Terminadas las primarias con la proclamación de los candidatos presidenciales en las convenciones del Partido Republicano y el Partido Demócrata, las apuestas están echadas sobre quién ganará, y así seguirán hasta el 8 de noviembre.
Diversas razones se han dado para explicar por qué Hillary Clinton o Donald Trump ganará, y en días recientes, se hizo viral un artículo de Michael Moore donde señalaba cinco razones por las que Trump ganará.
Aquí planteo cinco razones por las que creo Hillary Clinton ganará.
Antes de señalarlas debo indicar que su candidatura tiene serios problemas, entre ellos: hay cansancio con los Clinton que llevan varias décadas en la política electoral, ella ha estado involucrada en algunos escándalos como el de los correos electrónicos que erosionan la confiabilidad, tiene alta tasa de rechazo, y no es una política de fuerte carisma natural.
No obstante, las siguientes razones la impulsan hacia una victoria electoral.
Una, la economía mejoró. Aunque en Estados Unidos hay insatisfacción justificada con la precarización del trabajo y la desigualdad, no hay desesperación como en 2008. Después del desangramiento de puestos de trabajo que duplicó el desempleo, la economía ha generado durante el gobierno de Barack Obama cerca de 15 millones de empleos, las tasas de interés siguen bajas y también la inflación, y mejoró la exportación cuando el dólar bajó.
Dos, la unidad del Partido Demócrata. Aunque Bernie Sanders se la puso difícil, al final, apoyó la candidatura de Hillary y sus seguidores no se retiraron de la convención al momento de su discurso final. Toda la estructura dirigente del partido apoya a Hillary, encabezada por Barack Obama. El desafío que tienen ahora es lanzarse a motivar los demócratas para que salgan a votar.
Tres, la nueva coalición social. A partir de la victoria de Obama en el 2008, se ha acuñado el término la “coalición Obama”, que se refiere a los bloques de votantes que favorecen mayoritariamente el Partido Demócrata: los afroamericanos, los latinos y otros grupos inmigrantes, las mujeres sobre todo urbanas, los jóvenes y la comunidad LGBT. Aunque Hillary no encanta ni inspira todos estos sectores en la misma magnitud que Obama, recibirá un amplio apoyo de estos grupos porque Trump ha antagonizado con casi todos ellos. Eso aseguraría el triunfo en estados claves donde en el pasado ganaba el Partido Republicano como Virginia (el gobernador es el candidato vice-presidencial demócrata) y estados del suroeste.
Cuatro, es mujer. Que sea la primera mujer nominada por uno de los dos grandes partidos no asegura triunfo, pero al final, motivará un segmento importante de la población a votar por ella, aunque no encante.
Cinco, el opositor es Donald Trump. Tanto Hillary como Trump registran alta tasa de rechazo. Trump comandó la energía en la pre-campaña porque es polémico, atrevido e irrespetuoso, pero ha roto puentes con diversos bloques de votantes como los latinos, los musulmanes y las mujeres. Hillary, aunque es vista por muchos como deshonesta y poco confiable, envía una señal de inclusión y estabilidad. Además, el Partido Republicano está enfrentado internamente por la candidatura de Trump, y seguirán en aumento los pronunciamientos inadecuados del candidato.
Es aún temprano para hacer proyecciones certeras sobre los resultados electorales. Ahora comienza la campaña.
Pero las condiciones señaladas auguran una victoria de Hillary a pesar de todos sus problemas y del fanfarroneo de Trump.
Estas elecciones se decidirán no por el voto entusiasta a favor de alguien, sino por el voto en contra del que más asuste. En eso Hillary Clinton lleva las de ganar.