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Manuel Gilbert

PUERTO PLATA.-El reverendo Ricardo Potter, quien fue el mentor y propulsor del Grupo Cultural La Tuerca, reveló que a pesar de que siempre hubo una vigilancia extrema en los lugares actuaban, la Policía los respetó.

Definió los 12 años del gobierno del doctor Joaquín Balaguer como un tiempo difícil, pero nosotros, realmente, tuvimos el respeto de la Policía, aunque en los lugares donde nos presentábamos hacíamos poesía social.

“Fíjate que hacíamos una poesía social, que en vez de entenderla como tal, la entienden como política y nos cercaban. Como se recordará muchas veces nos cercaban la Iglesia, pero aguardaban”, señaló.

Potter recordó que a él le llamaban el padre comunista, a lo que, aunque sabía que en eso tiempo era peligroso que te llamaran así, pero eso no le intimidaba, porque el comunismo es parte del cristianismo, aunque de una forma diferente.

“Anduvimos el país y cuando llegamos a Estados Unidos, en New York, Connecticut, New York, nos recibían multitudes, hasta el punto que para nosotros actuar, había que cercar las calles para nosotros presentarnos en las esquinas, en las cuadras”, expuso.

Afirmó que el impacto eclesial que “llevamos representó una renovación de la liturgia de la Iglesia, porque el Grupo Cultural La Tuerca actuaba siempre en las iglesias, donde hacían música cristiana y popular”

“Era una música con un contenido cristiano, sin necesidad de enarbolar la bandera de que somos cristianos, pero se vivió el temor a Dios”, manifestó el padre Ricardo Potter, luego de que se presentara La Tuerca el jueves pasado en la Catedral San Felipe Apóstol.

Aseguró que lo que mantuvo fuerte el Grupo fue que se forjaron en el arte con temor a Dios, con una fe vivida y un sentimiento claro de lo que significa ser cristiano, sin negar que son pecadores, pero “los pecados nuestros se los presentamos a Dios”.

“Esta noche me sentí extremadamente feliz, porque lo hicieron bonito, lo hicieron bien y lo hicieron con integridad con solo tres días de ensayos y le agradecemos grandemente al obispo Julio Cesar Corniel Amaro y rector de la parroquia de San Felipe, que nos permitieron hacerlo desde la Catedral”.