image_content_5624381_20151007110238Manuel Gilbert

PUERTO PLATA.-La presencia de turistas en las calles y en los restaurantes de malecón de la ciudad de Puerto Plata la misma tarde que fue asesinado el visitantes alemán Ernst Gunter Haun puso de relieve que eran infundados los temores de que ese lamentable hecho iba a afectar este destino turístico.

A una importante cantidad de turistas se les vio caminar sin miedo ni espantos por las calles del centro histórico sometido a revitalización por el Comité Ejecutor de Infraestructuras en Zonas Turísticas (Ceiztur), organismo adscrito al ministerio de Turismo y se les observó tomando o consumiendo platos de la variada oferta culinaria en restaurantes del malecón.

También el pasado domingo decenas de turistas estuvieron disfrutando en el malecón del segundo domingo del Carnaval Puerto Plata 2016, haciendo caso omiso a lo ocurrido tres días antes a pocos metros de donde están ubicadas las tarimas que albergan al jurado, a los turistas, a los invitados VIP y a los comunicadores.

Gunter Haun fue baleado por uno de dos atracadores a las 1:35 minutos de la tarde del jueves y una hora después se notó la presencia de vacacionistas extranjeros, como si nada hubiera ocurrido a pocos metros de los restaurantes ubicados entre las calles Separación y José del Carmen Ariza.

De la misma forma, un número importante de turistas también paseaban a pies, algunos acompañados por guías turísticos y otros caminaban desprevenidos por calles del centro de la ciudad de Puerto Plata, ajenos a muerte del infortunado visitante germano.

Sin embargo, al día siguiente tuvo lugar una reunión en la sede del viceministerio de Turismo, la cual fue encabezada por el viceministro de Turismo, Julio Almonte; el gobernador, Iván Rivera y el director nacional del Cuerpo Especializado Seguridad Turística (Cestur), general Juan Carlos Torres Robiou, donde la mayoría de los discursos tenían un tono alarmista exagerado.

Allí se formularon reclamos altisonantes para que se garantice un mayor nivel de seguridad a los turistas, ataques desaforados a las autoridades por permitir la ocurrencia de la muerte de Ernst Gunter Haun y por no contar con una ambulancia para trasladarlo al Centro Médico Bournigal, lo que se hizo de manera indebida en una camioneta de Coraapplata.

Asimismo, se acabó a la prensa sin excepción, con énfasis en la prensa turística, a la que se le acusó de no haber hecho nada para evitar que los ciudadanos que tomaron videos y fotografías del cuerpo agónico del turista que atracadores ultimaron a tiros en la calle Separación frente a la Logia Restauración No. 11 por resistirse a ser atracado.

Los que actuaron de manera desaforada daban la impresión de que el destino Puerto Plata se iba a hundir debido a esa lamentable muerte, sin reparar en el hecho de que en Estados Unidos, Francia, España, Méjico y otros países ocurren a diario horribles matanzas y su industria de la hospitalidad y el ocio ha continuado impertérrita creciendo.

Tampoco repararon en el hecho de que a pesar de que el turismo de cruceros comenzó el 18 de marzo del 1970 con la llegada al muelle viejo del buque “El Boheme” y el turismo aéreo arrancó en el mes de junio de 1980 con el arribo por el Aeropuerto Gregorio Luperón y al hotel Jack Tar Village, se cumplirán 46 y 36 años respectivamente, aquí nunca habían matado a un turista.

En su alarma no repararon en el hecho de que en Cabarete, Sosúa, Montellano, Puerto Plata, Costámbar y Luperón han asesinado por diversas causas, especialmente para atracarlos, una gran cantidad de extranjeros residentes en dichos lugares y el turismo en la Costa de Ámbar no ha desaparecido.

El turismo llegó a mermar en un 66% por la mala calidad de muchos hoteles, de los servicios, los alimentos y las bebidas, por el asedio de vendedores a los turistas, los altos precios de las tiendas de regalos por las altas comisiones que se han visto forzados a pagar sus propietarios a guías, taxistas y touroperadores.

El turismo se ralentizó, del mismo modo, por las molestias que vendedores ambulantes protagonizan contra los turistas cuando están descansando en las distintas playas del destino Puerto Plata, práctica que ha generado miles de protestas, quejas y reclamos de los visitantes foráneos que nunca fueron debidamente atendidas por las autoridades.

Igualmente, hicieron muy poco o nada para forzar al gobierno a construir las infraestructuras que se requerían, ni presionaron a pasados síndico garantizaran un nivel de limpieza que requería en Puerto Plata, Sosúa y Cabarete y por esa razón el destino turístico pionero del turismo receptivo de masa se desplomó.

Sin embargo, los hoteleros no asumieron una actitud alarmista como la que asumieron durante todo ese proceso de deterioro del destino Puerto Plata como la que expresaron con la muerte condenable y digna de la imposición de la pena máxima al o a los responsable de ese crimen ejecutado a sangre fría en contra de un anciano turista indefenso.

Señores empresarios turísticos, señores hoteleros, exijan, pero no quieran que el gobierno se lo haga o se lo dé todo y compren una ambulancia aunque sea para dar servicios en caso de emergencias a los turistas que se hospeden en Playa Dorada, Cofresí, Maimón, Sosúa y Cabarete.

Contraten servicios de salvavidas para que socorran a los turistas en caso que se estén ahogando, para evitar que tantos visitantes penetren a las aguas cuando el nivel de las olas o de las corrientes del Océano Atlántico no sea propicio para bañarse en sus aguas agitadas o para salvarlos cuando se estén ahogando.

Dejemos de ver la paja en los ojos ajenos y veamos la viga que tenemos en los nuestros, en vez de levantar el dedo índice para acusar a otros, que quizás tengan menos culpa que la que han tenido ellos en el desastre que ha causado daños sensibles al destino Puerto Plata. ¡La hora es de unidad, no de ataques injustos ni de división!.