BOCINAS RUIDORamiro Francisco

El caso ocurrido recientemente en Higuey, donde el sargento de la Policía Nacional Briandy Andrés Castillo Guerrero, estuvo a punto de perder la vida mientras intentaba evitar la continuidad del desórden por alto volumen, debe llamar la atención de todos. Autoridades y simples ciudadanos.

Son muchas las quejas que se formulan en las redes sociales, programas de radio y televisión, sobre llamadas que se realizan a cuarteles de la PN denunciando situaciones semejantes, y estos pocas veces se presentan. Tal vez, para evitar ser heridos o hacer uso de sus armas en caso de agresión.

Nos vamos convirtiendo poco a poco en una sociedad que repele los controles, la disciplina, el orden las reglas, las leyes.

¡Quién sabe, las veces en que vecinos del lugar allá en Villa Cerro de Higuey, habían llamado a la policía para denunciar esa irregularidad! ¡Dejaron crecer el monstruo!

La falta de consecuencias, el ná e ná, el estar “pegao”, el tener un compadre funcionario o de alto rango militar o policial, nos hace creer, que estamos por encima de la Ley para no hacer caso a nadie!.

Esa soberbia, nos hace sacar (colocar) al frente de nuestras viviendas, equipos de sonido y bocinas para “disfrutar” solos o en grupo, de nuestra música favorita con un volumen ensordecedor y molestoso, mientras nos “lanzamos frías y romo por un tubo”.

Se dan casos, en que ni la misma familia puede con esos “toros”. Así pasan las horas en la vecindad, en la comunidad, en la barriada. Habitada por gente buena, sencilla en su mayoría. Trabajadora y honrada.

¡Dos y tres de la madrugada y uno tener que soportar a esa clase de animales de dos patas! No siempre, está el personal disponible en Anti Ruidos, tanto en la Policía Nacional como las autoridades de Medio Ambiente que tienen que ver con el tema que tratamos.

El problema crece, se multiplica en diferentes provincias de nuestra amada República Dominicana.

El ruido, hace daño a la salud. Personas que no duermen bien no rinden una buena labor en sus quehaceres. El ánimo se altera. No hay que ser Psicólogo o Sociólogo para saberlo.

Lo ocurrido al sargento de la PN Castillo Guerrero, puede ocurrirle a un hijo de usted que nos lee. A usted mismo, o a nosotros que escribimos. Nadie está exento. Estamos dejando crecer al monstruo …y el monstruo nos ahogará.

Por el caso ocurrido en Higuey al momento de escribir esta nota, hay algunas personas detenidas. Otras están siendo buscadas. Mientras el sub oficial se encuentra interno recibiendo atenciones médicas. La falta de consecuencias, la poca atención a las quejas ciudadanas, el poco personal oficial dispuesto para esas labores, hace que casos como ese puedan repetirse.

Favorecemos encuentros comunitarios con las autoridades del medioambiente, ayuntamientos y la Unidad Contra Ruidos de la PN y dueños de establecimientos comerciales y vecinos con denuncias sobre esa mala práctica, para que realicen sus fiestas, cumpleaños o el simple escuchar música apegados a la ley y las buenas costumbres de convivencia.

Lamentamos por lo ocurrido al sargento. Lamentamos lo que sufren cientos de familia por la imprudencia de muchos con su música en alto volumen y la falta de consecuencias. ¿Hasta cuándo?

ramiro_francisco@yahoo.com