Por Alexander Peña
Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La construcción en la Bahía de Maimón de la terminal de cruceros “Amber Cove”, por la naviera estadounidense Carnival Cruise Lines a un costo estimado de US$85 millones ha disparado el optimismo de hoteleros, autoridades y múltiples sectores puertoplateños, que hablan ya del “resurgir” turístico de la provincia.
Algo que llenó de aliento estas expectativas fue la noticia, divulgada en el portal Arecoa, de que Carnival tiene en agenda 37 viajes hacia la flamante terminal entre octubre de 2015 y abril del 2016, que traerán a la “Novia del Atlántico” más de 100 mil cruceristas.
Pero la recuperación plena del otrora principal destino del país es un proceso que conlleva tiempo, dadas la ardua competencia y las complejidades del mercado, al que la terminal portuaria ofrece una oportunidad de pisar el acelerador si se opera con eficiencia, dejando atrás los costosos errores del pasado.
Así lo planteó el presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), Simón Suárez, al compartir con el periódico Acento su visión sobre éste y otros temas de interés del sector, en la segunda parte de la entrevista que reproducimos a continuación.
¿Cuáles son las perspectivas en Puerto Plata? Dicen que la terminal de cruceros marcará una nueva era…
Puerto Plata siempre ha tenido las bellezas, esas no las perdió nunca. Creo que además ha pulido la taza, verdaderamente que la planta física turística, tanto de los hoteles como del pueblo y las aéreas circundantes han mejorado marcadamente. Hay que seguir promocionándola. El problema de los destinos que pierden su posición es que el destino nuevo, que no ha perdido nada, comienza de cero; el destino que pierde su posición en el mercado, comienza de menos cero, y ese es el proceso en que nos encontramos con Puerto Plata. Y la construcción del puerto de cruceros le da una gran oportunidad de acelerar ese proceso de recuperación, siempre y cuando la comunidad de Puerto Plata maneje esos cruceros bien. No tenemos todavía la primera experiencia positiva de manejo de cruceros, no hay, con la excepción de La Romana, pero esa es una operación muy pequeña. Pero en una operación masiva de cruceros, hemos fracasado en Santo Domingo, hemos fracasado en Samaná, hemos fracasado rotundísimamente en Puerto Plata, hace 40 años.
¿Qué ha faltado? ¿Cuáles factores alejan a los cruceros?
Bueno, inciden muchas cosas. Primero, la eficiencia en el manejo del puerto; ningún crucero que cuesta todos los millones de dólares del mundo entra en un puerto donde, como por ejemplo ha sucedido en uno de nuestros puertos, se le metan gomas de carro en las hélices del aparato. Eso no puede pasar. Entonces, necesitamos que los puertos se manejen con gran eficiencia y con gran seguridad, y en eso hay que ser honesto, todos los puertos del país están mejorando su situación y algunos son excelentes ya. Ese problema se desterró en muchos de ellos. Lo segundo es el servicio en tierra; tenemos que evitar el agobiante acoso de los turistas, eso fue lo que destruyó el turismo de cruceros de Puerto Plata, eso también ha sucedido en Samaná más recientemente. Los puertoplateños están sumamente conscientes de eso, y el Clúster de Puerto Plata ha hecho un trabajo de concienciación de la comunidad, pero hay que asegurarse que así sea todos los días.
¿Está afectando al turismo el problema de la inseguridad?
Lo primero es que República Dominicana, si bien ha tenido un incremento importante en los problemas de seguridad, en las zonas turísticas la función de seguridad ha mejorado muchísimo. Entonces el efecto que eso ha tenido sobre la actividad turística en general ha sido de gran mejoría. Las autoridades han hecho su trabajo y tenemos que seguir en ese camino. Obviamente, la seguridad ciudadana en términos generales es un problema que hay que abordar, porque efectivamente afecta.
¿Ha encontrado eco en el Senado el reclamo del sector sobre la Ley de Días Feriados?
Esperamos que no se modifique. Los argumentos económicos son contundentes, y no solamente desde el punto de vista turístico. Quizás desde el punto de vista industrial y de importación son más importantes todavía, y por eso las asociaciones de industrias y las asociaciones de zonas francas, etcétera, estamos uniéndonos en las gestiones para pedir que no se modifique la ley. Ellos (los senadores) están estudiando nuestras posiciones; entiendo, quizás soy muy optimista, pero creo que hay una buena receptividad, es algo de lo que en los próximos días esperamos tener buenas noticias. Pero es importante que, por ejemplo, después que el Ministerio de Turismo haya invertido un dinero importante en promocionar y fortalecer la actividad del turismo doméstico, que se basa en la oportunidad que tienen los dominicanos de juntar fines de semana largos, si cambiamos esa ley, esa inversión se perderá, al margen de que no se tendrán los efectos positivos que hablamos sobre el diseminar la actividad turística más allá de los polos turísticos. O sea, que es importante que esa ley se quede como está.
Se habla del gran mercado de China Popular ¿vendrán muchos turistas chinos algún día?
Eso depende de dos cosas: depende del acceso aéreo y depende de una decisión política, y quizás el acceso aéreo también dependa de la decisión política. En consecuencia, para nosotros aspirar a vincularnos con China, bien sea como fuente de inversión, como fuente de turistas, tenemos que tomar una decisión política al respecto, porque los flujos de viajeros de turismo que salen de China los administran las autoridades, las empresas que los tramitan son empresas del Gobierno chino. Tenemos que estar conscientes de eso, entonces si no tenemos una vinculación política de tú a tú, sin relaciones diplomáticas, no es mucho lo que podemos hacer ni para atraer capitales chinos, ni turistas chinos. El ejemplo de Costa Rica como estrategia merece ser estudiado. No es simplemente una decisión política, es una decisión que tiene que estar enmarcada en una serie de acciones económicas que representen mejoría para el país en diferentes aspectos.