Se sabe que el éxito en los negocios trae consigo detractores. Gente que no ha hecho nada en su vida y que por alzar una banderita -como decía el maestro Ángel Artiles Diaz- caen en un puesto público y sálvese quien pueda.
Cuando hay más preguntas que respuestas
En junio de 1991, cuando llegué a Puerto Plata, ya Edgar Martínez era ferretero. Un muchacho afable, bonachón, lleno de sueños y deseos de trabajar. En todo el tiempo que permanecí como empleado bancario nunca vi ni escuché situación alguna que lo involucrara, tanto a él, de manera personal, así como tampoco a ninguna de sus empresas en algún tipo de comportamiento desordenado.
Es lo que se llama un verdadero emprendedor, pero no de los emprendedores de pacotilla de ahora que abandonan al menor asomo de una nublazón; es de los que luchan sin cuartel para lograr sus objetivos. Noches sin dormir, compromisos de todo tipo, aprendizaje constante; esas han sido las características de la larga carrera de ese exitoso puertoplateño.
Se sabe que el éxito en los negocios trae consigo detractores. Gente que no ha hecho nada en su vida y que por alzar una banderita -como decía el maestro Ángel Artiles Diaz- caen en un puesto público y sálvese quien pueda.
A Edgar le han cerrado la mina de Maimón, le han cerrado la estación de combustible. A la estación de combustible le dieron un plazo de 48 horas para que regularizara una situación de papeleo simple. ¡48 horas! “Y si no lo resuelves te cerramos la estación”. Así fue. Ahora tenemos una docena de desempleados, una docena de familias sin ingresos.
La mina de material para la construcción localizada en Maimón también le fue cerrada. No obstante cumplir con todos los permisos y requisitos, aparecieron unos políticos, sindicalista pseudo ambientalistas y se ensañaron en contra de la explotación del negocio. Cabe preguntar sobre las demás granceras existentes en Maimón. ¿Cumplen?
¿Qué le está pasando a Edgar? ¿Acaso cayó en desgracia con el gobierno de turno? ¿Por qué tantos periquitos y tantas exigencias? ¿A quién le beneficia el cierre de la mina? ¿A quién le beneficia el cierre de la estación de combustible?
¿Cuáles intereses pudieran estar gravitando en torno a la situación actual? Por ahí anda una copia de una supuesta resolución evacuada por la Junta Distrital de Maimón en la que revocan la carta de no objeción que le fuera otorgada en el año 2018 para la explotación de la mina de materiales. Según se sabe, ahora se están lavando las manos como Pilato, ahora nadie fue, nadie firmó la supuesta resolución.
Mientras se responden esas preguntas hay familias cuyas cabezas no están trabajando, hay compromisos financieros qué cubrir, hay inconformidad en un puertoplateño que lo que ha hecho es trabajar. No solamente es él que está inconforme, los empresarios están mirando la liviandad con la que les cierran las puertas.
Todas las asociaciones de comerciantes de Puerto Plata, conociendo el manejo de ese empresario, deben salir en su defensa.
Hoy por ti, mañana por mí.