PUERTO PLATA.-Este miércoles que contaremos a 8 de septiembre se cumplirán 50 años de la inauguración en 1971 de la avenida general Gregorio Luperón, conocida también como malecón.
El malecón, sueño ardoroso del general Ricardo Limardo (Bubul), fue realizado por el gobierno del doctor Joaquín Balaguer.
En la inauguración el 8 de septiembre de 1971 pronunció el panegírico en honor al prócer el ilustre intelectual puertoplateño, doctor José Augusto Puig Ortiz.
El malecón con una extensión de casi 3 kilómetros, estaba dotado de la estatua ecuestre del héroe restaurador, la estatua de David, erigido encima de una pequeña rotonda que bifurca la amplia y hermosa vía en las que desembocan varias calles y dos avenidas.
De los muchos variopintos eventos masivos de diversas índoles que se han celebrado en dicha autovía construida como parte de los atractivos con que el doctor Joaquín Balaguer dotó al naciente destino de Puerto Plata para hacerlo más atractivo a los visitantes cabe destacar los deslumbrantes primeros y segundo festivales del merengue.
Durante las dos primeras ediciones de dicho eventos realizados en 1984 y 1985, el malecón fue vistosamente iluminados con miles de bombillas mulitocoed desde la estatua al general Luperón hasta Long Beach y toda la avenida Hermanas Mirabal hasta el estadio José Briceño.
Tras 36 años de servicios a la movilidad vehicular y peatonal, así como de la celebración de actividades artísticas, carnavales, festivales, desfiles militares y estudiantiles y otros eventos, en el año 2006 fue sometido a una remodelación total.
Dicha remodelación incluyó la sustitución de la capa de hormigón, por una cinta asfáltica; el cambio de la acera y el alumbrado eléctrica, la construcción de un carril para bicicleta y la reconstrucción de la avenida Hermanas Mirabal.
La avenida Circunvalación Norte, como también se le llama, fue objeto una mutilación del extenso tramo que va desde la avenida presidente Caamaño hasta la estatua ecuestre del general Gregorio Luperón para construir el Anfiteatro Puerto Plata y el parque Juan Lockward.
Además de las dos mencionadas reconstrucciones, sus muros impactándoselo por el salitre tuvieron que ser intervenidos en varias ocasiones para restaurarlos y devolverle su esplendor.