Por: MELVIN MAÑON
Si pregunta al azar: ¿Quien usted cree que va a ganar las elecciones? Danilo Medina responden muchos, mas de los que quisiera uno escuchar, tantos como para parecer mayoría.
Si en cambio pregunta: ¿Por quién va a votar usted? responden: “Bueeeno . . . no estoy muy seguro. Usted sabe . . . Puede ser . . . hay que esperar . . . Ellos están ganados. . . a esa gente no los quita nadie de ahí”. Por quien voy a votar, se parece, pero no es igual a quien creo yo que va a ganar.
Muchos dominicanos creen que Danilo Medina “ganará” y se quedará donde está pero, quienes eso creen no sienten simpatía alguna por ese resultado. No quieren la reelección pero están resignados, mas o menos convencidos de que nadie podrá evitarlo. Sin embargo, no está tan claro, ni el escenario ni ese desenlace.
Los pactos y las alianzas en el PLD, las imposiciones de candidatos y la gerencia de los procesos convencionales han acentuado el descontento y han abierto contradicciones en muchas demarcaciones. Sin embargo, es notable y acaso excepcional en la situación descrita la desconexión aparente que todavía existe entre el enojo y el descontento de la gente por las candidaturas en los niveles municipal y legislativo con la conducta posible o esperada de esa misma gente en el nivel presidencial el día de las elecciones. Esa franja del electorado, está disgustada por el despojo de candidaturas, las imposiciones, el autoritarismo, la distribución del dinero y la manipulación de recursos pero no sabemos si ese disgusto los llevará a votar por esas u otras candidaturas, si no votarán por nadie o por quien votarían en el nivel presidencial el dia de las elecciones. Alguien que trabaja en la campaña de Danilo me confesó: Danilo gana pero, si tu preguntas en la calle, ocho de cada diez personas están contra su reelección. ¿Por qué gana? Se preguntó retórico. Porque no tiene oposición. Comprar medio millon de votos cuesta 22 millones de dolares y el los tiene. Asi de sencillo me explicó.
Ese descontento existe no solamente entre danilistas y leonelistas sino entre los perredeistas y aquellos y parte de la oposición y mantiene, una parte de la campaña, sin integración y colaboración entre candidatos. Cabe preguntarse si los perjudicados por el despojo, además de no apoyar la campaña local darán pasos adicionales. Nadie sabe ni puede asegurar si los descontentos en las jurisdicciones municipales y legislativas apoyarán los candidatos de su partido y si así fuera, que porcentaje de ellos lo hará.
Nadie sabe tampoco si la negación del voto se extenderá a la jurisdicción presidencial y los descontentos no votarán o lo harán por otra candidatura como y a manera de castigo.
Dentro de la oposición en general una amplia franja de votantes esta insatisfecha con la conducta y desempeño de sus dirigentes/candidatos y hasta podría castigarlos negándoles el voto bajo el razonamiento no explicitado de que no han hecho lo que debían: No nos merecemos ganar me ha dicho recientemente alguien del propio PRM. La percepción de tantos, dentro y fuera de los partidos, respecto a la imposibilidad de derrotar a Medina expresa la frustración y el desencanto ante una oposición que no ha podido, no ha sabido o no ha querido hacer el tipo de campaña, de oposición, de discurso, de gerencia apropiado ni ha sabido tampoco escoger los candidatos que se esperaba o acaso, los que preferían los descontentos de hoy.
Un rasgo singular de este proceso es que la oposición no necesita desmontar la imagen de Danilo Medina ni del gobierno. El país sabe perfectamente bien lo que han hecho desde el paquetazo fiscal y el desayuno escolar hasta, la compra del Congreso en pleno, los escándalos de Odebrech, Punta Catalina y una larga cadena de etcéteras. El problema de la oposición es darle a un electorado esceptico, y parcialmente desmoralizado, una razón, una sola, para que conecten con ella y lo acompañen en las urnas. La gente, ese electorado, presiente o sabe lo que le espera con cuatro años mas de PLD pero están tan desencantados con sus dirigentes, tan descreidos que, incluso sin ponderar las adversidades reales de esos partidos para hacer campaña, culpan a sus dirigentes de la perspectiva de que la reelección se imponga. Dicho en otras palabras. Una amplia franja de electores tiene sobrados motivos para estar contra Danilo pero no parece tener un buen motivo para votar por la oposición.
Nadie sabe que pasará el día 15 de mayo exceptuando el tamaño del fraude ejecutado ya y del que está montado para esa fecha. Nadie sabe cual actitud prevalecerá en la gente. ¿Será el rencor por todo lo malo del gobierno o será el desencanto con la oposición?. No lo se. Creo que nadie lo sabe. Empero algo tengo bien claro. Aunque esa oposición tenga fallas graves, aunque no se haya lanzado a las calles, aunque su agenda es, para mi gusto, muy conservadora, aunque creo que están mal acompañados y peor asesorados, aunque no oyen consejos; a pesar de todo eso voy a votar por esa oposición porque para mi, y para este país, cuatro años mas de PLD es la mas penosa, cara, terrible, dolorosa y trágica perspectiva.
Insto pues a votar contra la reelección aunque una parte del liderazgo opositor no se merezca la victoria. Al final del día no se trata solamente de lo que ellos hagan o merezcan sino de lo que representa para nosotros como pueblo entronizar la dictadura, aplaudir el caos, celebrar la corrupción, sucumbir a la inseguridad, ser víctima del naufragio de esta nación por la cual he afanado, sufrido y luchado tantos años de mi vida. También yo merezco algo distinto aunque no sea lo que mas me gustaría.
Dejemos pues de sacarle en cara a Minou sus años en el PLD, dejemos de acusar a Guillermo de personalista intolerante y dejemos de endilgarle a Luis la flojera de su discurso. Entendamos que se hizo todo lo posible por aconsejarlos pero ya no podemos cambiarlos ni inventarnos ahora la oposición que queremos asi que, por el momento, resignados, mejor votar en masa por cualquiera de ellos que seguir quejándonos de todos.