15-15-08-53-18-7866499Lic. Ramiro Francisco
Los pueblos pueden sobreponerse a sus derrotas, a sus errores, y re encaminarse por senderos de progreso y de bienestar siempre que haya una firme determinación hasta alcanzarlo.
Es como una especie de resurrección. Un renacer de sus propias cenizas. Si nos encontramos en el proceso del renacimiento del Turismo, es porque hubo sus matadores o quienes trabajaron de manera negativa para que aquello ocurriese.
De esto es poco lo que se habla. Tal vez, para no encontrar culpables. Culpables que se encuentran enquistados ¡Quién sabe!, entre los mismos que se alegran por el resurgir de Puerto Plata.
A Lázaro y a la hija de Jairo los resucitaron. Volvieron a la vida porque el Maestro lo ordenó. ¿Quién llama al Maestro para que resucite?
Ha dicho el Papa Francisco, que muchos políticos prefieren mantener a los pueblos en la ignorancia y en la pobreza para ser tenidos como salvadores o benefactores cuando se presentan con dádivas para mitigar carencias de años.
El Obispo de la Diócesis de La Vega Mons. Antonio Camilo recientemente dijo lo siguiente:
“La política es un sacrificio, una vocación de servicio y nadie puede ir a enriquecerse. A los nuevos políticos que se vayan despojando de esa mancha. Al pueblo que no se deje engañar, si le dan algo cójalo pero no se sienta comprometido”.
Los pueblos que desean salir del letargo, de la modorra, de la servidumbre, aquellos que desean avanzar, crecer de manera integral, colectiva, no un grupo, un círculo, un anillo…tienen que luchar denodadamente contra aquellos políticos –sin importar partidos- que lo han sumido en la pobreza y en la ignorancia.
No estamos diciendo, que los cambios sociales ocurran al instante o de la noche a la mañana. Es todo un proceso. Un largo camino, pero hay que iniciar el recorrido.
Anhelamos una dirigencia política comprometida con el colectivo. Fuerte, decidida, responsable, honesta, que respete e inculque valores.
¡Basta de tanta impunidad, borrones y cuentas nuevas! Podemos resucitar como pueblo!