Miembro de Adompretur
En verdad que la Madre Naturaleza fue superlativamente pródiga con la geografía de nuestro país y muy especialmente con la provincia de Puerto Plata, sólo que ese potencial privilegio no ha sido tomado en cuenta por los que han tenido en sus manos la oportunidad de pulir y brillar esos diamantes que el supremo ha puesto al servicio de quienes tienen la capacidad de descubrir las grandes bonanzas que podríamos obtener en beneficio colectivo para la sociedad.
Por ejemplo, en una vista que realizamos a la ciudad de Miami, allí pudimos apreciar una playa fabricada por las manos del hombre, con un litoral semejante al Malecón de nuestra ciudad, con la diferencia de que esa playa tenía una arena granulosa como la sal común que usamos en las cocina criollas de nuestro país, pero eso sí, allí pudimos apreciar a decenas de miles de turistas de todas partes del mundo, disfrutando de los baños placenteros, de la higiene y sobre todo de la cantidad de hoteles y restaurants que existen y para complementar la belleza que le describo una cantidad de yates que demuestran el estándar de vida de los residentes de esa ciudad.
Cuando esas cosas las vi allí, estaba acompañado de algunos colegas y desde entonces me he preguntado. Que autoridad tendrá la visión de convertir nuestro Malecón desde la Puntilla hasta el Long Beach en algo similar a lo que ví en la ciudad de Miami y sobre todo que en ese litoral existen espacios para crear lugares para la recreación y los puertoplateños y turistas que nos visiten encuentren lugares apropiados para una sana diversión.
Pienso que cerca de 5 kilómetros que existen desde la puntilla hasta Long Beach, para hermosear y sanear nuestro Malecón de las aguas contaminantes, no se necesitan tanto millones. así es que a nuestras autoridades conviertan en realidad el manoseado slogan de Manos a la Obra.
Si estas ideas que planteo pudieran cristalizarse, imaginándonos que se construyera la carretera de cuatro vías que une este Municipio con el de Cabarete, se produciría una incuantificable cantidad de personas de todo el Cibao que en tiempo de verano pudieran suplir la falta que se produce en la llamada temporada baja de turistas y estos serían sustituidos por los vacacionistas criollos.
Visto el Malecón como UN GRAN BALNEARIO, tendríamos que recordar aquellos años cuando nuestra ciudad no contaba con estructuras hoteleras y muchas personas convirtieron las viviendas del malecón como una especie de casas de huéspedes, es decir que se las alquilaban a las personas que venían a vacacionar en Semana Santa. Si mis 9ideas se plasman en no lejanos tiempos viéramos a nuestro pueblo viviendo de las cosa que nos ha brindado la MADRE NATURALEZ.