Alevosía del viento de la Bahía
Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
I
¿Qué escribía el viento sobre la arena
cuando escribía y borraba
con la locura que exhibía?
II
¿Qué le pasaba con los nenúfares?
Escribía un decreto,
lúgubre era el decreto:
«¡Muerte a los nenúfares!«
¡De muerte era el decreto!
III
Y para que los ingénuos nenúfares no se apercibiesen de aquella fatúa,
con arremolinadas,
espiraladas
y rápidas volteretas
borraba lo que recién escribía.
Por eso empujaba con tanta fuerza
las olas de las orillas, de nenúfares cargadas,
en dirección hacia los hornos de arena.
IV
Si los nenúfares de alguna manera
se hubieran dado cuenta
de ese decreto de muerte que pesaba en su contra,
sobre la fuerte correntina
del otrora poderoso Río San Marcos
no se hubiesen dejado llevar.
V
¿Qué inquina allí se escondía?
¿Qué extraña insidia permanece allí escondida?
¿Qué arcano convirtió a los nenúfares en predestinados?
¿Qué arcano permanece guardado?
¿Dónde se originaba tan siniestro rencor del viento contra los nenúfares?
…¡Ah, qué alevosía la del viento de la Bahía!
Por Lic. Gregory Castellanos Ruano