PUERTO PLATA.-Así como está el letrero del abandonado y saqueado hotel Montemar así también está la hotelería del destino turístico de Puerto Plata, el cual lo sostiene el turismo de cruceros.
Nuestro maravilloso pueblo con tantos atributos no ha tenido verdaderos defensores, sino simuladores que lo que han hecho es servirse con la cuchara grande aparentando ser “nuestros salvadores”.
El destino doloroso que tuvo el hotel Montemar, el cual fue a parar a manos de piratas modernos sin entrañas, que recibieron ese valioso bien para utilizarlo como escuela hotelera y lo convirtieron en una propiedad privada.
Se recuerda que la administración de esa propiedad construida por el Gobierno se le cedió a la Pontificia Universidad Católica
Maestra un pago único de un peso, sin poder subarrendarlo ni venderlo.
Sin embargo, con el paso del tiempo se constituyó una compañía fantasma conformada por adláteres de Agripino Núñez Collado, con la complicidad gubernamental y ese bien fue deslindado y saneado y se quedaron con el mismo.
El hotel Montemar se construyó en un solar de 55,000 metros cuadrados que fueron disminuidos a la cantidad de 46,000 metros, siendo pasados 11,000 metros a un título de uno o varios particulares involucrados en el entramado tan abusivo y descarado.
Ese saqueo inaudito solo se explica por el hecho de que, a pesar del general Gregorio Luperón y Gregorio Urbano Gilbert, la Puerto Plata de hoy es una tierra de eunucos y personajillos que no les duele su pueblo.