En la conducción de un vehículo, un tren o una motocicleta,el frenado a tiempo evita accidentes y hasta muertes lamentables.
Podemos transitar horas en nuestros vehículos, sin necesidad de emplear la bocina aunque no así el freno.
Somos muchos, los que podemos dar testimonios de que un frenado a tiempo salvó nuestras vidas y la de alguna otra persona.
Al sistema de frenos en cualquier vehículo por viejo que sea, hay que prestarle las debidas atenciones.
Se frena mucho durante un viaje para poder llegar sanos y salvos.
Las sociedades tienen frenos para poder desarrollarse y crecer.
De manera generalizada, están las leyes, las reglas, las ordenanzas que norman el comportamiento en sociedad.
El cuerpo social para aplicar las mismas estando sujeto a ellas, por aquello de que nadie está por encima de la ley.
Lo contrario es andar como los “carritos chocones”, que tanto les gustan a algunos niños.
Ante la desidia, anomia, indiferencia, dejadez, oídos sordos, mudez y ceguera de las autoridades ante determinados hechos o situaciones, lógico es el levantamiento de buena parte de la sociedad en reclamo del cumplimiento de la ley.
Ese reclamo sencillamente, sirve de freno, de contrapeso para llamar la atención de los indiferentes, cínicos e hipócritas cual fariseo moderno.
¡Qué sería de República Dominicana sin esos frenos sociales , sin esas marchas, sin esos reclamos! El Caos!
Conforme a técnicos de Mecánica Automotriz, los frenos “es un mecanismo que permite que un dispositivo se detenga o reduzca su avance”.
El freno social en nuestro país, busca entre otras demandas, detener o reducir el avance de la corrupción e impunidad.
¿Es acaso eso un pecado? ¿A quién se ofende? ¿Qué daño se hace?
Bien lo han entendido religiosos de diferentes congregaciones cristianas, clubes de servicio, empresarios, rectores de universidades, dirigentes políticos, amas de casas y simples ciudadanos que aspiran a la puesta en marcha de un legítimo régimen de consecuencias.
Es esa construcción de ciudadanía que los políticos corruptos rechazan, porque el ciudadanos crítico puede vigilar su comportamiento en el cargo que desempeñen en la administración pública o en cualquier poder del Estado.
Válidas las declaraciones dadas hace menos de 24 horas por el presidente de la Cámara de Cuentas Lic. Hugo Alvarez Pérez, al expresar “si usted no quiere que lo cuestionen, no desempeñe funciones públicas”.
Aspiramos a una sociedad con frenos reales. Que respondan a tiempo antes del choque y no como el carro aquel que decía tener el Lic. Jacobo Majluta en la campaña de 1986 si mis neuronas no me fallan.