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MOCA.- En medio de lamentaciones y con diatribas contra la prensa y la Policía Nacional, centenares de familiares y amigos de los jóvenes Omar y Alex López Méndez, ultimados la mañana de este sábado en un alegado intercambio de disparos con miembros de esa institución, participaron en el doble entierro, realizado en el cementerio municipal de aquí.
Un amplio dispositivo policial fue instalado horas antes tanto dentro como fuera del camposanto, en procura de entrar en acción si la multitud quebrantaba el orden.
Un oficial de la Policía Nacional que participaba en la labor preventiva dijo a periodistas que también entrarían en acción si los féretros conteniendo los cuerpos de los hermanos López Méndez intentaban ser sepultados cubiertos con la Bandera Dominicana, como habrían sugerido parientes y amigos, pero tal cosa tampoco aconteció.
Omar y Oscar, buscado por las autoridades por la comisión de varios hechos de sangre y asaltos, fueron rodeados la madrugada del sábado en una residencia localizada en la comunidad Pedro Brand, de Santo Domingo, y fueron acribillados en el transcurso de un tiroteo que se extendió por varios minutos.
Sus cuerpos fueron velados todo el sábado en la casa-club de los maestros, localizada en el paraje Monte de la Jagua, de la provincia Espaillat. A las 3:30 de la tarde se inició el cortejo fúnebre tras ser introducidos los ataúdes en un vehículo tipo Van, perteneciente a la funeraria Rosmeri, de ese lugar.
Tanto el velatorio como el entierro sirvieron para que se hicieran públicas las diferencias de los padres y otros parientes de los hermanos López Méndez, en torno al tratamiento público que debían darle a la muerte de ellos.
Mientras su padre Alejandro López garantizaba que haría a la prensa importantes revelaciones sobre la vida de sus dos hijos y la forma en que murieron, otros familiares le impidieron hablar y lograron mantenerlo alejado de los comunicadores, tanto en el velatorio, como el cementerio y en su casa.
Cuando se terminaba la labor de lapidar los nichos donde fueron sepultados Oscar y Alex, un amigo le recomendó al padre de ambos llevarse a su casa las coronas de flores y este respondió tajantemente que no quería esas cosas en su hogar.
En todo el proceso de enterramiento fue notoria la actitud de familiares y amigos de las víctimas de evitar que la prensa tomara imágenes del evento y lo mismo trataron de hacer con las personas que accionaban celulares.
Asimismo, acusaron a la Policía Nacional de haber “fusilado” a los hermanos López Méndez, con lo que negaron que murieran en un intercambio de disparos.