Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
«Siete braceros
siete, de los más fortachones, limpian diario sus heces
por galones. Pasen videntes, pasen invidentes, estudiantes de
leyes y viejitas golpeadas, a ver a siete obreros
palear sus toneladas
de excremento y orines.
… Pasen a ver el hambre de las siete doncellas,
los siete labradores y los siete braceros. Pasen a contemplar con qué nobleza
los veintiún miserables le peinan la cabeza. Cómo no se deciden al degüello,
cómo no se lo comen, cómo se mueren de hambre y cómo se desviven. Pasen
a ver, damas y caballeros, cómo no se deciden.« (Crotto, Alejandro: Canción del Gran Puerco Celeste (Con música y olor de circo))
Los periodistas comprados por el danilismo han asumido la defensa de un poder pervertido y guían al pueblo por donde «El Estratega« Presidente quiere guiarlo: por los túneles del silencio: «El Estratega« Presidente aspira a prevalecer como `Maestro de la Anestesia`. En ese sector comprado hay verdaderas cuadrillas de asesinos de reputaciones que desde los medios de comunicación lanzan sus bombas prostituídas y repletas de un reguero de pólvora de insultos de toda laya contra los que han decidido enfrentar los malos pasos en que anda su comprador. El sector de los periodistas comprados por el danilismo es sólo una parte de la expresión de las unanimidades a que aspira el líder máximo de dicha corriente política y a las que aquí me refiero.
El primer acto de flagrante ilegitimidad del gobierno de «El Estratega« Presidente fue su apostasía al juramento constitucional que prestó ante la Asamblea Nacional el dieciséis (16) de Agosto del dos mil doce (2012) de defender la Independencia de la República Dominicana, al permitir e incentivar la haitianización de la República Dominicana debido al flujo migratorio aluvional de haitianos hacia el territorio dominicano, lo cual se traduce en la incrustación de una población extraña que crece y crece incontroladamente, lo cual, necesariamente terminará por rebasar el elemento poblacional y se reflejará muy poderosamente en los otros dos elementos constitutivos del Estado dominicano: en su territorio y en su gobierno. El juramento que prestó «El Estratega« Presidente ante la Asamblea Nacional al momento de tomar posesión del cargo está previsto por el Artículo 127 de la Constitución y reza así: «Artículo 127.- Juramento. El o la Presidente y el o la Vicepresidente de la República electos, antes de entrar en funciones, prestarán ante la Asamblea Nacional, el siguiente juramento: «Juro ante Dios y ante el pueblo, por la Patria y por mi honor, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República, proteger y defender su independencia, respetar los derechos y las libertades de los ciudadanos y ciudadanas y cumplir fielmente los deberes de mi cargo.«
Paralelamente al gravísimo problema haitiano para la supervivencia de la República Dominicana como Estado independiente, un ángel negro corneteó dando a conocer la última y terrible resolución de «El Estratega« Presidente expresiva del prolegómeno de su demente aspiración a perpetuarse en el poder: la entronización de la reelección consecutiva es el anuncio y sólo el primer paso en ese sentido.
El «Estratega« Presidente tiene el alma sedienta de inmortalidad. Su convicción es mesiánica: es la de que él es el nuevo predestinado, el nuevo imprescindible. Un mesianismo y unas pretensiones en apariencia inentendibles a la luz del problema haitiano: quiere poder, mantenerse en el poder y seguir en el poder, pero ¿para qué si está demoliendo la dominicanidad al impulsar la haitianización de la República Dominicana? Desde hace bastante tiempo vengo sosteniendo que como aspirante sempiterno a ese poder a él no le importa que al juego de la lucha por el poder político en la República Dominicana entren gentes de otra nacionalidad con tal de que eso lo beneficie a él, es decir, él está aspirando a que ésos haitianos «dominicanizados« (¿?) o a ser «dominicanizados« (¿?) por él le den sus votos, por eso quiere aparecer como benefactor de los mismos sin tener el más mínimo miramiento hacia el sacrificio que costó sacar a los dominicanos a la vida independiente precisamente en lucha contra Haití que nos sojuzgó durante una larga y obscura noche de veintidós (22) años. E igualmente sin tener el más mínimo miramiento de (y sin importarle), las consecuencias de mediano y largo plazo que sobrevendrán para el futuro del Estado dominicano por permitir e incentivar dicha haitianización.
