Por Manuel Gilbert
PUERTO PLATA.-Catherine Austín Fitts, quien se desempeñó como subsecretaria de Vivienda y comisionada federal de Vivienda en el gobierno de George Bush padre, confesó haber sido testigo en 1984 de una conversación que le cambió la vida.
Esta experiencia la recoge Pedro Baños en la página 28 de en su libro “EL DOMINIO MENTAL” donde relata que Austin Fitts “mientras trabajaba en Wall Street, escuchó a varios ejecutivos comentar que la tecnología de sincronización de las ondas cerebrales estaba a punto de ser desplegada a través de las señales de televisión”.
Baños destaca que “esta técnica está fundamentada en la capacidad del cerebro para sincronizar las frecuencias de las ondas que emite con las de estímulos externos, especialmente recibidos por las vías auditiva, visual o táctil”.
Añade que “el grado de influencia de dichos estímulos, las frecuencias pueden llegar a inducir un estado de conciencia concreto y previamente preparado”. Asegura que “técnicas cómo está permitirían aumentar el poder de persuasión de la televisión”.
“Y no sólo en términos comerciales, sino también para condicionar las decisiones políticas o inducirnos a un comportamiento pasivo”.
Relata el escritor español que “desde entonces, Fitts no volvió a encender el televisor y eso ocurría en los años ochenta del siglo pasado. Qué técnicas de persuasión y control no se habrán desarrollado desde entonces”.
Señala que “de hecho, hoy en día, el Instituto Monroe- fundado por Robert Monroe, pionero en la teoría de la sincronización de las ondas cerebrales- ofrece lo que denomina “programas educativos experimentales cuyo objetivo es la exploración personal de la conciencia humana”.
Plantea que “ a través de patrones de sonidos, generan sensaciones de tranquilidad y de felicidad, e incluso, según dicen, eliminan malos hábitos. Si alguien decidir cómo nos debemos sentir y qué hábitos son los correctos para nosotros simplemente haciendo llegar el sonido concreto a nuestros cerebros, qué no conseguirían a través de los múltiples aparatos electrónicos que utilizamos a diario, comenzando por los omnipresentes televisores”.