Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
En la obra «Puerto Plata en el siglo XVI y otros ensayos« del finado historiador y amigo Rafael A. Brugal Paiewonsky (a) Fifo aparece una reproducción en dibujo de cómo sería el Convento de San Pedro Mártir ad vincula de la Villa de Puerto de Plata, aunque en dicha obra ninguno de sus ensayos o escritos versa sobre dicho convento.
Pero no se hace alusión: a) a quién practicó las líneas de dicho dibujo; b) a quién estuvo o a quiénes estuvieron detrás de que el dibujante en cuestión las practicara; c) a la fuente histórica o a las fuentes históricas que sirvieron de base para dicha reproducción.
Sobre este último particular sólo queda entregarse a la especulación. Es posible, no lo sé, no lo puedo asegurar con precisión, esto es, no lo puedo afirmar categóricamente, que haya sido sobre la base de la lectura detenida de una carta fechada ocho (8) de Febrero de mil seiscientos diecisiete (1617) escrita en Santo Domingo (de la cual en el presente escrito hacemos algunas citas), y/o de alguna otra fuente histórica documental, tampoco esto último puedo asegurarlo.
Igualmente es posible que alguno de los arquitectos e historiadores que trabajaron ampliamente para el Dr. Joaquín Balaguer tuviese que ver con dicha reproducción pictográfica. Aludo a esta hipótesis porque el también fenecido historiador puertoplateño Dr. José Augusto Puig logró crear interés al respecto en ese círculo de arquitectos e historiadores y recuerdo que alguno de ellos visitó con él los vestigios de dicho convento, de lo cual incluso salió una crónica publicada en un periódico de circulación nacional de la época en que dicha visita se produjo.
La cuestión es que en la obra referida de Fifo Brugal aparece esa reproducción pictográfica y de alguna base de datos históricos precisos tuvo que hacerse dicho dibujo, pues si algo caracterizaba a Fifo Brugal ello era su objetividad como historiador, por ello criticaba a todo aquél que él entendía que pretendía llenar alguna laguna histórica sobre la base de ficcionar. Quizás el origen provino de dicha carta fechada ocho (8) de Febrero de mil seiscientos diecisiete (1617) y redactada por el Prior de dicho convento de Puerto de Plata, en la que se dedica a pedir explicación en torno a los daños sufridos por las despoblaciones del año mil seiscientos cinco (1605). La carta en cuestión se encuentra en el Archivo General de Indias situado en Sevilla, España, y la misma la reproduce Genaro Rodríguez Morel en el Tomo II de su obra «DOCUMENTOS PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA COLONIAL DE SANTO DOMINGO (1561-1680)« publicada por el Archivo General de la Nación en el año dos mil dieciocho (2018).
Al momento de publicarse esta última obra Genaro Rodríguez Morel era encargado de la Misión Copiadora de la Academia Dominicana de la Historia en el Archivo General de Indias en Sevilla, España.
Otro dato interesante que sale a relucir en la carta referida que reproduce íntegra Genaro Rodríguez Morel es lo relativo al aspecto económico de que el Convento de San Pedro Mártir ad vincula de la Villa de Puerto de Plata se sustentaba con capellanías y tributos situados sobre sitios y Haciendas de ganado, los cuales son mencionados de manera genérica, es decir, no se detallan concretamente uno por uno, lo cual hubiera sido también sumamente interesante ya que hubiera arrojado detalles del entramado socioeconómico de la población de Puerto Plata previo a su devastación.