Al ser notoria la búsqueda de reintroducir la reelección consecutiva en la Constitución, desde entonces «El Estratega« Presidente comenzó la caza de la consecución de las unanimidades. Las unanimidades se construyen de diversas maneras. Hay unanimidades que se consiguen en base a negociaciones puramente políticas; otras en base a negociaciones políticas y económicas; y otras impuestas mediante los mecanismos de coerción de que dispone el gobernante de turno cuando el mismo es un perverso, para provocar pánico y terror en su(s) adversario(s) para doblegarlo(s) y hacerlo(s) sumiso(s); todo depende de la índole del gobernante y de las circunstancias del mismo.
Su primera unanimidad perseguida lo fue en el seno del denominado Comité Político de su partido, no la consiguió pero obtuvo, construyéndola en forma planificada, mayoría amplia para imponerse holgadamente.
Creó y apoderó, en base a todos sabemos qué, un grupo de abogados auto denominados «constitucionalistas« (¿?) cuyo Principio Rector de Interpretación lo es el símbolo del peso dominicano. Esa fue su segunda unanimidad perseguida. No consiguió la unanimidad perseguida, pero movió a favor de él todos ésos personajes perniciosos para la Nación.
A nivel de la prensa empezó a construir su tercera unanimidad y ha seguido, todavía al día de hoy, en eso: comprando periodistas y comentaristas hacedores de opinión pública. En la más esplendorosa Edad de Oro de la Era de las Comunicaciones persigue construir así una de sus unanimidades: es el sector donde más éxitos ha cosechado en ese sentido, tanto que ha construido una verdadera `batidora comunicacional` que la orienta a su antojo y deseo para demoler a quien a él le dé la gana de demoler y para hacer pasar lo que a él le dé la gana de hacer pasar.
Dentro de esa `batidora comunicacional` fabricada insertó los medios que utilizó para pulverizar políticamente la imagen de Leonel Fernández revelando un ánimo destructor y una perversidad pocas veces y quizás nunca antes vista en la Historia Nacional. La obtención de la modificación constitucional referida simboliza el triunfo de una mente astuta-perversa. El que es capaz de hacer lo que «El Estratega« Presidente le hizo a Leonel Fernández con el uso instrumental que hizo del narcotraficante convicto Quirino Ernesto Paulino Castillo (para sólo hacer uso de ese ejemplo) revela a una persona capaz de cualquier bajeza terrible, tremenda, contra cualquier otra persona a la que el humor de la primera le quiera hacer pagar por cruzarse en su camino. Para ello hizo un uso abusivo de instrumentos o resortes del poder: específicamente situados en el área del Ministerio Público, unos, y en el área consular, otros: …Destruyó sin la más mínima piedad la figura de Leonel Fernández. Desde esa prensa comprada usa una artillería pesada de mercenarios financiados desde el Palacio Nacional para bombardear con las acusaciones y/o los epítetos que él quiera elegir para tratar de confundir a la parte de la ingénua comunidad nacional que por no tener suficientes elementos discriminadores es influenciable: también con ese señalado sector instrumental comprado impulsa la aberrante idea de pretender camuflar su complicidad tanto pasiva como activa con los planes extranjeros de fusión del pueblo dominicano con el pueblo haitiano.
Luego vinieron las unanimidades concretas: comenzaron, ya literalmente hablando, las unanimidades: comenzaron en el Senado, en parte de la Cámara de Diputados (quedando ambas instituciones reducidas a su mínima expresión y pasando a convertirse en meros sellos gomígrafos del Poder Ejecutivo bajo la titularidad de «El Estratega« Presidente ); con los grandes partidos políticos o las siglas que quedan de ellos; después el Comité Político del PLD proclamó su candidatura presidencial literalmente `a unanimidad`. Con esa cacería y esa obtención de unanimidades de esa manera brutal y bestial así comienzan y siguen su paso las dictaduras.
Al tirar a la basura el mandato imperativo de la Constitución de la celebración del referendo aprobatorio de esa reforma constitucional bastarda que obtuvo «El Estratega« Presidente siguió transitando el sendero de la ilegitimidad. Por él estar consciente de que la ilegitimidad se ha adentrado en el vientre de su Gobierno, para tratar de simular, de enmascarar busca crear la apariencia de un «gobierno de unidad nacional«… De esa manera busca esconder, clandestinizar esas arbitrariedades consumadas escondiéndose en ese disfraz de un supuesto «Gobierno de Unidad Nacional«. En ese sentido está como el náufrago que se ase de una tabla porque él está consciente de los problemas de cargar a cuesta con una ilegitimidad, que eso sencillamente es una bomba de tiempo que no se sabe cuándo explotará, pero que sí se sabe que explotará.
