Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
«¡Cuidado! No te conviertas en un César, ni te tiñas siquiera.« (Marcos Aurelio: Meditaciones, 6, 30)
A veces hay alegorÃas que son terribles, por precisas, en su intención para expresar los contornos de ciertas situaciones. Nunca fue tan precisa `la alegorÃa del embudo` como en el caso de la estrategia presidencial de su supuesto plan de repatriar a los haitianos ilegales en la República Dominicana: ante una presencia de haitianos que rondan los dos millones (poco más, poco menos), en todo el paÃs (con una frontera sin muro y sin la más mÃnima de las precauciones para que la misma sirva al fin que indica su denominación de «frontera« (¿?)), se responde el dÃa Viernes catorce (14) de Agosto del dos mil quince (2015) deportando ¡cinco haitianos!… ¡SÃ, asà mismo como suena!…: ¡Cinco haitianos! Y el canciller dominicano, Andrés Navarro, señala casi una semana después, el veinte (20) de Agosto del dos mil quince (2015), que «el proceso de repatriaciones de extranjeros en situación migratoria irregular continuará en el paÃs con normalidad«…¡Vaya normalidad esa!
Esto parece incluso una broma de mal gusto dentro del evidente circo de simulaciones organizado en ese sentido por «El Estratega« Presidente. Hipólito MejÃa DomÃnguez expresaba verbalmente sus extravagancias. «El Estratega« Presidente ha expresado con un hecho una de las tantas extravagancias cometidas por su gobierno en ocasión del mismo tocar el tema haitiano. La deportación de ésos ¡cinco (5) haitianos! es una extravagancia fáctica que nada tiene que envidiarle a las extravagancias verbales o hipolitadas de Hipólito MejÃa. Se ha alegado que «El Estratega« Presidente no habla. Pero éste «tranquilo (con Danilo)« de Danilo se ha arqueado de forma tal que ha establecido un punto o una lÃnea de contacto entre él e Hipólito MejÃa (en realidad ha dado una verdadera `vuelta de campana` en ese sentido): la extravagancia de «El Estratega« Presidente de deportar ésos ¡cinco (5) haitianos! se asemeja a las extravagancias risibles de `las hipolitadas`.
Hace varios dÃas atrás varios gobernadores dominicanos danilistas de la zona fronteriza le declararon al periódico El Nacional que los haitianos que se habÃan ido voluntariamente a su paÃs estaban retornando. Ahora es un Diputado nada más y nada menos que también del PLD  por Pedernales el que ha denunciado que por cada diez haitianos  ilegales que son llevados a la frontera entran quinientos (500) haitianos ilegales por Pedernales. Como algunas gentes mal intencionadas tienden a pensar que uno exagera cuando toca esto quise citar directamente la información extrayéndola de El Nuevo Diario Digital:
«20/8/2015 | ||||||
Diputado del PLD denuncia que «deportan 10 ilegales y entran 500 por Pedernales» | ||||||
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EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- El diputado por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), José DÃaz, criticó este jueves el plan de deportación de extranjeros ilegales que lleva a cabo la Dirección General de Migración (DGM), tras denunciar que  sacan 10 y entran 500 por Pedernales.  DÃaz, quien es integrante de la Comisión de Asunto Fronterizo de la Cámara Baja, expuso que la situación se agrava debido a que en las fortalezas solo hay dos militares. Pidió  al Gobierno reforzar los puntos fronterizos con 25 efectivos militares en cada puesto, asà como mantener un incentivo económico y alimentario, ya que la mayorÃa pide su traslado por las condiciones deplorables de la zona. El diputado del PLD expresó que de nada sirve gastar recursos en un plan de regularización y deportaciones si los pasos fronterizos continuarán vulnerables. POR RAMÓN RAMOS« |
Y eso que él se está refiriendo tan sólo a los haitianos ilegales que entran por Pedernales que  es  tan sólo una, la austral y la más pobre, de todas las provincias dominicanas que hacen frontera con HaitÃ.
No hay explicaciones sensatas para esto, para esta desproporción a todas luces evidentes. «¡Cinco haitianos!« Es, obviamente, una cifra desproporcionada y sin relación alguna con la cantidad gigantesca de haitianos ilegales que cada dÃa pasa por cualquiera de los ochenta y un (81) pasos tildados por el propio canciller del paÃs vecino como «pasos clandestinos«. ¿Esa denominación de «pasos clandestinos« no les da verguenza a las autoridades dominicanas? ¿Es que acaso nuestras autoridades perdieron todo sentido de la decencia frente a su propio pueblo al que dicen «representar« (¿?)?
Esto de deportar ¡cinco haitianos! es una burla descarada de las autoridades dominicanas al pueblo dominicano. Esto se parece a las actitudes irrazonables de los más caprichosos emperadores romanos que preferÃan no hacer esfuerzo alguno para explicar: su voluntad absoluta bastaba para explicarse a sà misma.