Veamos, pues, los datos contenidos en las siguientes citas contenidas en dicha carta del religioso en cuestión:
1.- «…la villa de Puerto de Plata de esta isla, donde esta provenía (¿?.GC), tenía un convento de muy costosos y grandes edificaciones y de los primeros que se fundaron y edificaron en las Indias (negritas mías.GC), régimen público y notorio, el cual quedó desmantelado y desierto por haberse despoblado el dicho pueblo de la villa de Puerto de Plata, que por comisión del dicho don Antonio Osorio, lo desmanteló y lo despobló para lo susodicho y fue públicamente que se pidió ante el dicho Antonio Osorio por el presentado Juan Mejía, provincial que a la sazón era de esta provincia.« (Rodríguez Morel, Genaro: DOCUMENTOS PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA COLONIAL DE SANTO DOMINGO (1561-1680), Tomo II, Archivo General de la Nación, Volumen CCCXL, 2018, página No. 86)
2.- «El cual dicho convento era muy principal y de muy buenos y suntuosos edificios de muy buena cantería y techumbre de maderas y azulejos y claustro con treinta y dos pilares de una pieza de piedra franca, labrada con sus basas y arcos muy bien labrados y de muy buena fábrica (negritas mías.GC). Y según es público y notorio fue uno de los primeros que se hicieron en las Indias. Y le parece a este testigo que es cierto que si hoy se hubiera de hacerlo que tenía edificado según y como estaba era menester cuarenta mil ducados buenos y de ahí arriba. Y demás de esto tenía muy buen aljibe y otras cosas muy bien sobradas y de costo (negritas mías.GC). Y asimismo entendió este testigo, que el dicho convento tenía capellanías fundadas en posesiones y haciendas de ganado que tenían en el dicho lugar de que hoy no tienen provecho por haberse perdido con la dicha despoblación. Y supo este testigo, por entendedor así, que el padre fray Juan Mejía, provincial que en aquella sazón era, se pidió ante el dicho don Antonio Osorio se recibiese información en razón de los dichos daños para acudir con ellos a su majestad.« (Rodríguez Morel, Genaro: DOCUMENTOS PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA COLONIAL DE SANTO DOMINGO (1561-1680), Tomo II, Archivo General de la Nación, Volumen CCCXL, 2018, página No. 87)
3.- «En la dicha ciudad de Santo Domingo, en dieciocho días del dicho mes y años atrás dichos. Para la dicha información el dicho padre fray Raymundo, por el dicho padre maestro fray Jacinto de Soria, ante su señoría del señor presidente presentó por testigo al capitán Diego de Villafañe, vecino de esta ciudad, del cual fue recibido juramento según derecho. Y habiendo jurado y siendo preguntado al tenor del dicho pedimento. Y habiendo jurado y siendo preguntado al tenor del dicho pedimento dijo que sabe este testigo que su majestad por su real cédula cometida a don Antonio Osorio, presidente que fue de esta Real Audiencia y al arzobispo de esta ciudad, mandó se despoblase los lugares de la banda del norte de esta isla para remedio de los rescates que en esta isla había con piratas y enemigos con inhibición a esta Real Audiencia de las causas tocantes a las dichas despoblaciones (negritas mías.GC) y entre los pueblos que se despoblaron sabe este testigo fue uno de ellos la villa de Puerto de Plata donde este testigo residió muchos años y en ella había un convento (negritas mías.GC) de la Orden (folio 5v.) (sic.de.GC) Predicadores el cual era de muy grandes y suntuosos edificios de cantería y muy bien labrado con sus claustros y aljibes y el techo de muchos azulejos (negritas mías.GC). Y este testigo ha oído decir que fue uno de los primeros que en esta isla se fundaron el cual se desmanteló juntamente con el dicho lugar pues don Juan Fernández de Riba Martín Juez de Comisión nombrado para lo susodicho por el dicho don Antonio Osorio y el dicho convento tenía capellanías y tributos con que se sustentaba situados sobre sitios y Haciendas de ganado (negritas mías.GC) que quedaron despoblados y no sabe este testigo lo que de ello se ha perdido más de que le parece a este testigo que si hoy se hubiese de hacer el dicho convento como estaba con los edificios, claustros, iglesia y dormitorio que tenía, no se haría con cuarenta mil ducados buenos (negritas mías.GC) y que en razón de esta cantidad y lo demás tocante al dicho convento que se desmanteló, este testigo tiene dicho otro dicho, el cual y este se entienda ser todo uno y una misma cosa y no se ha visto contradecirse en cosa alguna.