Nuestra Historia recoge la misma especie de que en varias ocasiones en que comienza una nueva dictadura los colores de los partidos políticos comienzan a juntarse y a unificarse en torno al nuevo aparecido. A pesar de ser evidente que «El Estratega« Presidente se ha sumergido en el ritual del cortejo de la unanimidad, aquí hay gentes crédulas, de muy buena fe, que, por el hecho de todavía subsistir un buen número de mecanismos de una democracia formal y que por haberse respirado democracia en el país durante cuarenta y nueve (49) años, creen ingénuamente que es imposible el surgimiento de un gobierno despótico nueva vez. Las evoluciones políticas no siempre son lineales y por ello existe ocasionalmente el peligro de una involución. En el presente hay destellos claros que evidencian que estamos pisando dentro del entorno de una sombra envolvente que se mueve en ese sentido involutivo. Así como de «El Estratega« Presidente se creyó y todavía hay gentes que creen que con él tal cosa es imposible, así mismo de Ulises Heureaux Level (Lilís) se creía exactamente lo mismo: que sería un demócrata a carta cabal, máxime tratándose del alumno que estuvo más próximo al General Luperón promotor de gobiernos democráticos. Por esa procedencia de pura cepa democrático-liberal nadie se imaginó ni soñó jamás que Lilís devendría en un tirano. Ni siquiera lo pensaron sus amigos de infancia, de adolescencia y de juventud en Puerto Plata.
El proceso de instalación de una dictadura puede asumir diferentes máscaras: sólo al final el déspota se desembaraza de dichas máscaras porque ya no las necesita. Mientras las necesite recurre a métodos sutiles, ingeniosos para cubrir de invisibilidad el propósito perseguido. Los déspotas van desnudando su naturaleza en la medida en que cada alba le trae una nueva necesidad distinta a la anterior convirtiéndose cada necesidad en una sucesión de puntos que conforman una línea definitoria que le arranca la careta al oprobioso detentador del poder. A cada necesidad el déspota le responde con un atropello y así va transitando el camino que conduce a la construcción del edificio completo del despotismo, del desnudo poder sin límites.
Lo que Lenin escribía, y lo que Rosa Luxemburgo le advertía en respuesta disconforme, dejaban entrever que de él llegar al poder en Rusia lo que él instalaría sería necesariamente una dictadura feroz y sanguinaria como en efecto lo fue. Lo que brotaba de la boca de Mussolini y de sus escritos; y el Mein Kampf de Hitler evidenciaban, anunciaban lo qué sobrevendría si llegaban al poder. Por el contrario, ninguno de los dictadores dominicanos que hemos tenido han sido anunciados previamente, no tenían hoja de ruta dictatorial; sin embargo los tuvimos. Desde la muerte cruenta de Ulises Heureaux Level (Lilís), ocurrida el veintiséis (26) de Julio del año mil ochocientos noventa y nueve (1899) hasta el dieciséis (16) de Agosto del año dos mil doce (2012), es decir, durante ciento trece (113) años el país no había tenido un detentador del poder más astuto que el actual incumbente, «El Estratega« Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez. Pero su astucia extravasa el límite rojo, la raya roja, para tornarse en perversidad. Esa «cualidad« (¿?) (si es que acaso puede ser calificada de tal), en política, y concretamente expresada en el uso destemplado, desnudo del Poder del Estado, nunca para en algo bueno para el pueblo al que gobierna el poseedor de dicha «cualidad« (¿?). Las unanimidades se construyen del mismo modo que la araña teje su red a la cual convierte en tal red, en cárcel, en comedor y en cementerio.
«El Estratega« Presidente arrastra su segundo problema de ilegitimidad producto de no someter la truculenta reforma que le hizo a la Constitución a un referéndum aprobatorio tal cual imperativamente lo manda la propia Constitución: él convirtió ese mecanismo en un simple adorno en la normativa constitucional. Se trata de un nuevo huevo negro empollado que lo desolará al producirse cualquier grave crisis política: el fantasma de la ilegitimidad persigue sus pasos y a ese fantasma poco le importa que eventualmente «El Estratega« Presidente pueda «ganar« (¿?) o haber «ganado« (¿?) las elecciones hoy pautadas para el dos mil dieciséis (2016). Esa y no otra es `la verdad quemante`.
