PUERTO PLATA.-El representante local del ministerio de Turismo (Mitur), Julio Almonte, recordó que el turismo de crucero retornó a Puerto Plata debido a las gestiones hechas por el ministro de Turismo, Francisco Javier García y éste no permitirá que nadie dañe esa actividad.
Explicó que las medidas que se adoptan en este destino, incluyendo la regulación de los vendedores de la puntilla del malecón y de las playas de este destino turístico, no son fruto de un capricho suyo, sino que son el resultado de resoluciones vigentes aprobadas por el ministerio de Turismo.
Reveló que las medidas de control que inspectores al servicio de Mitur han venido aplicando, son consecuencia de las quejas de turistas que han reportado asedios por parte de vendedores de artesanía en el área de la puntilla del malecón y en las playas.
Almonte manifestó que antes de impedir a los vendedores de la puntilla que se aplicarían sanciones fuertes, les hizo saber con un mes de anticipación que si continuaban asediando a los cruceristas que frecuentan la fortaleza colonial San Felipe se aplicarían medidas disciplinarias.
Señaló que como esos vendedores no hicieron caso a la advertencia se les Turismo se les impidió operar en ocasión de la visita de uno de los cruceros que tocan la terminal Amber Cove, puesta en servicio con el arribo del “Victory” el 6 de octubre del año 2015.
“No tenemos interés en echar de la puntilla del malecón a los vendedores que operan en ese lugar para dar paso a otras personas, sino para evitar que se acerquen a los cruceristas para ofertarles las mercancías que intentan venderles de manera forzosa, sino que deben esperar que los turistas se acerquen a ellos”, precisó.
Julio Almonte estableció que el ministerio de Turismo (Mitur) es el único organismo que está investido de autoridad legal para regular los servicios que se prestan a los turistas que vistan la República Dominicana y absolutamente más nadie.
Consignó que se impidió operar por un día a los vendedores para luego reunirse con éstos y hacerles saber que está terminantemente prohibido molestar a los cruceristas y a los turistas que llegan por la vía aérea.