PUERTO PLATA.-El obispo Julio Cesar Corniel Amaro sostuvo que Judas no es solo un personaje de ayer, sino de hoy, porque en la actualidad hay muchos Judas que venden a Jesucristo y continúan desangrando al pueblo.
“También hay muchos judas que se aprovechan de los bienes de otros para sí mismos”, puntualizó, para agregar a seguidas que “Judas representó esa la limitación que tiene el ser humano. El pecado, el mal y la limitación han existido siempre”.
El religioso reiteró al comparecer a la sección “Así son las Cosas” del informativo “Notisucesos” que “Judas es la expresión de aquella realidad que vive el ser humano que es capaz de vender hasta al amigo, sin importarle quien sea”.
Corniel amaro definió, asimismo, calificó como Poncio Pilatos modernos a los que no dan la cara, a los que relegan su responsabilidad en otros de lo que pueda pasar, sin inmutarse ante el mal que su pasividad pueda ocasionar.
“Pilatos no asumió su rol ni su papel, como también hay muchas gentes que no la asume en estos momentos”, condenó el prelado católico.
Cuando se le preguntó que si Cristo volviera hoy a la tierra se le crucificaría, denunció que Jesucristo continúa siendo crucificado hoy de distintas maneras y continúa muriendo en la Cruz y sometido al mismo calvario.
“Jesús muere cuando se le impide a un niño nacer por alguna deformación que tenga o, simplemente, condenándolo a muerte hasta por una presunción sin mediar un análisis o un estudio que permita comprobar que es así y se le niega venir al mundo”, denunció.
Afirmó que “hay distintas maneras como hoy Cristo sigue muriendo y sigue siendo crucificado y nosotros, muchas veces continuamos crucificando a Cristo con nuestra falta de respuestas y una vida adecuada como el quiere la vivamos”.
Exhortó a todos a que “vivan con intensidad estos días de Semana Santa, la cual deber ser una semana de meditación, de oración, de reflexión y de dedicar tiempo a la familia y superar aquellas cosas que nos impiden disfrutar del gozo y la alegría que el Señor quiere que vivamos”.
Solicitó que “abramos el corazón al Señor y dejemos que el penetre y transforme y llene nuestras vidas de fe, amor, caridad y de espíritu de servicio”.