Las consecuencias de ese tipo de cosas (en este caso concretamente la no celebración del referéndum ordenada por la Constitución), vale decir, las consecuencias de violar la Constitución, por lo general no se ve de inmediato: es como un germen que va desarrollándose hasta que produce su(s) efecto(s) terrible(s). A Horacio Vásquez lo soportaron unos dos (2) años después de su torpeza de mil novecientos veintiocho (1928). Luego sobrevino su caída. El veinticinco (25) de Septiembre de mil novecientos sesenta y tres (1963) se produjo el golpe de Estado contra Juan Bosch: la revuelta militar o contra-golpe para restaurar la Constitucionalidad ocurrió cerca de dos (2) años después: el veinticuatro (24) de Abril de mil novecientos sesenta y cinco (1965).
Igualmente, en cuanto a la clara pérdida de soberanía que protagoniza «El Estratega« Presidente con motivo del problema haitiano hay que recordar que la Cesión a España por Pedro Santana Familia se proclamó el dieciocho (18) de Marzo de mil ochocientos sesenta y uno (1861): dos (2) años y pico después, el dieciséis (16) de Agosto de mil ochocientos sesenta y tres (1863) se produjo el Grito de Capotillo iniciándose así la Guerra de la Restauración de la Independencia Nacional.
La anexión de Bosnia en mil novecientos nueve (1909) por el Imperio Austro-Húngaro degeneró en la actuación de La Mano Negra en mil novecientos catorce (1914) con el asesinato de Francisco Fernando y de su esposa Isabel Chotek, lo que vino acabó con la Belle Epoque. Desde mil novecientos nueve (1909) transcurrieron cinco (5) años para producirse todas las desgracias que sobrevinieron.
He estado notando en el ambiente dominicano, y hasta en algunos escritos publicados en diferentes periódicos nacionales, una orientación entendible de mirada retrospectiva hacia Lilís, pero también una especie mórbida de exaltación subliminal del Magnicidio.
Los consensos tendentes a las unanimidades perseguidas por «El Estratega« Presidente vienen contaminados desde que él apostató de su juramento constitucional de defender la Independencia y la Constitución de la República Dominicana. Esa es la raíz primigenia de la obscura aureola de ilegitimidad que envuelve su Presidencia y de una eventual real repetición de la misma. Y a ello le vino a sumar la no celebración del referido referendo aprobatorio. El mismo «Estratega« Presidente se zumbó a una política tan tonta y tan desastrosa cuyos finales serán todavía más desastrosos.
Por otro lado, hay malestar, un serio malestar enorme en el seno de las Fuerzas Armadas. A los oficiales militares dominicanos se les forma con el estudio de las gloriosas batallas dominicanas contra los haitianos. Son imbuídos del espíritu de dominicanidad: los valores que se les exaltan son los valores de la Nacionalidad y del Patriotismo.
En materia del tema haitiano lamentablemente «El Estratega« Presidente ha convenido en todo y por todo. Es por ello que no ha cumplido fielmente los deberes de su cargo. Está imbuído de malos ideales que habrán de fracasar, que deben de fracasar, que tienen que fracasar, pues «El Estratega« Presidente perdió todos los frenos. Ya en esa materia es evidente que de lo que hay que hablar es de un repudiable y condenable `colaboracionismo danilista` con todos aquéllos que quieren desmantelar la soberanía de la República Dominicana. No nos llevemos de las ridiculeces y del circo de apariencias que él quiere crear para pretender confundir.
«El Estratega« Presidente tiró la Constitución a la basura tanto con su posición frente al problema haitiano como para la revisión constitucional que solventó. El hombre arrastra un ataúd, un pesado ataúd… En ese ataúd van la Patria y la Constitución … Hasta ahora… Para nada es descartable que en cualquier momento las libertades igualmente perezcan en sus manos y vayan a caer también dentro de ese ataúd. Las necesidades de «El Estratega« Presidente definirán eso último. Esperemos a ver cómo se desenvuelven los acontecimientos.
Las unanimidades perseguidas cuando tienen los porqué aquí tocados son peligrosas, conducen a donde todos sabemos que conducen, máxime estando de por medio los dos factores bastardos, espúreos que hemos señalado.