en-puerto-plata-la-gente-hace-poco-caso-al-confinamientoPor Edgar Lantigua

El confinamiento dispuesto por el gobierno en esta pro­vincia, a raíz de la masiva concentración de personas siguiendo la visita del pe­regrino de Villa Altagracia, Migdomio Adames, se cum­ple sin mayor impacto que la supervisión de acceso en las entradas este y oeste de la ciudad.

La circulación de perso­nas y vehículos se realiza con normalidad y este vier­nes eran ostensibles largas filas de personas para acce­der a los bancos, supermer­cados y los establecimientos que están operando aquí.

En la oficina principal de Banreservas, la fila abarcaba toda la calle Padre Castella­nos y un tramo de la Beller, luego de la intervención de unidades policiales y de la Fuerza de Tarea Conjunta para evitar aglomeraciones excesivas ante la gran canti­dad de clientes de la sucur­sal bancaria.

En la misma calle Beller, los clientes del Banco del Progreso, aunque en menor cantidad, hacían su fila en la acera de enfrente en procu­ra de resguardarse del incle­mente sol y las altas tempera­turas imperantes.

Turismo y negocios afectados
Desde el inicio de la cua­rentena, los negocios más impactados por la prohi­bición de abrir sus puer­tas son los relacionados al turismo, los restaurantes, gift shops y otros estable­cimientos, con sus puertas cerradas, y la plaza inde­pendencia, habitualmente llena de turistas, completa­mente desolada, al extre­mo de que en plena activi­dad la alcaldía era el único espacio de movilidad en los alrededores de la plaza. Al­gunas unidades de taxi del sindicato turístico, que han visto mermar sus activida­des, montan a clientes loca­les que de momento solici­ta sus servicios.

También algunos guías tu­rístico deambulan por la pla­za, como para no perder la costumbre de estar en su lu­gar habitual de trabajo. No se observan los vendedores de cocos de agua ni de sombre­ros para los visitantes.

Numerosos establecimien­tos comerciales, tiendas de ropa, venta de artículos para celulares, pelo postizo, cos­méticos, dulcerías, salones de belleza y otros cerrados des­de hace casi dos meses a la es­pera de tiempos mejores.

A lo largo de la calles, co­mo la Separación, resulta de­solador ver en hilera los ne­gocios cerrados que abundan en una de las principales arte­rias comerciales de la ciudad.

Negocios cerrados por incumplimiento
La jornada del pasado jueves fue una de las más intensas para las unidades de la Po­licía y de la Fuerza de Tarea Conjunta. Diez negocios fue­ron cerrados de manera pro­visional al comprobarse que incumplían las normas de distanciamiento social im­puestas por las autoridades sanitarias. También fueron clausurados colmados, col­madones y otros estableci­mientos, durante el operati­vo en el que el más visible fue la muy concurrida tienda Las Margaritas, en la intersección entre las calls Beller y San Fe­lipe, en el mismo centro his­tórico de la ciudad, la tienda que vende de todo desde cos­méticos, comestibles y plásti­cos y tiene poco espacio inte­rior de pasillos y los clientes suelen acumularse sin medio metro de distancia entre unos y otros.

Suministros irregulares
Los principales supermer­cados de la ciudad, los dos establecimientos del Super­mercado José Luis, La Sirena y Jumbo, mantienen un stock de comestibles y demás artí­culos bastante normal, pero en unos y otros es evidente como en determinados mo­mentos escasean artículos, las leches sin lactosa, la ha­rina de trigo, los yogur regu­lares de envases de un litro, las carnes pre empacadas, por momentos no están en las góndolas, determinadas marcas habituales salamis, de corn flakes, o mantequillas de importación, etc. un día están y otro no.

Mientras que en las calles adyacentes al mercado mu­nicipal los vendedores de ví­veres y vegetales desde las camionetas o en las aceras ofrecen sus productos a los clientes desde antes de las 6 de la mañana hasta próximo a las dos de la tarde cuando van recogiendo su mercancía.

En los últimos días han proliferado además las ca­mionetas de venta de pláta­nos, auyamas, sandias, piñas y otros productos, ubicadas en calles de mucho tráfico pa­ra ofrecer sus productos a los transeúntes.

Puestos de chequeo
En la entrada este de la ciu­dad contiguo a la entrada nú­mero dos de Playa Dorada se procede el chequeo uno a uno de los vehículos que entran o salen de la ciudad, de forma amable los efectivos policia­les y militares apostados en el lugar inquieren a los conduc­tores hacia donde se dirigen, procuran que no haya exce­so de pasajeros y que los con­ductores de motocicletas es­tén debidamente provistos de casco protector y que justifi­quen la razón por la que tran­sitan de un lugar a otro.

El teniente Fabián explicó a este reportero que en cumpli­miento de las instrucciones de los superiores se procura de forma amable que solo transi­ten aquellas personas que por compromisos de trabajo tie­nen que hacerlo, camiones y otros vehículos de transporte de mercancías hacia los mer­cados y otros establecimien­tos y personas que se dirigen a chequeos médicos, principal­mente.

LOS EVENTOS
Malecón
En el malecón la activi­dad se ha reducido drás­ticamente por igual, res­taurantes, bares y las tradicionales casetas de la parte alta se encuen­tran cerradas, en horas de la mañana se obser­van algunas personas caminando, corriendo o en bicicleta, la gene­ralidad con mascarillas, puestas o medio poner y personas que salen sen­tarse y conversar al fres­co sentados a distancia prudente.

Las 4 la hora del límite
A partir de las 4 es cuan­do de verdad la ciudad comienza a sentir el ver­dadero respiro, dismi­nuye drásticamente la circulación de vehícu­los, los motoconchos van desapareciendo y en general las calles más activas se van volviendo lentas hasta al filo de las 5 el movimiento de per­sonas motores y vehícu­los se hace, casi nulo.