PUERTO PLATA.-Cuando se va a recibir a una visita los anfitriones siempre se esfuerzan en que todo luzca mejor, esté bien organizado y por brindar las mejores atenciones para causar una grata impresión al o los invitados.
Solo si los visitantes nos toman por sorpresa, por no haber habido un aviso previo, nos pueden encontrar desprevenidos sin haber tomado las medidas necesarias para que las personas que nos visitan encuentren un ambiente satisfactorio.
En el caso de los cruceritas que arribarán en la embarcación “Victory” el próximo 6 de octubre por la terminal Amber Cove de Maimón no se trata de una visita sorpresiva, sino de algo que las autoridades gubernamentales y municipales de Puerto Plata sabían que ocurriría con más de un año de antelación.
Por esa razón tuvieron tiempo suficiente para prepararse sin prisa ni atropellamientos y poner cada rincón de la casa en orden para que la porción de los casi cuatro mil cruceristas y tripulantes del “Victory” que visiten la ciudad de Puerto Plata se lleven la mejor impresión.
La Carnival y la Báez y Rannik hicieron bien su tarea y gracias al esfuerzo y al empeño que pusieron hoy tenemos en la ribera Este de la histórica bahía de Maimón la terminal de cruceros más moderna y hermosa de todo el Caribe.
Los cruceritas del “Victory” y de los otros 31 cruceros que atracarán en la terminal Amber Cove en los próximos cuatro meses que decidan quedarse en sus modernas y confortables instalaciones tendrán garantizados un ambiente saneado, seguro y con muchas opciones de compras y diversión.
Pero, desgraciadamente, por la abulia y la apatía de las autoridades responsables de poner la casa en orden a tiempo, la revitalización del centro histórico de Puerto Plata no estará apta para recibir a los cruceritas que llegarán por Maimón el martes 6 de octubre.
Debido a esa penosa realidad, lo ideal sería que se suprimiera del city tour que se ofertara a los turistas que arribarán en el primer crucero como parte de la segunda nueva oleada del turismo marítimo que le tocará a Puerto Plata el área de su centro histórico que no esté preparada para recibir visitantes.
Es penoso que se tenga que hacer un pedimento que privaría de hacer negocios al comercio ubicado en el centro histórico por la desidia y la irresponsabilidad de las autoridades, que habiendo tenido tiempo suficiente para llevar a cabo su tarea no la realizaron.