« (Rodríguez Morel, Genaro: DOCUMENTOS PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA COLONIAL DE SANTO DOMINGO (1561-1680), Tomo II, Archivo General de la Nación, Volumen CCCXL, 2018, página No. 88)
4.- «Parece por la dicha real cédula que remite y en cumplimiento de ella el dicho don Antonio Osorio mandó despoblar los dichos lugares y entre ellos fue uno la villa de Puerto de Plata, que don Juan Fernández de Riba Martín, Juez nombrado por el dicho Antonio Osorio despobló y en él estaba un convento de la Orden de Predicadores, que antes que se desmantelase vio este testigo y estuvo en el muchas veces el cual era un convento de muy suntuosos y grandes edificios, así de iglesia como de claustros, dormitorios y otras obras de muy gran consideración y tenía los techos de azulejos los de los claustros y su aljibe, el cual dicho convento se desmanteló juntamente (fol. 7) con el dicho lugar (negritas mías.GC). Y este testigo ha oído decir públicamente que el dicho convento fue uno de los primeros que se fundaron en las Indias. Y sabe este testigo que si hoy se hubiese de volver y hacer el dicho convento como estaba, no se hiciera haciéndolo de nuevo con cuarenta mil ducados buenos. Y sabe que el dicho convento tenía muchos tributos y capellanías y los dichos tributos impuestos sobre sitios y ganados y muchos de ellos se han perdido (negritas mías.GC) y otros han puesto pleitos en razón de pretender obligación de pagarlos por ha berse (se cita tal cual y negritas mías.GC) despoblado las posesiones en que estaban impuestos (negritas mías.GC).« (Rodríguez Morel, Genaro: DOCUMENTOS PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA COLONIAL DE SANTO DOMINGO (1561-1680), Tomo II, Archivo General de la Nación, Volumen CCCXL, 2018, páginas Nos. 89-90)
5.- «Y entre los dichos lugares que se despoblaron en esta isla fue una de ellas la villa de Puerto de Plata donde este testigo conoció un convento nombrado San Pedro Mártir de la Orden de Predicadores el cual era de muy buenos edificios de cal y canto. Y tiene por cierto este testigo que fue el segundo convento de los que hubo en estas Indias (negritas mías.GC) por haberlo oído decir a los antiguos que conoció en la dicha villa y que había conocido en él frailes de muy grandes sujetos de los que les saliero tres para Obispos. Y este testigo conoció uno de ellos que fue fray Juan de Manzanilla, obispo de Venezuela y entre otras cosas, que el edificio de dicho convento tenía eran dos aljibes (negritas mías.GC) los cuales le dijeron los dichos antiguos que al tiempo que había doscientos vecinos en aquel lugar eran bastantes para darles agua todo el año (negritas mías.GC). Y este testigo vio y le enseñaron hechos edificios que no les faltaban más de (fol. 8v) los techos de arriba para generales (¿?.sic.GC) donde se leyesen arte y liturgia. Y así mismo vio este testigo un trasladamiento de un vecino que allí murió que dejó por heredero del dicho convento y en el mandaban trajesen maestros de las universidades grandes de España para que leyese en el dicho convento y otros edificios muy costosos que tienen (negritas mías.GC). Y el dicho convento se desmanteló juntamente con el dicho pueblo por don Juan Fernández de Riba Martín por comisión que para ello tuvo del dicho don Antonio Osorio. Y a este testigo le parece que si hoy se hubiese de hacer el dicho convento de la manera que estaba, no se hacía con veinte mil ducados buenos.«
(Rodríguez Morel, Genaro: DOCUMENTOS PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA COLONIAL DE SANTO DOMINGO (1561-1680), Tomo II, Archivo General de la Nación, Volumen CCCXL, 2018, páginas Nos. 90-91.)