El Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez le entregó un reconocimiento que nunca debió hacérsele a Juan Bolívar Díaz e igualmente nunca debió de entregarle él, el Presidente de la República, semejante cosa al personaje de referencia. Un Presidente de la República es un Jefe de Estado y, como tal, es un símbolo: mal hace un símbolo de esa categoría al prestarse, en primer lugar, a entregarle un premio inmerecido a alguien; y peor hace ese símbolo al prestarse, en segundo lugar, a entregarle un premio inmerecido a un traidor a los intereses fundamentales de la Nación dominicana. Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
«Hay amores que matan«, dice una canción cuya letra completa no conozco: de ella apenas conozco ese enunciado. Su recuerdo viene a propósito de unas recientes declaraciones del Presidente de la República, Lic. Danilo Medina Sánchez, de que supuestamente, según él, él ama tanto a la Patria como el que más de entre sus conciudadanos.
La involución y la degradación sociales que han operado en este país son tan grandes que ambas cosas pueden ser medidas con dos acontecimientos que quedarán en la Historia como dos marcas imborrables: a) un grupo de periodistas eligió nada más y nada menos que a Juan Bolívar Díaz disque como «merecedor« (¿?) del Premio Nacional de Periodismo: ese que le fue asignado a Juan Bolívar Díaz quedará conocido para el resto de los tiempos entrecomillado y conocido como ««el Premio Nacional de Periodismo« que le entregaron a Juan Bolívar Díaz«, vale decir, a un Traidor a la Patria, a un Traidor a la República Dominicana; b) pero si ello produjo malestar en la mayoría de la población dominicana que repudia los desnudos antinacionales que realiza dicho traidor, igual o superior malestar produjo en la mayoría de la población dominicana el hecho de la misma tener que presenciar el desnudo que escenificó nada más y nada menos que el Presidente de la República, Lic. Danilo Medina Sánchez, al entregarle ese supuesto «premio« (¿?) a ése traidor de la República Dominicana que responde al nombre de Juan Bolívar Díaz
Hace tiempo que es notorio que el Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez viene dando connotaciones de querer crear y de ir creando una base política totalmente diferente y autónoma de aquella que tiene el otrora Presidente de la República, Dr.Leonel Fernández Reyna, y eso, en realidad, no tiene nada de malo: empieza a malearse ese propósito cuando para ello quien persigue tal objetivo, el Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez, tiene, a sabiendas, que pactar con el mismo Diablo. Eso, pactar con el mismo Diablo, es lo que ha venido haciendo el Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez desde hace ya cierto tiempo y es eso lo que explica la presencia de un sinnúmero de gentes, que le adversaron durante su pasada pretensión electoral de ganar la primera magistratura del Estado, en puestos y posiciones que sólo causan sorpresas. Todas ésas personas forman parte del grupúsculo que encabeza ese Traidor a la Patria que es Juan Bolívar Díaz. Ese propósito es perverso cuando para ello el Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez, tiene, a sabiendas, que prestarse a realizar actos que jamás ninguno de los adalides de la Independencia y/o de la Restauración de la Independencia Nacional hubiesen siquiera imaginado como lo es el hecho de un Jefe de Estado dominicano cooperar con la conspiración manifiesta, ostensible, de hacer desaparecer la nacionalidad dominicana.
Si el Presidente, Lic. Danilo Medina Sánchez, amara a su Patria, como él dice, él no hubiera estampado su firma en el Decreto No. 250-2014. Esa es la mejor prueba de que él no ama a su Patria, a aquella a la que él gobierna, y a la que ha comenzado a desgobernar a partir de ese decreto reglamentario de la Ley 169/2014. Si él amara a su Patria el contenido de ese Decreto No. 250-2014 hubiera sido otro y no el que actualmente contiene dicho Decreto No. 250-2014: si él amara a su Patria el contenido de ese decreto hubiera sido todo el arsenal constitucional que proporciona la Carta Magna dominicana para impedir la injerencia extranjera y para impedir la desaparición de la nacionalidad dominicana a manos de los haitianos, aquéllos mismos de quienes nacimos a la vida independiente.
Entre los que cultivan el estudio del Derecho Constitucional y de las Instituciones Políticas es de conocimiento elemental `e l TPG`, esto es, la alusión a los tres elementos constitutivos de un Estado: el territorio, la población y el gobierno; pero eso lo saben no sólo los que cultivan el estudio del Derecho Constitucional y de las Instituciones Políticas, sino también los políticos a los que se supone cierto nivel de sesera y de conocimiento; ese conocimiento elemental se supone en alguien que ostenta la investidura de Jefe de Estado. De ahí que cause desconcierto y un terrible amargo sabor contemplar actuaciones de un gobernante dominicano, el Lic. Danilo Medina Sánchez, que propicia el crecimiento significativo de la población haitiana en el territorio nacional para que esa población haitiana se apodere de este, fenómeno que, a la postre, desembocará inexorablemente en que los haitianos, por su crecimiento numérico, pasen a dar un brinco del TP al G, es decir, después que sean mayoría en todo el territorio dominicano (y quizás hasta antes por estar los haitianos respaldados por avasallantes potencias extranjeras y por organismos internacionales al servicio de los intereses de aquellas), querrán incidir en el manejo del Gobierno de esta Parte Este de la Isla y, más aún, hacerse con el mismo. No hay que tener la Sobrenatural inteligencia de Dios para una persona razonable darse cuenta de ello… El Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez «ama« (¿?) «tanto« (¿?) a la Patria que la ha matado al clavarle la serie de estocadas mortales que ha logrado asestarle, siendo la última de esas estocadas ese Decreto No. 250-2014 ya que este es la llave jurídica que permite la oficialización de la haitianización de la República Dominicana.
El hecho de que el Presidente de la República, Lic. Danilo Medina Sánchez, no tuviera vergüenza al firmar ese decreto es lo que explica que él tampoco tuviera vergüenza para entregarle un inmerecido «premio« (¿?) a un Traidor de la República Dominicana; y es lo que explica, también, que el Lic. Danilo Medina Sánchez tenga a ése mismo traidor como «Veedor« de las compras del Palacio Nacional. Las cosas se van alineando y se ponen en perspectiva por sí solas… Y hablan por sí solas…