Parte tres
PUERTO PLATA.-La manipulación es la intervención con medios hábiles y, a veces. arteros, en la política, el mercado, en la información, con distorsión de la verdad y al servicio de intereses particulares.
Decía Steven Jacobson que “el primer principio del control mental es la distracción”.
Nadie, absolutamente nadie, escapa a la manipulación. Todos estamos sometidos a un constante influjo de opiniones y estímulos que moldean nuestra visión y pensamiento a lo largo de nuestra vida.
Una persona puede ser más o menos consciente de las estratagemas de manipulación presentes en la sociedad, volverse un escéptico crónico y dudar de cuanto reciba a través de sus cinco sentidos o esforzarse más o menos por leer entre líneas y descifrar los intereses ocultos. Aün así, no dejará de estar sujeta a influencias externas de un modo u otros.
Ahora bien, quién está detrás de esos influjos y qué objetivos persigue? Es es siempre la gran pregunta. Y, precisamente, el éxito de las campañas de manipulación, sean de la índole que sean, radica en conseguir que los sujetos manipulados no se den cuenta del engaño, ni el cómo ni el quién lo realiza.
Todavía mejor, que piensen que la idea o la decisión son propias. O bien que estén profundamente convencidos de que el objetivo es su seguridad o bienestar.
Lo cierto es que estamos ante una imparable guerra psicológica universal y constante de la que nadie se libra. Se busca el aplanamiento de la sociedad, la normalización del silencio.