gregory castellanosPor Lic. Gregory Castellanos Ruano

El dúo Miguel Surún Hernández-Diego José García conforman una diarquía co-gobernante del Colegio de Abogados que es la expresión más neta del tigueraje con corbata que se ha apoderado del Colegio de Abogados.

Esos dos sujetos no llegaron ahí a servir, sino a servirse para enriquecerse.

Mientras dentro del Colegio de Abogados y dentro de la actividad gremial de los abogados existan exponentes repudiables como estos dos,los abogados serios de este país seguirán alejados tanto de la actividad gremial como de visitar al Colegio de Abogados.Mientras dentro del Colegio de Abogados estén éstos dos sujetos dicha entidad seguirá caminando hacia la desintegración, corriendo el riesgo de disminuirse aún más de en la entelequia en que ha terminado siendo en manos de ambas figuras corrompidas y corruptoras.

La ambición de dineros de dichas figuras corrompidas y corruptoras es tan desmedida e insaciable que usan sin miedo ni rubor los organismos coercitivos del Colegio de Abogados para engrosar sus bolsillos y enriquecerse, pues buscaron llegar ahí y llegaron ahí para hacer negocios y más negocios.Instalados en la co-dirección del Colegio de Abogados disponen de los recursos que les da ese poder  -muy esencialmente el manejo instrumental del infame Fiscal marioneta Dr. Ramón Mayobanex Martínez Durán y del Tribunal Disciplinario-  para hacer más negocios; tal es la cueva de ladrones que tígueres de ese pelambre han instalado allí.Y sobre la base de sus relaciones políticas partidarias buscan salir impune por el control de los partidos políticos co-relacionados y con gentes en los organismos coercitivos del Estado que lo que hacen es contribuir a la impunidad de dichos dos personajes grotescos con su pasividad e inercia, no obstante estar los organismos coercitivos del Estado al tanto de todas estas vagabunderías delincuenciales cometidas por éstos dos sujetos.

El Fiscal disciplinario Dr. Ramón Mayobanex Martínez Durán y el Tribunal Disciplinario son usados por éstos dos tígueres con corbata como mecanismos de fórceps para doblegar a abogados para que éstos abandonen la defensa de los intereses que representan: el Fiscal disciplinario Dr. Ramón Mayobanex Martínez Durán y el Tribunal Disciplinario son usados, instrumentalizados, por el dúo Miguel Surún Hernández-Diego José García como una fuente de enriquecimiento ilícito.

Lo que se despliega entonces es un autoritarismo desenfrenado estimulado por los dineros de un interesado patrocinador.Es por ello que no es prudente que la jurisdicción disciplinaria, es decir, el Tribunal Disciplinario, permanezca dentro del organigrama del Colegio de Abogados, cuestión de extirparla quirúrgicamente para que personajes corruptos como el Dr. Miguel Surún Hernández y el Dr. Diego José Garcíano sigan cometiendo esas tropelías y para que ellos dos en un futuro no sean emulados o, lo que es lo mismo, no puedan ser emulados en la comisión de actos anti-éticos, fraudulentos y delincuenciales como los actos que ellos vienen cometiendo desde que llegaron al Colegio de Abogados instrumentalizando la jurisdicción disciplinaria para sus fines personales de engrosar sus bolsillos sobre la base de utilizar al Fiscal Disciplinario y al Tribunal Disciplinario como base medular de esos propósitos espurios, purulentos y pestilentes; es prudente y sumamente importante que dicha función jurisdiccional disciplinaria le sea pasada a la Cámara Penal de la Corte de Apelación.

La clase de los abogados debe trazarse el triunfo de metas nobles como lo sería y debe ser el sacar la jurisdicción disciplinaria del Colegio de Abogados, del mismo modo que ocurre en el Colegio de Notarios en que el papel de Tribunal Disciplinario lo tiene la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, pero quien debe tener esa potestad en realidad es la Cámara Penal de la Corte de Apelación ya que el Derecho Disciplinario es una modalidad concreta del IusPuniendi, es decir, es una modalidad expresiva concreta del derecho del Estado a punir, a castigar, y los jueces penales están más versados en el manejo del IusPuniendi y en el conocimiento y manejo de los principios constitucionales condicionantes y limitadores de dicho IusPuniendi que los jueces del ámbito civil.

