GREGORY CASTELLANOS RUA14Por Lic. Gregory Castellanos Ruano

Las dos acepciones fundamentales de «carrusel« son: a) atracción de feria que consiste en una plataforma giratoria sobre la que hay animales y vehículos de juguete en los que se puede montarcaballitos, tíovivo; y b) espectáculo en el que un grupo de jinetes que actúa en círculo realiza con sus caballos una serie de vistosos ejercicios. Las dos son coincidentes en que el círculo que se forma gira; en que dicho círculo puede ser visto; y en que el mismo está destinado a servir de deleite y disfrute a quienes ven el espectáculo de que se trate. Un carrusel, pues, es una especie de desfile en círculo que permite ir viendo determinado espécimen o determinada persona o determinada cosa.

En nuestro país existe un carrusel desde que murió el veintiséis (26) de Septiembre del año dos mil cuatro (2004), pero ese carrusel que existe entre nosotros no está destinado a servir de deleite y disfrute a quienes lo ven y mucho menos a quienes son exhibidos en él como víctimas. Tras el filo de la medianoche de esa fecha se marcó y sonó `La hora de los demonios`.

Ha pasado un decenio y más de seis (6) meses y el país sigue viendo y sufriendo un interminable desfile  circular de actos delincuenciales y sus espantosas consecuencias.Ese `Carrusel dominicano del robo y/o de la muerte`  sigue su agitado curso.Los delincuentes, estimulados y envalentonados por una legislación procesal penal de base cuasi-abolicionista y en consecuencia ultragarantista, desde entonces mantienen contra la sociedad y sus componentes una guerra civil no declarada en la que el Código Procesal Penal (CPP) aparece como una especie de dios inútil   – para la sociedad y para las víctimas-    en medio de dicha guerra de exterminio social e individual.

Los delincuentes son los únicos que se deleitan y disfrutan al ver la exhibición de ese carrusel. No con un estilo  capsular la realidad que vemos en ese carrusel nos está telegrafiando masivamente, es decir, no con un simple breve conjunto de puntos y rayas, sino tan gráficamente que lo hace enviándonos imágenes hasta con muertos, con numerosos muertos: la situación es tan alarmante que el telégrafo en vez de puntos y rayas nos está enviando imágenes terroríficas a colores.

No obstante, `El Carrusel dominicano del robo y/o  de la muerte`  sigue su agitado curso propagando el luto en la República Dominicana (como lo hacen sus pares en los restantes países de Iberoamérica regidos por un código de la misma catadura); marcando con las cuchilladas del luto a millares y millares de inocentes que no tienen porqué sufrir los zarpazos de las fieras humanas que el Código Procesal Penal tiene en las calles masacrando, unas veces siguiendo un perfil preciso, otras veces siguiendo un perfil impreciso, aleatorio. La situación creada con propiedad puede ser calificada como `La masacre sin fin` o `La masacre interminable`.

¿Cómo se les podrá explicar a ésos fantasmas y a sus deudos que su vida no le hubiese sido arrancada de no ser por la vigencia de un código que dejó en libertad y mantuvo en libertad a los respectivos asesinos  en dichos casos?  ¿Cómo se les podrá explicar a ésos fantasmas y a sus deudos: que esos `Comandos del crimen contra la sociedad`; que `La multiplicación de la delincuencia`; que `El Vacío de Estado`;  que `El Estado Fallido`; que la Inseguridad; que el Terror son partes de los grávidos efectos necesarios del Código Procesal Penal (CPP) que con su `Estatuto de libertad`  y su Impunidad hacen de `La Ley un factor criminógeno`  que lleva al delincuente primario, y al delincuente primario lo conduce a transformarse  en  delincuente en serie; que igualmente conduce  al que acaso  es condenado a la Reincidencia; que  `Cualquiera puede ser víctima`;  que todo eso son `Efectos del CPP`  y que, en fin,  por eso tenemos funcionando este terrible Carrusel del robo y/o de la muerte.

