Ramiro Francisco
En nuestro artículo de la pasada semana, hicimos hincapié en hacerle caso a las señales. Los últimos días y ante los tantos y resplandecientes avisos, obliga sí, obliga al Presidente de la República Danilo Medina, a romper su mutismo, su silencio y ordenar la salida por enésima vez de las patrullas mixtas a realizar su “trabajo”.
Todo esto evidencia, pone de manifiesto la falta de planificación o ejecución sistemática, constante y permanente de planes de seguridad ciudadana.
Se supone, que tenemos en nuestros cuerpos castrenses y policiales, buenos técnicos capacitados. ¡Por Dios! Escuchen sus opiniones. Pongan en práctica medidas realistas y ajustadas a nuestra sociedad.
Son tantas las veces que han tratado de marear la sociedad con percepciones, que los mareados han resultado ellos.
Pero, desgraciadamente las consecuencias de ese negar o minimizar situaciones está llegando a los castillos de los señores feudales.
Y ahora los Obispos, pastores evangélicos, el empresariado, Juntas de Vecinos, un sector de periodistas y comunicadores, dueños y directores de medios, artistas, amas de casas, ex militares y legisladores ponen el grito al cielo por los altísimos niveles de inseguridad que vivimos los dominicanos.
¿Son efectivas esas medidas de “tirar la guardia a la calle”? Momentáneamente, sí. ¿Cuál es el horario? ¿Se mantiene de noche? ¿Podremos afirmar en unos días que ha sido todo un teatro?
¿Por qué merma entonces los hechos delincuenciales? Las personas que están en eso no son ignorantes. Se toman ahora unas vacaciones. Saben que “está caliente el horno”. Que hay que resguardarse ante “la tormenta”.
Luego, si bajan los hechos perversos, robos, atracos, asaltos, asesinatos…¿Para qué mantener un personal numeroso de militares y policías en las calles? …hasta que vuelva a crecer esas “percepciones”..y entonces, otra vez a las calles, y así por los siglos de los siglos. ¡No ombe!
Aprendemos de “mapeo”, “cuadrante”, “protocolo”, “manzanas podridas” y otros términos propios de la alta jerarquía de los cuerpos policiales y militares.
Alguien debe definirles el término que usamos los barriáticos y los chusmas, “los están poniendo de mojiganga”.