Con motivo de celebrarse el 5 de abril el Día Nacional del Periodismo y del Periodista en República Dominicana hemos tomado de la obra “Empresa y Medios de Comunicación” de la autoría de Pau Aragonés Correderas, licenciado en ciencias de la información y profesor universitario algunos de los principios que deben normar el proceder de los periodistas.
El intelectual manifiesta que “los periodistas, como toda persona, tienen unos principios en su proceder profesional, se rigen por una ética aplicada a sus tareas informativas, una base moral que incide sobre el resultado de su trabajo. Estos principios son expuestos en los libros de estilo de los medios, los que dispongan de ellos, y de forma no siempre clara pero, más o menos, podrían sintetizarse en objetividad, honestidad, honradez y responsabilidad”.
Expresa que “la objetividad se refiere a la lealtad a los hechos, a explicar de forma exacta, justa y equilibrada los acontecimientos, a ser imparcial y no opinar de aquello de lo que se informa. La utilización de un dato falso es la peor falta que puede cometer un periodista, afirma en el libro de estilo de Diario 16”.
En cuanto a la honestidad Aragonés Correderas señala que “se puede decir que es la bondad en la actuación, la rectitud de ánimo, el ser persona íntegra y de bien. En el libro de estilo de The Washington Post se afirma que el plagio es uno de los pecados imperdonables del periodismo. Aquí también se puede incluir algo muy presente en los libros de estilo: no confundir nunca la información con la opinión, ni ésta con la interpretación”.
Sobre la honradez dice que “afecta a la estima y respeto por la dignidad propia y la buena condición y sinceridad en el ejercicio de la profesión. La BBC advierte a sus periodistas en su libro de estilo que tengan cuidado al entrevistar a autores, actores y productores, para que dichas entrevistas no se conviertan en una forma de publicidad para ellos. A esto se le podría añadir algunos consejos de otros manuales, como el de rechazar regalos o presiones, no tener nada que ver con la publicidad o no ser juez y parte en ningún asunto”.
Respecto a la responsabilidad indica que “se refiere a la obligación y deuda que tiene el periodista con la sociedad, debido al tipo de producto que difunde y los efectos imprevisibles que puede tener en la misma. En el libro de estilo de la agencia EFE, se puede leer respecto al lenguaje:”El periodista debe ser consciente de su responsabilidad social al emplearlo. La noticia es su objetivo y el modo de redactarla, su obligación”.
Pau Aragonés Correderas indica que “estos principios genéricos se podrían complementar con otras cualidades de la conducta, como la sensatez, la perspicacia, la curiosidad, habilidad, desapasionamiento, astucia, etcétera.” Agrega que “el código deontológico del periodismo no es un fichero de recetas listas para cocinar, es algo genérico en lo que todo el mundo está de acuerdo, pero que a veces es difícil de cumplir”.
A seguidas presentamos el código deontológico de periodistas, el de la Asociación francesa MEDIAS, bastante razonado y con los deberes del periodista señalados de forma precisa:
– Respeto a la exactitud de los datos.
– Respeto a la presentación contrastada de los hechos.
– Presentación equilibrada de la réplica a una información exacta.
– Identificación de la naturaleza de la información (agencia, archivo…), distinción de los géneros
informativo (relato, análisis, comentario…) y el modo de grabación (directo, diferido…)
– Respeto a la vida privada.
– Búsqueda leal de la información.
– Rechazo de cualquier tipo de pago por parte de la fuente informativa
– Respeto de la confianza depositada por la fuente en el periodista.
– Limitación de las connivencias entre la empresa y los clientes potenciales (anunciantes)
– Prudencia en la cobertura de temas relacionados con la justicia, la violencia y el sexo.
Pau Aragonés Correderas manifiesta que “a este código se le podría añadir otra cuestión muy importante y relacionada con la cultura propia del periodista. Los principios culturales dan forma a nuestro enfoque de la realidad y llenan de particularidades nuestra relación con el mundo. Así en la labor periodística ocurre con frecuencia que al escribir sobre los hechos se cae en el etnocentrismo, en el desprecio o desdoro a puntos de vista culturales diferentes, justificándose en el querer ponerse a la altura del lector, oyente o espectador, supuestamente de una cultura superior. Esto es simplemente racismo y xenofobia. Algo que nos lleva al principio de la responsabilidad y que nos recuerda el papel que, por ejemplo, jugaron los periodistas de la ex Yugoslavia, en la difusión de información bajo prismas etnocentristas antes y durante la guerra de Bosnia”.