Jorge MartínezCuando en la república dominicana existía el formato de celebrar juegos deportivos nacionales, la provincia de Puerto Plata fue la única de las grandes provincias que no fue favorecida con la sede, muchos factores se unieron en ese entonces para que los deportistas y dirigentes puertoplateños lograran el sueño de ser sede de esa importante actividad.

Por años esta provincia lucho en vano por recibir de los gobernantes de turno la sede de los juegos, la gran cantidad de logros conseguidos en ediciones anteriores, el prestigio de atletas y dirigentes a nivel nacional no fue suficiente para detener la mirada de la dirigencia de Sedefir y de los gobiernos, falto algo extra, ese componente político que empujara las gestiones a los fines de lograr el empuje final, algunos dicen que muchos de esos políticos en esa época intercambiaron la sede por obras individuales, que incluso en 1985 antes de otorgar la sede a Moca en una reunión en palacio el tema fue tratado y que los influyentes se inclinaron por sus intereses personales.

La primera obra deportiva de importancia fue construida fue el estadio José Briceño en el año 1978, el modernísimo fue sede de los Piratas del Atlántico en la Liga de Verano del Cibao en su última etapa.

Desde esa épocas Puerto Plata no había recibido una inversión importante en instalaciones deportivas, fue hasta 1998 cuando el estado dominicano construyó el polideportivo general Gregorio Luperón, luego de que las dirigencia deportiva enfrentaran y vencieran las ambiciones de grupos dominantes y políticos de turno, que pretendían utilizar los terrenos para un complejo habitacional.

Los puertoplateños vemos cada día el deterioro del estadio José Briceño que luce abandonado, sin la más mínima condiciones para la práctica de ese deporte, no tiene energía eléctrica, y fruto del paso del Huracán Irma una de sus torres colapso, es bueno señalar que si el ministro de deportes Danilo Díaz hubiese cumplido su palabra luego de prometer su reparación cuando ocurrieron las lluvias de noviembre del 2016 quizás la historia fuera otra.

El huracán Irma derribo junto con las torres del estadio, las tantas promesas de las autoridades, también la desidia de la clase política de la provincia, y al caer las torres en el suelo hacen el sonido que irrumpe el silencio de la dirigencia deportiva de la novia del atlántico.

El polideportivo y sus instalaciones tienen unas historias muy particulares, pero llenas de incumplimientos de las autoridades, el techado Fabio Rafael González ha recibido varias reparaciones, pero nunca le han colocado tableros y tabloncillos nuevos, sus aéreas no aguantan más y se caen a pedazos.

Es tan grande el desinterés de los actores que se benefician de esa instalación, o mejor dicho tan amplia la división, que alguien que nada tiene que ver con el movimiento deportivo, aprovecho una visita al ministro de deportes para solicitar su reparación, quizás sea escuchado y el Fabio Rafael González sea reparado, para acrecentar más la vergüenza del sector deportivo, en especial de la dirigencia del baloncesto local.

Hace apenas dos años las instalaciones fueron remodeladas y el techo de voleibol cambiado, pero el ministro de turno no lo recibió porque presento vicios de construcción.

El campo de futbol que es la casa de los campeones nacionales Atlántico FC, merece una inversión del gobierno, no tiene camerinos, no posee aéreas para la prensa hacer su trabajo, su terreno no tiene el drenaje adecuado.

A todo este abandono y falta de inversión en instalaciones deportivas, se une una dirigencia paralizada, una clase política que no tiene visión más allá de sus intereses, y que no gestiona obras modernas para beneficio de la juventud de Puerto Plata.

Mientras el huracán Irma pone en evidencia, el fracaso de todos los dirigentes deportivos, la falta de política deportiva definida del gobierno, el incumplimiento de la clase política local con la juventud, ya que solo se interesan en obras donde pueden sacar provecho, la población espera no solamente la reparación de las torres del José Briceño, también la instalación de sus luces, el acondicionamiento del terreno y la remodelación que los actualice a estos tiempos.

Puerto Plata necesita un nuevo campo de futbol con gradas y áreas administrativas y una pista de atletismo, la sociedad está a la espera de la arena del atlántico, ese proyecto que descansa en los archivos de Miderec y que es un sueño de todos los amantes del baloncesto de esta provincia.

 

Jorge Martinez