Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
«Mi paso es el desaliento
de tu paso, de tu espacio,
de tu desmerecimiento.«
(Serrano, Pedro: Cuentas claras, Universidad del Claustro de Sor Juana -Ediciones sin Nombre, Ciudad de México, 2014)
Ví por televisión el acontecimiento de la materialización del Frente Patriótico en mil novecientos noventa y seis (1996). Lo ví después otra enorme cantidad de veces a través de la reproducción del mismo por diferentes canales televisivos en respectivas diferentes ocasiones. Pero mi memoria no grabó haber visto alguna vez en él a «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez.
En medio de esta inserción de la República Dominicana en el cieno de la obscuridad a que la ha lanzado la cabeza de este `Gobierno de la Traición a la Nación dominicana`, Danilo Medina Sánchez, me pregunté numerosas veces dónde estaba Danilo Medina Sánchez cuando ese acto se celebró. Relativamente reciente, hace apenas un mes, más o menos, antes de nacer este artículo, ví la última reproducción de parte de dicho acto transmitido nuevamente por televisión y fue entonces cuando pude alcanzar a identificar el rostro de Danilo Medina Sánchez.
Cuando alcancé a divisar esa cara, hoy con pretensiones de rostro eterno (pero al que la Historia recogerá como una hojarasca o desecho humano), aquello me provocó una profunda indignación a la par que gran repulsión por el sólo hecho de ver a dicho tristemente célebre personaje en medio de ese acto.
Lo que de inmediato se disparó en mi mente fueron las expresiones: «¡Es un fisgón en medio de ese acto!: ¡Danilo Medina Sánchez es un fisgón en medio de ese acto! ¡Es un Traidor en medio de ese acto patriótico!«
Las dos acepciones más comunes de «fisgón« son las de ser: husmeador, curioso y en esos sentidos fue que pude racionalizar la presencia allí del `Traidor a la Patria` actualmente en el Poder.
Yo hubiera preferido (no mil veces, sino mil millones de veces), haberme quedado con la idea de que «El Estratega« Presidente actual `Orquestador Interno de la Traición a la Nación` no estuvo allí, con la idea de que el Traidor que actualmente nos desgobierna no participó en aquel acto patriótico mediante el cual el Profesor Juan Bosch y el Dr. Joaquín Balaguer unieron las fuerzas de sus respectivos partidos políticos para bloquear, como en efecto bloquearon, al poder extranjero (entiéndase esencialmente el entonces Presidente estadounidense Bill Clinton), impidiéndole colocar en el Poder como Presidente de la República Dominicana a un descendiente directo de haitianos, por vía materna y por vía paterna, y, por ende, haitiano, en abierta profanación a los ideales materializados por los Padres de la Patria Fundadores de la República Dominicana (Duarte, Sánchez y Mella) y en abierta y descarada violación a las exigencias o requisitos constitucionales y legales para poder optar por la Presidencia del Estado llamado República Dominicana.
El rostro de «El Estratega« Presidente que se percibe allí es el característico de un cínico simplemente husmeador, de un cínico simplemente fisgón; con una sonrisa que traslucía su hilera de dientes y colmillos de hierro que actualmente conocemos y que vista bajo la perspectiva del tiempo permite captar cómo era un entonces insospechado Traidor hace unos diecinueve (19) años atrás, mucho antes de, con sus actos, declararse `Traidor a la Nación dominicana`.
La razón de mi indignación radica en que jamás podía pensar que alguien que estuvo allí físicamente y conociendo el porqué de la celebración de ese acto patriótico podía resultar un traidor y de la magnitud con que resultó ser Danilo Medina Sánchez, que actualmente socava y pervierte los cimientos de la nacionalidad dominicana, que perdió para siempre la apariencia de la virtud, que lleva por único «mérito« (¿?) real el de ser un canalla, `un Traidor a los Intereses Fundamentales de la Nación dominicana`.
…La presencia de Danilo Medina Sánchez en aquel lugar era una profanación oculta a la naturaleza patriótica de aquel evento… Lo lamentable es que para darnos cuenta de ello tuvieron que transcurrir tantos años… En aquel entonces estaba disfrazado bajo un manto y bajo una careta que impedían presumir el monstruo contra el Estado dominicano, contra la Nación dominicana y contra el pueblo dominicano que resultaría de él llegar al Poder.
A éste `Traidor a la Nación` que la desgobierna hay que enfrentarlo sistemáticamente transmitiéndole el mensaje contenido en el Introito.