Las declaraciones ofrecidas recientemente por el Dr. Leonel Fernández de que Dios es quien pone reyes y presidentes, despierta en algunos el dilema de si creer o no a pie juntillas, estas afirmaciones.
Puede ser que en países con culturas religiosas como la judeo-cristiana, tal afirmación es recibida sin mucho cuestionamiento so pena de tildar al osado de ateo, comunista y enemigo de todo lo que tenga que ver con lo espiritual.
No es lo mismo decirlo en China, Japón, Rusia, India, Dinamarca o Singapur, que propagarlo en Haití, República Dominicana, Guatemala, México o Colombia, por mencionar algunos países.
¿Podremos afirmar con simpleza que Dios eligió y colocó como presidentes en sus respectivos países a Rafael Trujillo Molina, Abdalá Bucarán, Augusto Pinochet, Adolf Hitler, King Jong, Rodrigo Duterte, Fidel Castro o Francois Duvalier?
Díganme los letrados e iletrados, los religiosos, laicos o ateos, ricos o pobres, políticos o no, empresarios u obreros, sino es en sociedades como las nuestras en las que un alto porcentaje no llegamos a conceptualizar, con índices de pobreza alarmantes y niveles de desempleo preocupantes que postulados como el que tratamos, encuentran surcos para germinar.
Sociedades en las que quienes pueden ofrecer alguna explicación no lo hacen por miedo al compadre político o funcionario, o por miedo a la excomunión o el temor a que cancelen a un pariente que labora en la administración pública.
En el peor de los casos, no se abordan estos temas porque el poder religioso en sociedades como las nuestras ejercen un poder casi absoluto sobre las chusmas como una vez nos llamó un agente de Dios, a las familias más empobrecidas.
Esos, que son los que hacen filas a tempranas horas de la madrugada no solo para ejercer su derecho al voto, sino también para recibir una caja o canasta con alimentos que mitiguen aun sea por horas, el hambre que los carcome de por vida.
Me resisto a pensar que haya un Dios de ricos y otro de pobres. Que existe un Dios de intelectuales y otro para aquellos que no hemos aprendido las lecciones de La Mantilla, Nacho o Tatica y Fellito.
Dios es un “recurso” muy bien utilizado por muchos de nuestros políticos.
Me gusta Aquel que hace salir el Sol para malos y buenos, nos brinda el aire para justos e injustos y nos permite contemplar la belleza de una noche estrellada sin preguntarnos si creemos o no en El.