Por: LEONEL MARTÍNEZ
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Pensando en esta memorable frase con que se da inicio a la novela del Quijote, leí unos párrafos de fuerte olor a prepotencia de un dirigente político que tituló, “Que hagan todas las marchas”.
Es decir, que los recorridos de la población como expresión de indignación de un pueblo, “jarto de que les roben sus cuartos”, para este funcionario no conducirán a nada, porque las marchas apenas son quijotadas, como las del hidalgo español que confundido peleaba con los molinos de viento pensando que eran gigantes.
En la obra cumbre de la Literatura Universal, “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes Saavedra, en el capítulo VIII, titulado “Los molinos de viento”, se lee:
“La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza…desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra”.
La fuerza de esta imagen del Quijote enfrentado con los molinos es poderosa, trascendente y de gran eternidad. Era evidente que el Quijote al confundir los molinos de viento con gigantes había perdido el juicio pero no la razón. Sin embargo, el pleito tenía la significación de una alegoría como sucede actualmente en República Dominicana.
Aquí en nuestro país, quienes marchan por las calles saben que están peleando contra gigantes, pues la corrupción no es un molino de viento, pero sus efectos son iguales, porque los políticos gobernantes logran moler con impunidad los recursos públicos hasta convertirlos en grandes sacos de dinero.
En esta semana, presenciando las recientes marchas verdes de este 22 de febrero, parece que las palabras del Quijote orientan el rumbo de este movimiento cívico: “La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear…”. Si señores, el pueblo está enfrentado al gigante de la corrupción y todo está saliendo mejor de lo que se deseaba. La gente está luchando contra la impunidad, y como reafirma el Quijote, “ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra”.
El desafío está planteado: “Que hagan todas las marchas”. Pues así será señor gigante. Tenemos ventajas porque ya no estamos confundidos como pretendían sus bocinas. Ahora sabemos con certeza cuáles son los molinos de viento y cuáles los gigantes de la corrupción.
Las lanzas punteras del pueblo darán en el blanco aunque lo tiñan de morado. “Si los perros ladran, Sancho, es señal que cabalgamos”. Se le atribuye haber dicho el Quijote en su marcha.