PUERTO PLATA.-El crimen de las Hermanas Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz sirvió para que el mundo, la República Dominicana, especialmente Puerto Plata, se pusieran de pies tratando de concientizar en relación a la necesidad de extirpar, de una vez y por todas, la cultura de la violencia, afirmó el fiscal de esta provincia, magistrado Osvaldo Bonilla.
“No solo queremos concientizar a la población adulta sino, especialmente, a los jóvenes y a los niños que hoy representaron muy dignamente a los diferentes colegios y escuelas de Puerto Plata en los que cursan estudios, expresando lo que se siente y lo que entienden que se debe hacer para erradicar la violencia no solo en el Estado, sino en todos los ámbitos”, expuso.
Refiriéndose a lo repetitivo que son los actos en homenaje a las Hermanas Mirabal que se llevan a cabo cada 25 de noviembre, día en que se conmemora su asesinato por esbirros de la tiranía de Trujillo señaló que “siempre he dicho que haciendo lo mismo no vamos a tener resultados diferentes, en el objetivo de eliminar el culto a la violencia en todas sus manifestaciones”.
Durante su comparecencia el pasado viernes al programa televisivo “Todo Incluido” que se transmite por Musa Visión, canal 10, Bonilla valoró como positivo que el procurador general de la República, Jan Alain Rodríguez, haya tomado la lucha sin cuartel en contra del tema de la violencia.
“En el día de hoy expresamos en un turno que tuvimos en el Tedeum que se realizó en la Catedral San Felipe Apóstol la intención de la procuraduría general de la República de que el tema de la lucha en contra de la violencia de género no se quede en los discursos y en la retórica, sino que es necesario sensibilizar a todas la sociedad para enfrentarla y vencerla”, indicó.
Manifestó que es bueno que sepamos que con los adultos no hay mucho que hacer, sino con los jóvenes y con los niños hay que hacer todo el esfuerzo que se requiera educándolos con ejemplos dignos de ser imitados para erradicar la cultura machista que hemos tenido desde hace mucho tiempo.
“La violencia de géneros yo la defino como la epidemia y el gesto más primitivista que los actores del sistema judicial, no solo jueces y fiscales, sino el Estado en sentido general, hemos tenido que enfrentar. Ese ha sido el reto más grande, porque no solo impacta a las personas en contra de la cual se comete el ilícito, sino que afecta el espacio más sagrado del ser humano: la familia”, subrayó.