Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
«Hubo un asno todo hueso y nervio
y tan magro que entró un día
por la grieta de un granero;
y tanto que comió que la panza
se le hizo grande como un barril,
pero no de golpe, hasta saciarse.
Temiendo que los huesos le molieran,
salir intentó de donde se había colado,
más ya por aquel hueco no cabía.
Mientras luchaba por salir en vano,
le dijo un ratoncito: “compadre
si querés salir, a vaciar la tripa:
a vomitar ponete ya y aprisa
lo que tenés adentro y enflaquecer,
que así no hay buco al que vencer”.«
Ariosto, Ludovico (Sátira Primera, 2)
Balaac, Rey de Moab, mandó a buscar al maldecidor Balaán para que maldijese al pueblo hebreo cuando éste se acercaba avanzando y destruyendo a cuantos enemigos se le cruzaban en su camino mientras trataba de llegar a su destino prometido. La maldición que ha recaído sobre el nombre de Danilo Medina Sánchez no fue arrojada por Balaán ni hubo necesidad de mandar a buscar a éste ni el espécimen del Introito fue la burra que habló (única que registra la Historia de La Biblia) y que montaba Balaán, pues la maldición se la ha granjeado la propia persona de «El Estratega« Presidente. Nada hay que purgue el pesadísimo fardo de la falta gravísima de éste; nada hay que lo redima ante el Tribunal de la Historia. Su pensamiento sombrío no tiene límite ético alguno. «El Estratega« Presidente ha hecho un sacrilegio de todo cuanto era santo y, más que santo, sacro santo.
Los nombres de los Próceres dominicanos y su obra de construcción y preservación de la Patria nada significan para él: les importan, si acaso, un bledo. «El Estratega« Presidente siega con su hoz sacrílega todo cuanto sembraron y buscaron preservar nuestros Padres de la Patria, nuestros patricios y nuestros héroes nacionales.
Ha mostrado, así, sus entrañas más repugnantes e inmorales. No hay manera de racionalizar las aberraciones que el pueblo dominicano está viendo ejecutar a «El Estratega« Presidente en contra de su propio pueblo, el triste espectáculo que está contemplando y sufriendo.
La Capitio Diminutio del Estado dominicano se aprecia en la inhibición del gobierno dominicano de no votar en la OEA en el diferendo migratorio Venezuela-Colombia; en abierto contraste con la desparpajada actitud de Haití de apoyar a Venezuela que expulsó a emigrantes colombianos cuando en República Dominicana tiene una situación idéntica a la de Colombia. Es decir, para Haití está bien que Venezuela deporte los emigrantes colombianos ilegales, pero está mal que República Dominicana deporte los casi dos millones de inmigrantes haitianos ilegales existentes en el territorio de la República Dominicana.
«El Estratega« Presidente ha acumulado y podría eventualmente seguir acumulando más y más poder que, al final, la dilución del mismo se parecerá al escurrir del agua entre las manos. Cuando eso acontezca no podrá vivir en el territorio dominicano; tendrá, para poder sobrevivir, que irse hacia tierras extranjeras junto a su familia igualmente insegura, pues los dominicanos no le perdonarán jamás el crimen que ha cometido para matar a la Patria. Si es que previamente no es objeto de algún atentado que culmine en un Magnicidio.
Su destino final es gris, descolorido; vivirá eternamente en la infamia producto de su propia infamia de traicionar a su Patria. Quedará cubierto de las más negras sombras en la Historia dominicana.
Si algo le puede servir de «consuelo« (¿?) a «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez es que su nombre nunca será olvidado, muy por el contrario, será siempre mencionado, pues su nombre será recordado por antonomasia como `símbolo sempiterno de la Traición a la Patria`. El repudio a su nombre será visceral, aunque actualmente los buenos vinos, los buenos whiskys y todas las mieles del Poder le hagan creer a «El Estratega« Presidente, por la adulonería interesada de sus actuales perros de presa y de sus soba levas, los no comprados y los comprados, que «todo está bien« (¿?).
Su desvío, Señor Presidente Danilo Medina Sánchez, no es poca cosa, no es algo pequeño, no es algo sin importancia… Con ello usted ha comprado un boleto o ticket que le transportará inexorablemente del desprecio total a la descalificación total. Su «error« (¿?), si acaso eufemísticamente puede llamársele error (¿?), camina con desparpajo escandalizador por el terreno penal de la intención criminal. Su desvío es y será imperdonable por el Tribunal de la Historia dominicana. Su nombre, Señor Presidente, está maldito, del mismo modo que quedaron malditos los nombres de Pedro Santana Familia (a pesar de él haber sido la diestra victoriosa de la Independencia y de hacer lo que hizo creyendo que era lo mejor para el país) y de Pedro Bartolomé Benoit (a pesar de él haber creído estar salvando al país); y del mismo modo que estaba y está maldito el nombre de Bin Laden: Nostradamus, al describir los acontecimientos del once (11) de Septiembre del dos mil uno (2001), en clara alusión a él dijo: «está maldito«. La maldición de Bin Laden, huelga decirlo, provino de la visión que tuvo Nostradamus del horroroso genocidio que Bin Laden mandó a cometer en Estados Unidos; la maldición de Danilo Medina Sánchez proviene del asesinato de la Patria llamada República Dominicana que él está cometiendo.
Por Lic. Gregory Castellanos Ruano