PUERTO PLATA.-Un escenario no sólo sirve para llevar diversos eventos de entretenimiento a la gente que gusta de las propuestas lúdicas, sino también para honrar la memoria de un personaje vinculado a las artes en sus diversas manifestaciones que haya descollado de manera rutilante, poniéndole su nombre.
Este introducción es a propósito de la inminente inauguración del parque, el anfiteatro y la plaza Lockward de la puntilla del malecón de la ciudad de Puerto Plata, en cuya primera etapa Turismo invierte a través del Comité Ejecutor de Infraestructuras en Zonas Turísticas, (Ceiztur) la cantidad de RD$252.0 millones.
Hasta el momento se barajan los nombres del sensacional barítono Eduardo Brito; del compositor, director de orquesta y cantante, Rafael Solano; del cantante, compositor y músico, Juan Lockward y del actor, director teatral y publicista Camilo Carrau.
Sin lugar a duda, los cuatro reúnen méritos suficientes para que el nombre de cada una de estas excepcionales estrellas puertoplateñas, de las cuales el país se siente honrado y orgulloso, le sea dado al parque, al anfiteatro y a la plaza.
Pero, desgraciadamente, sólo hay tres cupos y ellos suman cuatro, por lo que el nombre de Eduardo Brito, Rafael Solano, Juan Lockward o Camilo Carrau, tendrá que ser excluido al momento de bautizar los espacios mencionados.
El caso de Juan Lockward está resuelto, debido a que antes de que se construyera el parque de la puntilla del malecón existía la Plaza Juan Lockward, la cual fue hecha durante la gestión de Carlos Troche como síndico de Puerto Plata.
Por lo que sólo habría que barajar los nombres de Eduardo Brito, Rafael Solano y Camilo Carrau para el parque y el anfiteatro; problema doble que podría reducirse a uno, dándole el nombre del autor de “Por amor” al parque y debatir que nombre se le pone al anfiteatro.
Entonces quedaría pendiente conferirle al anfiteatro o el nombre del inigualable Eduardo Brito, mejor cantante lírico de todos los tiempos del país, quien paseó por una gran cantidad de escenarios de varios países su voz potente de registros envidiables, erigiéndose en el mejor intérprete de su género o el nombre nada desdeñable, del superdotado Camilo Carrau, uno de los primeros actores criollos que incursionaron en Hollywood; estrella principal, junto a Franklyn Domínguez, en La Silla, primera película dominicana; padre de la radio moderna dominicana, excelente publicista, creador del primer canal UHF que tuvo el país y director de la obra teatral “Por la puerta de la cruz”, la mejor en su género de todos los tiempos.
La fórmula de elección de los nombres que se les podrían al parque, el anfiteatro y a la plaza de la puntilla del malecón es la misma que se aplicó a la principal instalación deportiva con que cuenta Puerto Plata, construida durante los gobiernos de Joaquín Balaguer y Leonel Fernández; la cual fue bautizada con el nombre de Polideportivo General Gregorio Luperón y al techado se le puso Fabio Rafael Gonzáles, Padre del Deporte Puertoplateño.
Asimismo, como parte del multi-homenaje, al pabellón de voleibol de dicho complejo deportivo se le dio el nombre de don Otilio Mirabel, un gran promotor de dicha disciplina deportiva y el baloncesto, a cuya propagación dedicó toda su vida esta gloria del deporte local; y, por último, al campo de futbol se le otorgó el nombre de Leonel Plácido (Leche de Chiva), gran lanzador del béisbol y dirigente deportivo local.
¡Qué lío, cuántas virtudes y solo existe un asiento para Brito y Carrau, inmortales del arte, los cuales nos hacen vibrar de emoción cada vez que los recordamos! Ojala que a la hora de escoger al elegido prime la serenidad y la justicia. Es más, proponemos que los nombres de Eduardo Brito y Camilo Carrau sean introducidos en una tómbola y se deje al azar la escogencia del nombre que debe llevar el anfiteatro. Así no habría cargo de conciencia.