Ramiro Francisco
La situación por la que atravesamos como sociedad es muy fuerte debido a la presencia del coronavirus, que al igual que en otras naciones sus máximas autoridades se emplean a fondo para evitar un mayor número de contagiados y de muertos.
Conforme pasen los días, podremos evaluar con franqueza, lo atinado y justo a tiempo o no, de las medidas tomadas por nuestras autoridades, dando a cada quien conforme a nuestras propias miradas, las notas bajas o sobresalientes de sus procederes.
Ahora y mediante estas notas, sí deseamos destacar el trabajo que hacen a favor de sus compueblanos y compatriotas, hombres y mujeres, civiles y militares, quienes en diferentes horarios diurnos o nocturnos, sirven dentro de sus posibilidades con todo y los riesgos a que se exponen, con amor gigantesco y franca devoción.
Los barrenderos de nuestras calles. Hombres y mujeres. Muchos de ellos con edades que rondan los 70 años. A pleno Sol o en las tranquilas madrugadas.
¿Los has visto con guantes, mascarillas, lentes y batas?
Demos una mirada a nuestros hospitales y clínicas. Médicos, enfermeras, auxiliares, paramédicos, bioanalistas, secretarias, empleados de limpieza y de cocina…
Recordemos que son humanos como nosotros. Que sienten hambre, cansancio y miedo, con todo y que devengan un sueldo del Estado o del sector privado.
Miedo, cuando realizan sus labores en precarias condiciones a veces, hasta por más de doce horas.
Pasemos a ver a nuestros socorristas: Cruz Roja, Bomberos, Rescate Ambar, Escorpiones…otros. En su mayoría, sin sueldo alguno y nos prestan su servicio prácticamente las 24 horas del día con poca o escasa protección.
Periodistas, comunicadores, locutores y reporteros gráficos que salen a la calle para mantenernos bien informados con sus notas, fotos y vídeos exponiendo sus vidas y la de sus familiares.
Por igual, locutores que alegran nuestras horas y estancias en casa, con sus canciones alegres y alentadoras con partes noticiosos durante sus jornadas.
Técnicos de empresas de cable, telefónicas y electricidad, que velan por el buen funcionamiento de esos servicios que tanto aportan al bienestar en estos días que vivimos.
Servidores de estaciones de combustibles, supermercados y farmacias. Con jornadas extras muchos de ellos, y expuestos a los mismos peligros.
¿Cómo pasar por alto, el servicio de los militares y policías? Sin horario fijo, sin hora final…y con peligros al por mayor y al detalle.
Héroes Anónimos. Todos y cada uno de los aquí mencionados…faltan muchos de ese breve listado.
Algunos de esos, han contraído el virus y fallecido. Otros se encuentran internados.
Atinadas, las oraciones que se realizan a favor de ese ejército de servidores.
Ustedes son nuestros Héroes Anónimos…Gracias.