Desde el momento mismo en que un cambio trascendental necesario como ese ocurra se les castra a sujetos execrables como el Dr. Miguel Surún Hernández y el Dr. Diego José García todo antojo o deseo de participar en actividad alguna en el Colegio de Abogados: un cambio trascendental necesario como ese daría lugar a que exponentes del tigueraje con corbata como el Dr. Miguel Surún Hernández y el Dr. Diego José García no tengan nada que buscar en el Colegio de Abogados; un cambio trascendental necesario como ese  daría lugar a que ese tigueraje con corbata que representan éstos dos sujetos sea extirpado de dicho Colegio de Abogados de una vez, por siempre y para siempre, pues careciendo dichas dos sanguijuelas de todo estímulo para estar o volver ahí no se les vería jamás, produciéndose así, entonces, el adecentamiento del Colegio de Abogados.Y ello sería así porque el modus operandi que utilizan éstas dos figuras repudiables para captar dineros ilícitamente es el siguiente: se aprovechan de que entre dos partes exista un litigio, sea penal, sea civil, etcétera, y de que una de las partes considere que un abogado de la contra-parte ha incurrido en una supuesta falta a la Etica, y que ese «querellante« (¿?) o su abogado conozca al Dr. Miguel Surún Hernández y/o al Dr. Diego José García o sepa de la venta en pública subasta de éstos: de inmediato el más falso de los expedientes es usado como una guillotina contra ése abogado falsamente acusado porque de lo que se trata es de aprovechar el vínculo pagado con el Dr. Miguel Surún Hernández y/o el Dr. Diego José García.

Así, abogados que van ganando un caso o, a lo menos, bloqueando que se cometa una arbitrariedad o una injusticia manifiesta contra su cliente, corren el riesgo de que su contra-parte haga contacto con personajes deleznables como éstos dos sujetos para que se les arme un expediente disciplinario artificioso, esto es, falso,  para forzarlos a desistir de la defensa de los intereses que representa.

Eso es lo que vienen cometiendo en el Colegio de Abogados el Dr. Miguel Surún Hernández y el Dr. Diego José García atropellando valores, principios y reglas constitucionales y usando para esos fines deletéreos y rastreros a un Fiscal marioneta de ambos que responde al nombre de Dr. Ramón Mayobanex Martínez Durán y al Tribunal Disciplinario.El dúo Dr. Miguel Surún Hernández-Dr. Diego José García y el grupo de mafiosos que dirigen han afectado con sus actuaciones inescrupulosas a abogados de la manera supra-indicada realizando dichas actuaciones con el ánimo de lucrarse gracias al pago de una parte interesada en dichas actuaciones, es decir, que se puede evidenciar en dichas actuaciones un uso abusivo y delincuencial de los mecanismos «institucionales« (¿?) del Colegio de Abogados, además de un proceder temerario y anti-ético, violatorio tanto del Código Penal como del Código de Etica del Colegio de Abogados; esto es, el dúo Dr. Miguel Surún Hernández-Dr. Diego José García y el grupo de mafiosos que ambos dirigen, son reincidentes en la violación a la Etica y al Derecho Penal, en el uso abusivo,  temerario  y de maniobras antiéticas estimulado dicho uso instrumental abusivo de la Fiscalía y del Tribunal Disciplinario por patrimonios o bolsillos ajenos al Colegio de Abogados , lo cual los constituye en un peligro para la sociedad y para los que se dedican de manera digna al ejercicio de la profesión del Derecho. El dúo Dr. Miguel Surún Hernández-Dr. Diego José García y el grupo de mafiosos que dirigen son, pues, un verdadero peligro para la sociedad y sobre todo para los profesionales del Derecho, visto que de continuar realizando las operaciones antiéticas, fraudulentas, dolosas, antijurídicas y delincuenciales que han estado desarrollando van a seguir lesionando derechos y cometiendo violaciones a la Etica y afectando sensiblemente al buen nombre del ejercicio profesional de la carrera del Derecho. Por ello es sumamente importante que la función jurisdiccional disciplinaria sea trasladada legalmente a la Cámara Penal de la Corte de Apelación para ponerle término a esa mafia entronizada en el Colegio de Abogados y encabezada por el dúo Dr. Miguel Surún Hernández-Dr. Diego José García.