Dos importantes consideraciones respecto al proceso que se vive en los Estados Unidos. De hecho, ambas son muy importantes y pueden tener consecuencias de amplia repercusión.
1.- Para sorpresa mía y de todos la palabra socialista usada por Bernie Sanders para identificar sus propuestas ya no escandaliza en los EEUU y sigue siendo el político mas popular de todo el país considerando ambos partidos. ¿Por que? no estoy seguro pero puede ser que mucha gente haya finalmente comprendido que el neoliberalismo no trae nada bueno para ellos y está desacreditado como modelo. Yo por mi parte, desde el principio apoyé y alenté a Sanders.
Escribí sobre los fraudes perpetrados contra él por Debbie Wasserman y otros dentro de la maquinaria demócrata y sabía – al menos confiaba- que solamente el podía derrotar a Trump porque Clinton tenía, además de una agenda derechista ya comprometida, enfrentaba una tasa de rechazo muy alta y, se entendía, como bien precisó Mawreen Dowd, que en realidad ella era, incluso mas que Trump, el verdadero candidato de los republicanos cuya agenda abrazaba sin reservas.
No pude ni quise secundar a Sanders cuando el decidió apoyar a Clinton a pesar de que entendía sus razones. Sanders quería evitar que el fracaso de Clinton le fuera imputado a no haberla apoyado y trataba también de evitar que lo acusaran de traidor. Para mi Clinton ha sido siempre una mujer sin méritos ni virtudes y con un largo historial delictivo que empezó en Arkansas con el proyecto inmobiliario; su marido un sinvergüenza simpático y hedonista que regaló a los bancos corporativos las reformas que necesitaban para, junto a los demás bancos comerciales de primer nivel como suelen llamarse, joder a todo el mundo y es lo que hicieron y por eso la crisis inmobiliaria del 2008.
EL IMPEACHMENT
2.- Lo mas importante ahora es que, no me opongo pero tampoco aliento ni favorezco los intentos tanto demócratas como republicanos para el impeachment de Trump y ¿saben por que? Hay todavía alrededor de Trump mas de 36 millones de votantes que siguen creyendo en él y lo que hace y, mientras mas creíble es la amenaza más se emperra ese electorado en apoyarlo. Si prospera un impeachment, Trump se convertirá en el mártir de la derecha, le daríamos un icono que no tienen y toda la culpa de esa agenda inconclusa recaería sobre nosotros. NO.
Creo que a Trump hay que dejarlo que se explote, que se pudra, que fracase y se desacredite hasta tal punto que esa derecha, ese Tea Party, esos nacionalistas, esos supremacistas blancos no tengan a donde ir. Pero que el fracaso no pueda serle imputado a las fuerzas democráticas y progresistas. En otras palabras, dejarlo que fracase, dejar que su propio electorado lo abandone, dejarlo que explote desde dentro.
Trump es un tipo que, durante la campaña, tuvo una agenda que llegaba al corazón de millones de personas jodidas por el neoliberalismo, el libre comercio y la dominación de los bancos y corporaciones. Trump en verdad encarnó la ira y la frustración de los americanos empobrecidos por la exportación de empleos pero también encarnó los prejuicios nacionalistas y racistas de esa población exactamente como hoy una pila de dominicanos encarnan, al servicio no de la patria como creen sino del poder, una agenda antihaitiana.
Trump prometió sacar a los EEUU de las guerras en otros países, mejorar relaciones con Rusia, reconstruir la infraestructura de su país y desalojar a los cabilderos de Washington. Lo de la muralla y los inmigrantes nunca me lo tomé en serio porque nadie, ni los israelíes tienen los medios, el dinero ni la voluntad para arrojar a mas de 12 millones de personas de ningún lado.
EL FUTURO
Luego, tras haber sucumbido al estado profundo o quizás porque siempre fue el mismo animal que es ahora, Trump emprende acciones tan denigrantes y absurdas que, si usted observa bien, ni siquiera la derecha quiere apoyarlo porque ya Trump es un pasivo para cualquiera. No tiene credibilidad, ni autoridad, toma decisiones por temperamento pero gobierna cada vez menos.
Por eso, en lugar de darle una excusa a esa derecha y a su electorado para persistir en una agenda xenófoba y ultra derechista, dejemos que siga haciendo o intente hacer disparates, que se desacredite más de lo que está, que quede despojado de cualquier asomo de legitimidad y de legalidad.
Ese es un golpe que a la derecha le dará más trabajo de asimilar. Trump tuvo una oportunidad, no supo, no quiso o no pudo aprovecharla. Ahora, simplemente, es mejor dejarlo que se hunda, pero que se hunda solo y ese naufragio suyo arrastra una parte del pensamiento de esa derecha despojándola de posibilidades que de otro modo sobrevivirían con alguna justificación.