gregory castellanosPor Lic. Gregory Castellanos Ruano

Los «derechos básicos« (¿?) de los haitianos que la Conferencia del Episcopado Dominicano pretende que sean respetados por la República Dominicana y pretende que los, hasta ahora, católicos dominicanos aceptemos:

En la susodicha pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicana se dice abogar por que se respeten «los derechos básicos de los inmigrantes haitianos en la República Dominicana«: ¿cuáles derechos básicos son esos: a cuáles derechos básicos se refiere dicha Conferencia del Episcopado Dominicana?   La cantaleta esencial que la conjura internacional y sus incondicionales ecos locales consistentes en los traidores a la República Dominicana han querido vender y han vendido en el seno de la comunidad internacional es que supuestamente la República Dominicana es una fábrica de apátridas respecto de los haitianos que residían o en tránsito o en plena ilicitud en el país, lo mismo que respecto de los descendientes de aquéllos.

Entre nosotros no hay apatridia posible para los haitianos y sus descendientes por varias razones: todas las constituciones dominicanas desde  mil novecientos veintinueve (1929) establecen un  jus soli  restringido (el cual es totalmente diferente al jus soli absoluto de los Estados Unidos de América). El Artículo 18, Numeral 3, de la Constitución del Estado dominicano prescribe: “Artículo 18.- Nacionalidad. Son dominicanas y dominicanos: …3) Las personas nacidas en territorio nacional, con excepción de los hijos e hijas de extranjeros miembros de legaciones diplomáticas y consulares, de extranjeros que se hallen en tránsito o residan  ilegalmente en territorio dominicano. Se considera persona en tránsito a toda extranjera o extranjero definido como tal en las leyes dominicanas;“   Obsérvese:  “con excepción de los hijos e hijas…de extranjeros que… residan  ilegalmente en territorio dominicano.“ A la cual claridad hay que sumar, por un lado la interpretación correcta, como jurisdicción constitucional, de la Suprema Corte de Justicia de Jorge Subero Isa de Diciembre del dos mil cinco (2005) sobre dichas constituciones anteriores a la del dos mil diez (2010) (el Tribunal Constitucional de la República Dominicana con su Sentencia No. 168-13 lo que hizo fue acoger y ratificar ese precedente constitucional de dicha Suprema Corte de Justicia del dos mil cinco (2005)); y, por otro lado, el hecho  de que todas las constituciones haitianas  establecen el jus sanguinis  y  no dejan lugar a la más mínima de las dudas de que todo descendiente de un haitiano es de nacionalidad haitiana (“Posee la nacionalidad haitiana de origen todo individuo nacido de padre o madre haitiana.“: Artículo 11 de las constituciones haitianas de 1987  y  2011 que reproducen  sus homólogos de todas las constituciones haitianas anteriores), descartando de plano toda posibilidad de apatridia respecto de cualquier descendiente de haitiano.

 

Sobre la base de supuestamente respetarles «derechos básicos« a los haitianos ilegales y a sus descendientes igualmente ilegales es que «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez ha ido materializando su `Plan Nacional de Haitianización` o, lo que es lo mismo, desde que «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez inició su malhadada y trágica aventura de destruir al Estado llamado República Dominicana, tarea que se aceptó de potencias extranjeras interesadas en ello y la cual comenzó a ser emprendida por la mismísima persona de “El Estratega“ Presidente, en el mismísimo Palacio Nacional, al montar, con jovencitos haitianos, un sainete de mala muerte para pedirle “perdón“ (¿?) a los haitianos radicados en la República Dominicana que dicen supuestamente ser “dominicanos“ (¿?); dicho sainete fue montado en ocasión del Tribunal Constitucional de la República Dominicana haber dictado su Sentencia No. 168-13 (ver Diario Libre de fecha ocho (8) de Octubre del dos mil trece (2013)). Ahí inició su singladura proditoria a la Patria “El Estratega“ Presidente. A partir de entonces Danilo Medina Sánchez viene haitianizando a la República Dominicana haciendo incapié en legitimar el darle asistencia de salud, en legitimar el irrespeto a la repartición legal del trabajo entre nacionales y extranjeros (el 80-20), en incorporarlos a la Seguridad Social y, en lo máximo de lo máximo: en proporcionarles documentos a un nivel impensado y descalabrante del futuro del Estado dominicano. Primero nacionalizó como “dominicanos“ (¿?) a cincuenta y cinco mil (55,000) haitianos. Le otorgó el estatus migratorio de residentes legales a cerca de doscientos ochenta y ocho mil (288,000) haitianos, los cuales pronto serán convertidos en nacionales dominicanos. Lo mismo hará con todos los demás que el efecto de llamada de su propaganda ha ido incitando a venir al territorio dominicano invadiéndolo y ocupándolo. Interior y Policía está dándoles carnets de residentes y sigue recibiéndoles documentos fuera de plazo. Pero más aún: el Gobierno “dominicano“ (¿?) de “El Estratega“ Presidente dice la desfachatez de que no se deportarán mujeres parturientas haitianas ni niños haitianos.  ¿Qué significa eso? ¿Cuál es la consecuencia de eso? Igualmente dice el Gobierno “dominicano“ (¿?) de “El Estratega“ Presidente, por vía de su `Canciller de la Traición a la Nación`, otra idéntica desfachatez: que no se deportarán haitianos que digan haber nacido en la República Dominicana. ¿Qué significa eso? ¿Cuál es la consecuencia de eso?

