SD..Siete años y 11 meses y medio transcurrieron entre la mañana del 2 de julio de 2008, cuando Billy Beane viajó de California al hotel Jaragua de Santo Domingo, y la noche del miércoles en el U.S. Cellular Field de Chicago, para que la apuesta más arriesgada de los Atléticos en un adolescente internacional diera su primer gateo.
Beane, el “genio” de la sabermetría que Brad Pitt llevó al cine con Moneyball, y que desafió el “establisment” ligamayorista compitiendo con equipos diseñados por software, autorizó un bono de US$4,250,000 para reclutar al puertoplateño Michael Ynoa.
Tan pronto como el gigante lanzador de 6’7 se reportó a la academia del club en La Victoria en el otoño de 2008 el radar extrañó la velocidad que lograba previo a la firma y por dolor en su codo.
Fue en 2010 que pudo debutar como profesional en la Liga de Novatos de Arizona donde nueve entradas en tres partidos confirmaron que tenía un tendón roto, se sometió a la cirugía Tommy John, y no regresó hasta 2012 cuando el club tuvo que protegerlo en roster de 40, para no arriesgarse a perderlo en el draft de Regla 5.
En 2014, el conjunto verde lo descartó como abridor, probó sin éxito en el bullpen, y al concluir la campaña lo envió a los Medias Blancas sin haber alcanzado doble A junto a Jeff Samardzija por cuatro prospectos.
Su aterrizaje en doble A y triple A llegó este 2016 con 1-3, 3.90 de efectividad en 27.2 entradas de 25 hits, 12 carreras, 12 bases y 24 ponches con WHIP por encima del promedio (1.33).
El miércoles, Ynoa tiró dos entradas en blanco para unos White Sox penúltimos en la Central, pero a 2.5 juegos del primero. Pasaron 119 partidos y 226.2 capítulos en seis niveles.
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