Alta Política
Ramiro Francisco
Los olvidadizos no son los candidatos. Nosotros los votantes sí.
No deseaba escribir artículo alguno, hasta después de “Los Reyes o la Vieja Belem”.
A veces, hay que desahogarse como el Desahogo aquel de Roberto Carlos.
Ahora, que todavía hay precandidatos que desconocen si la JCE los aceptará como tal, ahora, cuando luego de esta paz y “armisticio navideño” y antes que se “arme” –espero que no- “la de Belem y los pastores”…y además, como a mi manera –sí como la misma canción- de ayudar en algo al despertar de conciencia, decimos lo siguiente:
Si en el hipotético caso de Ramiro Francisco, no se cansa de robar en cada dependencia del Estado donde trabaja, si donde quiera dejo “el pelerío”…
Si de las tantas veces que por “político opositor” me llevan a los tribunales y al final todos los jueces y actores de la justicia me piden perdón por no haber encontrado nada comprometedor en mi contra…¿No puedo ser candidato?
Si puedo repetir de memoria el número de mi cedula y serie, teléfono, y número de la dirección de mi casa…¿No puedo ser candidato?
Si tenía una banda de sicarios, pero no he matado a nadie ni me han probado nada…¿No puedo ser candidato?
Si soy un consumidor de drogas y otras sustancias prohibidas y me hacen “análisis” y todo está normalmente normal…¿No puedo ser candidato?
Si tengo “cuartos” y soy miembro del sector interno, externo o alterno de cualquier partido…¿No puedo ser candidato?
¡Envidia, no fuñan tanto! Ustedes no conocen de “alta política”.