¿Cuál es la lectura de ese mensaje enviado por «El Estratega« Presidente Lic. Danilo Medina Sánchez? Es harto notorio que el mensaje que él está enviando es de doble vertiente: 1) que las deportaciones se harán, si se hacen, asà y sólo asÃ, es decir, con `mÃnimuns como ese`, pequeñas, Ãnfimas cantidades que le permitan `simular` que él «está deportando haitianos« (¿?); y 2) que a él le da tres pitos lo que piense el pueblo dominicano sobre su forma de actuar al respecto. …El altanero, envanecido y despreciativo aire cesáreo de la medida micrométrica en cuestión queda captada ipso facto.
La invasión-ocupación de haitianos ilegales sà puede ser masiva, pero la deportación de los mismos no puede ser masiva, es decir, no puede ser nunca proporcional a dicha masividad invasiva y ocupante del territorio nacional. La desproporcionalidad obvia en cuestión se parece a la de alguien que trata de sacar agua de un rÃo con un guayo o con una criba para llenar con dicha agua algún recipiente gigantesco. ¡Cinco haitianos son sacados! ¡Paralelamente millares y millares de haitianos entran ilegalmente a la República Dominicana por dichos ochenta y un (81) pasos clandestinos que les permiten a los haitianos  «pasar como si fuera de una habitación a la sala de su casa«, como dijo el canciller haitiano! Es el increÃble Gran Embudo de «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez implementado en aplicación concreta de `La Ley del Embudo` que su astucia-perversidad diseñó en consonancia y acatamiento de la destrucción de la identidad nacional dominicana dirigida desde centros de poder extranjeros. La Historia registrará que «El Estratega« Presidente aplicó `La Ley del Embudo` para conscientemente dañar a su propio pueblo: en ese sentido negativo su figura se destacará como una mosca en la leche.  Dicho embudo sólo apunta en una dirección: a establecer que «El Estratega« Presidente le está simulando al pueblo dominicano, que ha erigido una carpa de un circo y con una apariencia totalmente ridÃcula, toda una descarada tomadura de pelo, pues es la expresión de una `Misión Imposible` que queda resaltada por un simple cálculo matemático: ¿qué total arroja deportar cinco haitianos por dÃa en un año; y qué total arrojarÃa eso en otros hipotéticos cuatro años? Estamos hablando de mil ochocientos veinticinco (1825) haitianos en un año y de siete mil trescientos (7300) haitianos en dichos otros hipotéticos cuatro (4) años; es decir, menos de diez mil haitianos en cinco (5) años. A lo que hay que agregar que nada, absolutamente nada hay en la región fronteriza que impida que ésos que acaso puedan ser sacados puedan regresar a la República Dominicana.
ParecerÃa como si se estuviera condenando a Duarte a exclamar amargamente: «Como una nube que pasa mis ensueños se van, se van, no vuelven más.« (tango de Alfredo Le Pera: Arrabal amargo) El sorprendente embudo en cuestión sólo viene a confirmar la necesidad de que el pueblo de la República Dominicana reclame y exija la construcción del muro fronterizo a denominarse `Muralla Juan Pablo Duarte`, aparte de, paralelamente, disponer de un enorme personal militar que contribuya a taponar los poros que acaso pudiesen subsistir no obstante la erección de dicho muro.
Por otro lado, los haitianos están como la liebre frente al Gobierno dominicano y este último como una tortuga a la que aparte de sus pasos ser lentos por naturaleza se le ha añadido a dicho paso lento el efecto de cámara lenta propio del mundo cinematográfico; y, peor aún, sin ninguna esperanza entre los dominicanos de que siquiera la liebre en algún momento se quede dormida. La velocidad de esa liebre parece que no termina de ser aquilatada ni siquiera por las pelas de desconsideraciones que los haitianos les han dado al paÃs representado por  «El Estratega« Presidente y su tren gubernamental en el ámbito exterior, donde es evidente que la liebre en cuestión se mueve a una súper velocidad que parecerÃa indicar que se calzó las botas fantásticas que le permiten dar zancadas de siete leguas cada una.
Es como si los dominicanos tuviésemos la condena de una maldición extraÃda de alguna compilación de `Cantigas de escarnio y de maldecir` hispano- portuguesa, como si estuviésemos condenados a estar doblados bajo el látigo haitiano, a un destino amargo, triste, condenados a arrastrarnos de determinada manera como si estuviésemos pasando por las humillantes horcas caudinas.
El engaño en ésas gentes es connatural a éllas: este gobierno jamás se ha detenido a analizar, ni le interesa analizar (pues las declaraciones de Almagro de que el Gobierno danilista está de acuerdo con el informe de la comisión de la OEA que él envió son reveladoras de la complicidad de dicho gobierno con la trama extranjera para lograr la fusión entre haitianos y dominicanos), que bajo engaños fue que, primigeniamente, y luego con violencia, los ancestros de esas actuales autoridades haitianas lograron que parte del pueblo de Moca se metiera en la Iglesia previo a éllos quemarlos vivos allà calcinando asà a personas de ambos sexos y de todas las edades. La otra parte afortunadamente de manera previa habÃa salido huyendo y se refugió en los montes tratando de alejarse lo más posible de los invasores-ocupantes haitianos de aquella época (1805).
Por Lic. Gregory Castellanos Ruano