LOS POMOS, Altamira.-El proceso de rehabilitación de la obra de toma y la sustitución de los tubos que desprendió y arrastraron las aguas desbordadas de los ríos Pescado Bobo y Gibo del acueducto que abastece de agua a Altamira y otras comunidades de ese municipio entró en su etapa final.
La información sobre el avance de los trabajos que ejecuta la brigada de soldadura, reforzada por obreros contratados para el transporte de los tubos y los trabajos de albañilería, fue ofrecida por el ingeniero José Onésimo Reyes, director de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Puerto Plata (CORAAPPLATA).
“Aquí lo que estamos rehabilitando la obra de toma del acueducto de Altamira, incorporando un nuevo sistema de mallas y reforzando el muro de seguridad del dique, para que cuando se produzcan nuevas crecidas del río no se derrumben y saquen de servicio el sistema de abastecimiento de agua”, precisó el ingeniero Reyes.
Indicó que “está rehabilitación que se está haciendo, incluye, además del dique y el tubo que lo limpia, el tubo de salida de 12 pulgadas y el tubo desarenador de 6 pulgadas, el cual limpia el calcamos de entrada a la tubería que conduce el agua a la planta de tratamiento”.
El titular de la dirección de CORAAPPLATA dijo que los trabajos de rehabilitación del sistema hídrico se iniciaron hace 30 días, con el traslado del material que se está utilizando, reparación y limpieza de la obra de toma, excavación y colocación de la tubería.
“Esperamos en diez o quince días terminar los trabajos que faltan por ejecutar para que el acueducto sea puesto en funcionamiento de nuevo para restablecer el suministro de aguas a todas las comunidades del municipio de Altamira, el cual está interrumpido desde hace tres meses”, expresó el funcionario.
Durante la inspección a los trabajos de la obra de toma, el ingeniero José Onésimo Reyes, estuvo acompañado del presidente del Consejo de Directores de la Corporación de Acueductos y Alcantrarillados de Puerto Plata (CORAAPPLATA), Virgilio Gonzáles y el ingeniero Carlos José Antonio.
Para llegar hasta el lugar donde se ejecutan los funcionarios de CORAAPPPLATA lo hicieron a lomo de caballos, recorriendo un accidentado camino en pésimas condiciones, con profundos y peligrosos precipicios y cruzando catorce veces el río.