Todo eso tiene clarísimas implicaciones  que pretenden ser “de naturaleza jurídica“ (¿?). Es una derogación fáctica, es decir, de hecho,  del Jus Soli restringido existente en  las Constituciones dominicanas desde mil novecientos veintinueve (1929). Es una fusión práctica de la población dominicana con la población haitiana que ha sido enviada hacia la República Dominicana y sigue llegando por tropel, a borbotones, a través de numerosos puntos de la frontera con Haití. Es la llevada a la práctica, a lo fáctico, a los hechos, la recomendación de la descarada sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que «le ordenó« (¿?) al Estado llamado República Dominicana modificar su Constitución para derogar el Jus Soli restringido e implantar el Jus Soli absoluto tal y como existe en los Estados Unidos de América para que todos los haitianos que nazcan en el territorio de la República Dominicana sean considerados “dominicanos“ (¿?).

Todo ello lo ha hecho, lo seguirá haciendo  y lo hará “El Estratega“ Presidente sin necesidad jurídica alguna que justifique todo eso que él ha venido cometiendo en perjuicio y agravio de la Patria de Juan Pablo Duarte, es decir, a  pesar de que todas las constituciones dominicanas desde  mil novecientos veintinueve (1929) establecen un  jus soli  restringido (el cual es totalmente diferente al jus soli absoluto de los Estados Unidos de América, en el cual último el sólo hecho de nacer una persona en ese país le permite a dicha persona adquirir ipso facto la nacionalidad estadounidense).

Pues a todo eso es a lo que la Conferencia del Episcopado Dominicano pretende que el Estado creado por Juan Pablo Duarte y llamado República Dominicana acepte y que los hasta ahora católicos dominicanos apoyemos.   ¿Cómo diablo pueden pretender los obispos de dicha Conferencia del Episcopado Dominicano que los dominicanos que hemos sido católicos toda la vida, hasta ahora, apoyemos semejantes cosas? Apoyar semejantes cosas es hacerse co-partícipes de Traición a la República Dominicana; esa parte de la cúpula de la Iglesia Católica dominicana lo que está haciendo es llamando a traicionar los `Intereses Fundamentales de la República Dominicana`, lo que está haciendo es llamando a traicionar a la República Dominicana, lo que está haciendo es llamando a traicionar a la Nación dominicana, lo que está haciendo es llamando a traicionar al pueblo dominicano.

Las iglesias deben tomar postura a favor de su país, no a favor de una conjura extranjera contra su país:

En situaciones de posible pérdida de soberanía o de ataque a la misma por la razón que fuere cada iglesia en el mundo toma postura a favor de los intereses de su propio país. Eso es lo que debe ser y es lo que se espera de cada una de ellas, sin excepción. En los Estados Unidos todas las iglesias tomaron esa postura cuando el ataque a Pearl Harbor en Diciembre de mil novecientos cuarenta y uno (1941); también cuando el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York el once (11) de Septiembre del dos mil uno (2001).

En situaciones de grave peligro para la subsistencia de un país cada iglesia de ese país toma postura a favor de los intereses de su propio país.   Es de conocimiento elemental que tanto en el Derecho Público Internacional como en el Derecho Penal Internacional el derrame de población de un Estado sobre el territorio de otro Estado es considerado un acto de agresión, un acto de guerra, ya que los componentes básicos de un Estado son: la población, el territorio y el gobierno; por ello se considera que dicho derrame poblacional atenta contra dichos tres elementos constitutivos del Estado sobre el cual se produce el derrame poblacional en cuestión. Esa consideración proviene precisamente del estudio pormenorizado de numerosos casos que registra la Historia Universal y de los cuales citamos precedentemente tan sólo los tres más emblemáticos de los siglos XX y XXI. El territorio del Estado llamado República Dominicana viene sufriendo un ataque sistemático consistente en una ocupación continua e indetenible por parte de los haitianos quienes vienen aquí incluso proclamando que este territorio es y siempre ha sido propiedad de éllos.

También cada iglesia de un país toma postura a favor de los intereses de su propio país en caso de una amenaza política de llegar al poder una ideología política contraria a los valores cristianos, como lo fue el caso de los comunistas en Italia que estuvieron a punto de ganar las elecciones y ante esa amenaza la Iglesia Católica, lo mismo que todas las iglesias evangélicas, cerraron filas para poner todo el empeño a su alcance para evitar que ello sucediera, logrando, de esa manera, impedir tal cosa.

Lo mismo cabe para el caso de una ideología totalitaria pretender permanecer en el poder destruyendo a la sociedad a la que ha victimizado: nadie es ajeno al conocimiento de lo sucedido en el caso del militar y estalinista General Jaruzelsky en Polonia: de no haber sido por la postura digna de apoyo a los obreros del sindicato Solidaridad asumida por la Iglesia Católica de ese país el mismo con toda probabilidad hubiese seguido estando bajo la férula de ese régimen despiadado que allí desgobernaba.

