Melvin-Manon15-260x300Por Melvin Mañón

A mucha gente que quiero, otras que aprecio y unas pocas que amo, les repugna la idea no solamente de votar por Trump sino de que alguien como yo lo haga o aconseje hacerlo. Contra Trump se alzan acusaciones de mujeriego e irrespetuoso. Eso a mi juicio no lo invalida como Presidente como no invalidó a Bill Clinton ni a su esposa.

Trump no tiene ideología y es posible que ni siquiera sepa definir lo que es. Es un millonario arrogante pero eso tampoco lo invalida porque ni su adversario ni quienes le precedieron tenían o sabían nada de ideologías. Trump es un evasor fiscal consagrado pero es evidente que ha aprovechado cuanto hueco o fallo tienen las leyes porque, aunque investigado, nunca ha sido sometido ni multado mientras que su adversario enfrenta cargos de prevaricación y enriquecimiento ilícito pidiendo y recibiendo dinero para la Fundación Clinton aprovechando el cargo oficial y las conexiones y además enfrenta una investigación del FBI por violación de las normas y protocolos de seguridad según el artículo 793 del Spionage Act de 1917 numerales e) y f).

Trump es un tipo cuyo discurso y cuyas  actuaciones con frecuencia revelan que no está a la altura que se espera de un posible Presidente de un país de la envergadura de los EEUU. Su lenguaje suele ser soez y contiene no pocos disparates desde la promesa inicial de deportar los ilegales hasta la de forzar a México a pagar por una muralla o equivalente que separe los dos países.

Así como Trump no ha pagado impuestos que pudieron servir para el gobierno usar en servicios sociales u obras públicas, así mismo acusa, denuncia y denosta de quienes no tiene pruebas o evidencias sólidas. Entonces, me preguntan y ¿cuál es el mérito de ese loco y payaso para merecer un voto? ¿como puede nadie en su sano juicio votar por un tipo como Trump sin que al hacerlo sienta nauseas?

Muy sencillo. Trump, aunque millonario, no fue escogido por el establishment como candidato sino que se impuso a pesar del establishment. Trump enarbola un discurso que culpa a los bancos y corporaciones   o sea ese mismo establishment  de los males que aquejan a la mayoría de los americanos. Trump dice que ese establishment es corrupto y se ha adueñado del sistema político del país, lo cual me consta que es verdad y que por eso “hay que drenar el pantano” para expulsar esa basura.

Trump está opuesto a los tratados de libre comercio porque solamente benefician a las corporaciones y no a los países. Trump asegura que EEUU interviene en demasiados conflictos y guerras y que es mejor recogerse e invertir el dinero en mejorar la vida de la gente que vive en el país.

Podría citar diez cosas mas pero a los fines de esta discusión los ya enunciados me bastan.

La señora Clinton no tiene ideología, es mentirosa y ha incurrido en ilegalidades. Tantas que pienso que si ella gana, gobernaría el vicepresidente porque muy probablemente ella sea impugnada después de haber sido electa. Trump, aunque grosero y arrogante dice enfrentar los mismos enemigos que he denunciado yo mismo durante años.

LOS VICEPRESIDENTES

Por lo tanto, si el ganara y no cumple, como quiera ha prestado un servicio valioso porque difundió la noción y la creencia de que ese establishment es malo y perverso y si cumple aunque sea una parte, lo mas probable es que resulte asesinado. Así que nos aproximamos a una paradoja impresionante donde los dos vicepresidentes tendrán extraordinariamente altas posibilidades de convertirse en Presidentes.

Mi elección, he dicho antes, era Bernie Sander . Por razones que todos conocen me han obligado a escoger entre Trump y Clinton. Prefiero las groserías, las payasadas, incluso las inconductas de Trump a mas de lo mismo que representa Clinton. Me quedo con Trump porque el hígado no me alcanza para coronar a una mujer que considero fría, calculadora, mentirosa y sucia (en el sentido de política y trampa solamente).

Trump enarbola el mismo discurso de Bernie Sanders (con algunas diferencias raciales, migratorias y conductuales claro está) pero en el estilo de Hipólito Mejía. No es el hombre del sistema, educado, formal, buenos modales sino un tipo incontrolable y en ese sentido peligroso.

Pero la señora Clinton es mucho mas peligrosa que Trump no porque carezca de prudencia ni sangre fría sino porque ella representa, está comprometida y se debe a los intereses más oscuros, nefastos de la moderna corporación cuyo único lema, lenguaje y finalidad es el lucro sin ninguna obligación ética ni social.