Por primera vez desde 1967, el solsticio de verano coincidió ayer lunes 20 de junio con una peculiar Luna llena llamada Luna de Fresa, un espectacular fenómeno natural, que ocurre «una vez en la vida».
El solsticio de verano cuenta con 17 horas de luz solar que luego darán paso a un cielo iluminado por la luna brillante.
Contrariamente a lo que podría indicar su nombre, la Luna de Fresa no presentó ningún color rosa o rojo pero sí de ámbar. Este nombre para denominar la luna llena que aparece en junio fue acuñado por las tribus de Algonquin de América del Norte, que creían que la luna llena de junio marcaba el comienzo de la temporada de cosecha de fresas.
Otros nombres para denominar este el fenómeno en el hemisferio norte son Luna de rosa, Luna de Miel y Luna Caliente, mientras que en el hemisferio sur se la conoce como la Luna de la Noche Larga. «Que la luna llena coincida con el solsticio es un acontecimiento realmente raro», afirmó el astrónomo Bob Mernan.