El Carrusel dominicano del robo y/o de la muerte presenta numerosas horrendas muestras de la violencia que se ha apoderado del país    -de la seguidilla de catástrofes, de los cinturones de tragedia todos sintomáticos o fenómenos resultantes de los tiempos violentos creados por dicha normativa cepepeista-,   haciendo de la nuestrauna sociedad sometida a los vaivenes de la incertidumbre.   Los componentes de la población dominicana estamos expuestos todos a una `Tómbola de la Muerte`, pero las opciones de los delincuentes no son necesariamente aleatorias…Ya lo he dicho anteriormente: seguro en este país solo el Presidente de la República (por razones obvias)… Y aún así: quizás…

 

En forma paralela a este horripilante `Carrusel dominicano del robo y/o de la muerte` vemos otro carrusel distinto en el que se exhiben numerosos desvergonzados, tanto desde el sector oficial como desde el sector privado, hablando de supuestos planes que deliberadamente obvian tocar la «sacrosanta« (¿?) normativa cepepeista para supuestamente detener la violencia… (¿Detenerla?: ¿Con esa normativa cepepeista? Inclinarse por la afirmativa es una confesión de que se sueña estando despierto.)  Con paciencia bíblica los vemos y los escuchamos hablar de planes, de detalles de inocuas y risibles recetas que se inventan contra la delincuencia para supuestamente poner fin a lo que denominan «simple percepción« (¿?) de ausencia del Estado… (¿Percepción?)

Afirman –con gran cinismo- desear que los dominicanos puedan salir sin temor a las calles, sin embargo sus desatinadas recetas sólo conducen a que cada quien se aísle y se encierre en su casa tratando de evadir el mazo del robo y/o de la muerte que llevan en sus manos los delincuentes libres en las calles por obra y gracias del Código Procesal Penal.  Todavía el país luce estancado en su sufrimiento, en su impotencia, en su calidad de víctima y sin tener una idea clara de qué cosa hacer. De cuando en cuando el cúmulo de robos y/o de homicidios se hace tan desbordadamente patente que algunos supuestamente «alarmados« (¿?) se reúnen para hacer «diagnósticos« (¿?) y para sugerir sus equivocadas «recetas« siempre marginando tocar el núcleo (el Código Procesal Penal) causal real  de todo este desbordamiento criminal que vemos exhibido en el `Carrusel dominicano del robo y/o de la muerte`. Así, por ejemplo, recientemente el periódico El Día trajo la siguiente noticia en la cual se puede apreciar toda la siguiente inutilidad:

«Funglode inicia debate sobre seguridad ciudadana

La entidad organizó primer desayuno sobre “Seguridad ciudadana y medios de Comunicación”

Por Estarlin Taveras
taverasestarlin[@]hotmail.com 12:10 am19/3/2015

 

Santo Domingo.-El Centro de Estudios de Seguridad y Defensa (Cesede) de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) realizó ayer el primer desayuno “Seguridad ciudadana y medios de comunicación”, en el que se analizó el rol que deben jugar los sistemas informativos frente a los hechos que atentan contra la paz de los ciudadanos. En la actividad realizada en la sede de Funglode participaron como oradores principales los directores de los diarios EL DÍA y “Diario Libre”, Rafael Molina Morrillo y Adriano Miguel Tejada, respectivamente. “Los medios de comunicación apenas pueden limitarse a denunciar y aportar algunos datos, pero no son los responsables del mantenimiento de un orden de seguridad y de estabilidad como muchas personas pueden esperar”, expresó Molina Morillo al iniciar la actividad. Agregó que la sociedad está perdiendo la guerra frente a la situación de criminalidad que se vive en el país. Por su parte, el director del matutino “Diario Libre” expuso que la violencia es un problema social y no mediático. Sin embargo, indicó que la prensa puede contribuir en la percepción de inseguridad. “Lo importante es establecer una relación armónica entre las autoridades encargadas de perseguir el crimen y la prensa en bien de los intereses nacionales. Como dije una mayor institucionalización de la Policía”, manifestó. Explicó que si se crea una relación de confianza “evidentemente la prensa va a tratar los datos de otra manera”. La directora del Cesede, Josefina Reynoso, dijo que con esta iniciativa se busca dar participación a los medios de comunicación como entes, cuya influencia es importante a la hora de aportar datos específicos”. Leonel Fernández presidente de Funglode, se incorporó a la actividad y participó en ella junto a los demás asistentes.«

Es decir, lo mismo de siempre: Indiferencia glacial; `La percepción salió a robar y a matar`;  «La PN es la culpable«…Largo etcétera…

Esta noticia, a esta altura de la vida del país, sólo revela: que  `La hoja de la espada del tiempo`  no ha hecho mella en la cabeza alienada de unos cuantos  -algunos de los cuales insertos en periódicos y, no obstante ello, no alcanzan a comprender que los titulares de sus periódicos sobre noticias de crímenes y delitos son titulares que revelan la realidad que desgraciadamente vive el país- ; que con engaño y con ficción  demasiado poetizada  todavía hay gentes que buscan legitimar el Código Procesal Penal (CPP), y, por ende, legitimar también `El carrusel dominicano del robo y/o de la muerte`.