana contra la corrupción donde la represión ha desbordado no solamente la legalidad sino incluso, las apariencias de legalidad, Marco Antonio Rodríguez Baldera consignó en una publicación reciente en Facebook algo que a mi juicio tiene un valor no solamente factual sino premonitorio y que tampoco sé si es de su autoría: “Ese general de los lentes es el que ha prometido en reiteradas ocasiones desaparecerme. Ayer lo vi, y me preguntó cínicamente: ¿y tu estás vivo? no sabe que mi secreto siempre ha sido tener más cojones que esperanzas”.