A diferencia de esa parte de la cúpula de la Iglesia Católica Dominicana las iglesias evangélicas dominicanas han asumido una encomiable postura de defensa a la soberanía de la República Dominicana dando a conocer que entienden perfectamente que todo esto se trata de una conjura de potencias internacionales que quieren resolver los problemas de los haitianos sobre la base de sacrificar a la República Dominicana destruyendo a esta para materializar la fusiٕón entre haitianos y dominicanos.

 

Las iglesias también deben tomar postura a favor de la defensa de los valores cristianos, es decir, no deben adoptar posturas directa o indirectamente en contra de dichos valores cristianos que dicen pregonar:

Igualmente sorprendente resulta la postura de esa parte de la cúpula de la Iglesia Católica dominicana de cruzarse de brazos frente al ataque de sectores extranjeros y criollos contra los valores cristianos de vida y familia que dichos obispos de la Iglesia Católica dominicana de boca «dicen« (¿?) «defender« (¿?). Postura esa que también contrasta con la postura asumida correctamente al respecto por las iglesias evangélicas dominicanas. No orientar a la feligresía católica sobre quiénes, sobre cuáles candidatos políticos son contrarios a los valores cristianos de vida y familia es lo mismo que dejar que dichos valores cristianos de vida y familia sean agredidos a mansalva, pues eso, y no otra cosa, es lo que persiguen dichos candidatos contrarios a dichos valores cristianos de vida y familia: agredir a estos valores y lesionarlos haciéndolos desaparecer.

 

Un pedazo de aleta del tiburón podrido…:

Así como el Rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba, «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez transmuta en heces fecales todo lo que toca, pudre todo lo que toca.

Tal parece que aparte de la influencia extranjera sobre la Conferencia del Episcopado Dominicano «El Estratega« Presidente se guardó un pedacito de una aleta del tiburón podrido en uno de sus bolsillos para usarla en situaciones estratégicas como esta.   Así como «El Estratega« Presidente logró la reforma constitucional que logró haciéndose un traje a la medida, ¿iba él a parar ante la necesidad de pretender hacer a un lado del camino el pesado tronco que el sector evangélico dignamente tiró en el medio de su camino?

…Un pedacito de una aleta del tiburón podrido parece que fue guardado por «El Estratega« Presidente para cuando fuese oportuno usarlo…

Es obvio que esa parte cupular de la Iglesia Católica dominicana también saboreó del tiburón podrido: todo apunta, pues, en la dirección de que «El Estratega« Presidente guardó una pequeña porción de una aleta del mismo para si se presentaba la necesidad de que otro u otros tuviesen que ser quitados del camino a «su gloria personal« (¿?): su previsión como astuto-perverso que es no le falló.

Se trata de Danilo Medina Sánchez, «El Estratega« Presidente, el mismo que ha tenido la cachaza   -cachaza de verdad-  de «hacer lo que nunca se había hecho«:  la abominación espantosa de echar las ruedas de la Historia hacia atrás para que nuevamente sobre este territorio de lo que hoy es la República Dominicana los haitianos tengan preeminencia, para que los haitianos sean colocados en situación de materializar su sueño de unidad e indivisibilidad de la Isla.

Hay un concierto de poderes extranjeros que quieren la haitianización de la República Dominicana, es decir, que quieren destruir al Estado dominicano como holocausto necesario para salvar al pueblo haitiano de la desgracia que vive este último.   En nombre de salvar al pueblo haitiano quieren destruir al Estado llamado República Dominicana, a la Nación dominicana y al pueblo dominicano.

Dicha destrucción del Estado llamado República Dominicana, de la Nación dominicana y del pueblo dominicano ha comenzado y está en pleno curso gracias al accionar claudicatorio de la Soberanía Nacional por parte de Danilo Medina Sánchez:   «El Estratega« Presidente no sigue los ideales de Juan Pablo Duarte: está muy lejos de ello y no le interesa seguirlos, muy por el contrario, pues «El Estratega« Presidente Danilo Medina Sánchez desprecia canallescamente los ideales de Juan Pablo Duarte: el desgobierno de Danilo Medina Sánchez es un régimen títere de los Estados Unidos (EE.UU. o USA), de Canadá, de Francia, de la Unión Europea, de la Venezuela chavo-madurista, de la Cuba castrista y de los organismos internacionales a disposición de dichas potencias extranjeras. Y ello coincide con obispos católicos criollos títeres de un Papa al servicio de potencias extranjeras.   La coincidencia en cuestión abarca, en definitiva, temas de soberanía de la República Dominicana y de valores cristianos de vida y familia.   …En fin, la postura de la Conferencia del Episcopado Dominicano frente a esos temas de la soberanía de la República Dominicana y de esos valores cristianos de vida y familia ha sido penosa, totalmente penosa…Tanto que en realidad revela la impostura de esa parte de la cúpula de la Iglesia Católica dominicana.