GROSERIASRamiro Francisco

Hay muchos temas interesantes en las turbulentas aguas de la sociedad dominicana. Temas que tienen que ver con Marcha Verde, Corrupción, Impunidad, Primarias con padrones cerrados o abiertos, los líos comerciales y de parturientas en la frontera domínico-haitiana, asaltos y atracos que mantienen dando vueltas a investigadores e “investigadores”, pero nosotros deseamos tratar algo sobre el derecho ciudadano de comunicar.

El periodismo, la comunicación de hoy no es la misma ni en señales, que la vivida en los últimos 30 o 40 años.

La redacción es más ágil, sintetizada, rápida. Menos cantidad de palabras en los párrafos informativos. El lector o radio televidente posee -si desea y sabe utilizarla- más herramientas para verificar o comprobar una información.

Existen más medios electrónicos, diarios digitales e impresos y las redes sociales que verdaderamente bien empleadas revolucionan la información en beneficio al fin, de la misma sociedad o el colectivo.

No obstante, debido a que todos tenemos el derecho de escribir, opinar, decir cosas y tomar partido, a veces hacemos uso incorrecto de esa libertad.

De ahí que, no nos sorprende la información que corre como gacela en el monte, que da cuenta de la suspensión por un mes de la comunicadora Claudia Pérez Ramirez cariñosamente La Tora, porque sus palabras y expresiones atentan contra el buen uso del lenguaje.

Quienes se deleitan con esa clase de programas que salgan a defenderla y a llevarle algunas funditas de alimentos, mientras dure la suspensión.

Es que muchos de nosotros que tenemos participación en programas de radio o televisión, nos creemos los intocables y que por hablar alto y vociferar palabras groseras, soeces e impublicables los “funcionarios, empresarios, militares y policías” tiemblan ante nuestras “verdades”.

La “libertad” nos hace creer que cualquiera puede tener un programa de radio o de televisión y convertirse en “analita” y en base a malas palabras, sandeces, vagabunderías y todo lo que se le ocurra alcanzar rating y estar pegado y que se le “tema y respete”.

Si son quienes escriben algún comentario en periódicos digitales, muchos creen que tienen la “libertad” para escribir palabras soeces que más bien parecen crápulas y menos foristas decentes, que pueden mantener un diálogo con altura y respeto con todo y que detenten opiniones encontradas.

Los dueños de medios, gerentes o administradores, tienen una vez más, la valiosísima oportunidad de observar, escuchar, analizar, el uso que se hace en ellos, para regularizar sus contenidos.

Si de las consecuencias impuestas a La Tora algo le tocara al o los dueños del medio, se aprendería también la lección.

La sociedad dominicana es digna de mejor suerte.

ramiro_francisco@yahoo.com